Amaestrar

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Supere los miedos que nublaban mi mente más rápido que un trueno precipitado.

La pasión me inyecto el coraje que necesitaba.

Tenerla entre mis brazos me transformo en una gladiadora insaciable de victoria.

Aceptando con osadía lo que vendría sin pensarlo dos veces porque mis neuronas no daban para otra cosa que no fuera amar.

Agitadas de tanto estimulo hasta el núcleo.

Mi médula bailaba extasiada enviando impulsos como loca.

Absorta hasta el tuétano.

Mientras Asami marcaba mis triceps con sus uñas.

Como fiera sellando lo que es de ella.

Sumisa bajó mi sombra.

Deslizando entre los labios mí nombre.

Con entusiasmo el vapor de dos cuerpos que se anhelaban adorno el espacio de forma ficticia.

Mi mano tremenda se aprovechó de la agitación para fugarse por debajo del vestido de mi profesora.

Tocando un muslo escultural.

Friccionando la suave piel.

Con exigencia volví a buscar su boca.

Zambullendo mi necesidad en la cavidad.

Severa.

Inclemente.

Rigurosa.

Asami estaba sometida por mi fuerza pasional contra la puerta de madera.

Tentada por las caricias.

Dominada por mis labios.

La mujer que me usurpaba por las noches destellaba satisfacción ante mi mando.

Cuando alcance una parte de su ropa interior.

Jale hacía arriba.

Con la intención de rosar en lo más bajo.

Ella gimió ante el estímulo.

Apretando mis hombros.

Clavando las garras.

La música de fondo nos alentaba a seguir.

El saxofón retumbo.

Profundo.

Largo.

Erótico.

Alimentador.

Como nuestro beso.

Pero en medio de la excitación una extraña carga en mi pierna me obligo a parar.

Sorprendida.

Un poco asustada por ser sacada de balance miré en busca del responsable.

Expectante.

Separando mi atención de Asami observé en cámara lenta la perturbación.

Esperando revelar la identidad del sospechoso individuo que me molestaba.

Fue entonces cuando deduje de que o mejor dicho de quien se trataba.

Era Pabu.

La mascota de mi profesora.

Un perro color ladrillo más parecido a un zorro que a cualquier otra cosa.

No tan grande y esbelto como Naga pero simpático.

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