Narra Justin:
Abrí mis ojos lentamente, a causa de un molesto rayo de sol que se colaba por mi ventana. Bufé y me puse la almohada sobre mi cabeza. Honestamente, tenía sueño y no tenía ganas de levantarme. Me puse a pensar porqué tenía tanto sueño, pero no lograba recordar exactamente qué es lo que me mantuvo despierto hasta tan tarde…
Y luego, un pensamiento azotó mi mente como una cachetada que te deja la mejilla roja. ¡_____! Ella era la razón del insomnio que tuve hasta las cinco de la madrugada. Y claro, no podía dejar de pensar en ella, sus ojos perfectos, su sonrisa, su pelo, hasta sus dientes eran hermosos…Sacudí mi cabeza. ¿Qué me estaba pasando? No lo sabía pero sí tenía presente que quería conocerla más. Qué se yo, locuras mías.
Justamente me encontraba pensando en ella, cuando recordé que había acordado ir a pasarla a buscar hoy a la mañana por su casa. ¡Mierda! Ni si quiera estaba listo.
Como un rayo, me senté en la cama y empujé las sábanas, junto con la colcha, a un costado de la cama. Un dolor punzante se apoderó de mi cabeza, lo que siempre me pasaba cada vez que me levantaba rápidamente. Esperé unos segundos a que el dolor desapareciera, y me largué al baño. Obviamente, hice mis necesidades y me lavé la cara. Dios, parecía un zombi. No supe que hacer con mis ojeras, así que opté por seguir mojándome la cara para ver si surtía algún efecto. Como era de esperar, no hizo ningún efecto esperado. Ante esta situación, me encogí de hombros. Ya se me ocurriría algo.
Prácticamente corrí escaleras abajo para desayunar algo rápido. Me hice un café mientras abría la heladera para haber que había dentro de ella. Lamentablemente, no encontré nada comestible para un desayuno. Estaba por cerrar la heladera, pero un gruñido salió de mi estómago, y volví a la heladera. Dentro de ella, tenía un pedazo de pizza de la noche pasada, vegetales, leche, jugo de naranja y de manzana, y tarta. Opté por la pizza fría. ¿Qué se suponía que podía hacer? No era que tuviera mucho tiempo porque tenía que pasar a buscar a _____ a las 12 del mediodía para ir a almorzar a… ¡Ay, no!
Corrí hacia la televisión, necesitaba ver la hora. Eran las 10:30 a.m. Suspiré extremadamente aliviado. Me sobraba tiempo. Bah, eso creía, porque cuando tuve que llevar a _____ a su casa la noche pasada, habíamos tardado una hora. Bueno, tenía hasta las 11 para partir de casa.
Terminé de comer mi pedazo de pizza, y partí escaleras arriba para elegir mi outfit para salir. Abrí mi armario, y no sabía que elegir. Pasé mis manos nerviosamente por mi cabello. Parecía una mujer. Por eso mismo, agarré la primera remera que encontré (color blanco escote en ¨v¨) y mis típicos pantalones negros de cuero. Como era costumbre, utilicé mis supras, pero tenía de varios colores y no sabía cuales usar. Cerré mis ojos, y escogí al azar. Al terminar, había agarrado unas supras rojas. Me encogí de hombros, y me las calcé.
Respiré hondo. Busqué un buzo, y partí escaleras abajo. De la cocina agarré mi celular, las llaves de casa, y por supuesto, las benditas llaves de mi auto blanco. Y así, bastante nervioso, salí al garaje. Me dirigí al auto felizmente, encendí el motor, y me metí dentro.
Miré la hora, el reloj de mi auto marcaba las 11 a.m. Agarré el celular y le mandé un mensaje de texto a _____.
”Estoy yendo a buscarte. ¿No te olvidaste, verdad? Más vale que no. No me peiné porque sí. A las 12 estoy en la puerta de tu casa. -Justin. ”
Punto de vista de ______:
Abrí mi closet con mucha energía. Necesitaba algo que ponerme urgente. Cuando recibí el mensaje de Justin diciendo que pasaría a buscarme a las 12, no supe como reaccionar. Recién me levantaba. Soy así, suelo dormir hasta tarde.
Tomé un gran respiro. Mis manos estaban temblado seriamente. Necesitaba controlarme ya. Entré al baño, ya con la ropa a usar escogida, y me di una ducha rápida, para bajar los humos.
Una vez lista, comencé a maquillarme, me pasé rímel, base, y un poco de lápiz labial de brillito en mis labios. Me miré al espejo. Honestamente, no me sentía tan fea. Estaba presentable.
Tambaleante, bajé las escaleras.
-¡Mamá!- Grité mientras las bajaba.
-¡Estoy en la cocina!
Cuando llegué a donde estaba mi madre, le di un beso en el cachete.
-Ma, voy a salir con Lilly hoy. No sé cuánto tiempo vamos a estar fuera, probablemente unas tres horas, no sé todavía. Te llamo cuando esté volviendo.
Y antes de que pudiera decirme algo, o regañarme por no haberle contado antes, apresuré mi paso hacia la puerta principal. Una vez fuera de la casa, cerré la puerta. Una brisa veraniega me revoloteó el pelo.
-Maldito viento. No me peiné porque sí. Se supone que tengo que estar presentable.-Decía para mí misma.
-Y lo estás- Anunció una voz atrás mío. Me volteé justo a tiempo para ver a una figura recostada sobre un auto blanco. Agudicé mi vista, y allí estaba. Justin Bieber, vistiendo como siempre, esperándome. Chequeé mi reloj, marcaba las 12 en punto. Vaya, era muy puntual. Alcé mis cejas en señal de sorpresa. Me acerqué a él.
-¿Cómo estás, _____?
-Ummm….Bien, ¿y vos?
-También.- Me contestó, regalándome una sonrisa única.
Como no supe que decir, miré el auto, y Justin me abrió la puerta del copiloto.
-Pase, señorita.
-Muchas gracias, señorito.-Dije haciéndome la graciosa. Verdaderamente estaba nerviosa.
Justin entró al auto, y lo puso en marcha. Ninguno de los dos dijo ni una sola palabra. Pero…tenía una duda.
-Justin…
-¿Ajá?
-¿Hacia dónde es que estamos yendo?
-Sorpresa.
-No te hagas el misterioso, Justin. Dale decime. Voy a estar todo el viaje molestando si no me decís ahora.
-Ok. Te doy una pista.
-Bueno, está bien. Intentaré de adivinarlo.
-Va a ser al aire libre.
-¡Ay! ¡Pero eso no me dice demasiado!
-Va a haber pájaritos.
-Mmm…. ¿Vamos a un… parque?- Me sorprendía que vayasemos a un parque, por todo el tema de los paparazzi. Me encogí de hombros, quería más pistas.
-Es algo parecido a un parque, _____.
-¿Qué vamos a hacer allí?
-No vas a dejar de cuestionarme, ¿verdad?
Me sonrojé y no le contesté.
-_______.
-¿Sí?
-Solo te voy a decir que vamos a un pic-nic.
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