Punto de vista de ____:
La verdad era que desde que Luke me había despertado, no había podido reconciliar el sueño, por lo tanto, me levanté de la cama, caminé hasta el baño cruzando el pasillo, y ahora me encontraba tomando una ducha.
Era espectacular el sentimiento de relajación que emanaba el agua caliente chocando contra mi cuerpo.
Una vez que terminé de bañarme, me envolví en una toalla y cuando iba a agarrar la ropa para ponerme, me di cuenta de que no había traído la ropa para cambiarme aquí en el baño. Murmuré un insulto y salí al pasillo con una toalla cubriéndome el cuerpo y otra más pequeña en la cabeza.
Una vez ya cambiada, estaba lista para bajar las escaleras e ir hacia la cocina a prepararme algo para desayunar. Tenía pensado hacerme un jugo de naranja con medialunas (facturas). Pero, como era de esperar, cuando llegué a la cocina me di cuenta de que no había lo que yo quería comer, a excepción del jugo de naranja exprimido. Genial.
Busqué otra cosa para comer, pero ya estaba convencida de que no quería otra cosa, por lo cual me dispuse a agarrar mis llaves y plata que había dejado mamá en la mesada por si pasaba algo, y salí de casa. De paso necesitaba comprar toallitas femeninas, así que bueno.
Me encontraba recorriendo estantes del supermercado, buscando cosas que Luke quisiera para desayunar y otras cosas para mí también, entre ellas, las debidas toallitas femeninas. Cargué el carrito de supermercado (chango) con galletitas, una botella más de jugo, una botella de leche, y un pote de mermelada, que casi no quedaba. Después de pasar por el sector de la comida, me dirigí al que yo quería ir. Agarré las toallitas que necesitaba y me dirigí hacia el lugar para pagar. La cola de espera adelante mío era larga, pero bueno, tendría que esperar
-¿____?- Inquirió un muchacho morocho, de unos veinte años de edad, ojos azules como el cielo. Era bastante apuesto, debo admitir.
-Te pido mil disculpas, ¿pero nos conocemos?- Le pregunté intentando ser lo más educada posible.
-Em…bueno…se podría decir que sí…- Dijo mirando el suelo.
-¿De dónde? Perdón que no me acuerde, pero si me decís es probable que todo venga a mi cabeza más claramente.
-Soy Kyle. El chico que te invitó a bailar en el bar…em…- Dijo rascándose el cuello. Claramente estaba avergonzado.
Fruncí el ceño.
-¿En qué b…?- Me interrumpí cuando una imagen viva de un chico invitándome a bailar en el bar en el que me encontré con Justin después del concierto, vino a mi mente.- ¡Kyle! ¡Ya lo recuerdo! Perdón que no tuve la ocasión de poder bailar con vos… es que…- Frené. No sabía que iba a decir, algo como “El famoso Justin Bieber no quería que yo baile con vos, y bueno…estaba tan impactada por como dijo eso que no supe que decir. Perdón. ¡Ah! Sí, y ayer se quedó a dormir en mi casa, pero creo que ya se fue.” Sí, sonaba increíblemente estúpido, y loco.
-Sí, tu cita no te dejó.
-Sí…mi cita.- Repetí. Un minuto, ¿Kyle no reconoció a Justin Bieber en el bar? Debía aprovechar esta ocasión, no quería que el mundo supiera que yo conocía a Justin Bieber. Tenía mis razones. Odiaba llamar la atención, pero odiaba aún más mentir, pero se me daba bien dentro de todo, y debía hacerlo.- No era mi “cita” en realidad, es un viejo amigo que no veía hace un tiempo, y bueno…supongo que quería que pase tiempo con él. Perdón por eso.
-No hay problema.- Dijo. La fila para pagar estaba avanzando rápidamente y antes de que me diese cuenta, tenía a solo una persona por delante, y atrás mío estaba Kyle.- Entonces…estaba pensando…no sé…ya sé que no nos conocemos, pero quería que…pensaba que tal vez quisieras salir algún día conmigo…- Hizo una pausa.- No como una cita, si no para conocernos más, me gustaría llegar a conocerte- Dijo tartamudeando. No quería rechazarlo.
