Llegar a casa esa noche antes de lo previsto y ver aquella escena no me alteró, ni siquiera sabía cómo reaccionar exactamente, tenía mi corazón en la mano y podía sentir cómo poco a poco dejaba de latir.
—¡Oh!, no sabía que estaban ocupados —
Aquello lo dije lo más sereno posible, y nada más, al contrario de lo que quizá ellos hubieran esperado, cerré la puerta de nuestra habitación y tomé camino a la sala, encendí el televisor y suspiré, sintiendo cómo un par de lágrimas caían por mis mejillas.
—¡D-Dios! ¡C-Craig, juro que puedo explicarlo! — se escuchó la voz de él aquel chico de melena rubia y alborotada que en algún momento fue mi novio. Él estaba bastante alterado, más que de costumbre, mientras el castaño de acento francés salía del departamento sin decir nada, solo azotó la puerta provocando aquel eco que caló en mis oídos.
—¿Por qué no haces lo mismo? Lo que hizo Christophe fue muy inteligente — dije con sorna, casi en un murmullo, mientras buscaba en el bolsillo de mi chaqueta una cajetilla de cigarros y un encendedor verde esmeralda. Esto para después encenderlo, importándome poco la presencia de mi prometido — al menos el se fue con su dignidad intacta, no sabemos si ese también será tu caso.
—¡Dios! ¿C-cuántas veces te lo he dicho? ¡No fumes aquí adentro! ¡En lugar de fingir esa paz, que tanto aparentas deberíamos hablarlo! — me reclamó mientras comenzaba a tirar de su cabello, los nervios lo estaban afectando. El verme tranquilo después de saber que lo había visto a punto de tener sexo con uno de mis "mejores amigos" y que yo no reaccionara violentamente, aparentemente le resultaba inquietante.
¿qué era lo que debía hacer? ¿Golpearlo? ¿Gritarle? Yo jamás sería el malo de la historia.
—Tú no te acuestes con "otro" y me pensaré lo del tabaco, solo quiero relajarme y fumar un rato ¿debo pedirte permiso? — comenté con frialdad mientras pasaba mi mano diestra por mi rostro para limpiarme las pequeñas lágrimas que se me habían escapado hace apenas unos minutos. Solté un largo y tendido suspiro, desacomodé mi cabello y volví a verlo — ¿desde cuándo, Tweek...? ¿Desde cuándo? Por favor, necesito saberlo.
—Hace dos meses — respondió mirando al piso, su voz parecía quebrarse como si estuviera queriendo llorar, aunque no creía esa actuación — p-perdón... ¡Por favor! ¡C-Craig!.
Quería creerle, pero para mí, eso no era más que una actuación. Si estuviera en mi lugar, le daría algún premio por su maravillosa actuación.
—Menos mal que fue ahora, ¿no lo crees? ... antes de la boda — susurré, comenzando a llorar mientras reía con desesperación. No tenía idea de lo que pasaba exactamente, estaba triste, enojado, desesperado, eran muchas emociones las que me estaban hundiendo, quizá también estaba ahogándome en un pequeño vaso de agua, quizá no. — Mierda, Tweek... Nos íbamos a casar en un mes... ¡Un mes! ¿¡No fui suficiente para ti!? ¿Qué hice mal? — le cuestioné de inmediato, pero la verdad no estaba seguro de querer la respuesta, así que me incliné hacia adelante, recargué mis codos en las rodillas y agaché la cabeza mientras lloraba
—¿Íbamos? —preguntó con un hilo de voz algo serio mientras yo levantaba el rostro para verlo y estaba enojado... ¿Enojado? No podía creerlo, él estaba enojado — ¿N-no puedes perdonarme? ¿Mi único error en toda la relación es este y no puedes perdonarme?
—¿Todavía te atreves a preguntar? ¡Sí, Tweek! ¡ÍBAMOS! ¿¡Crees que me casaría con alguien que me pone los cuernos!? ¡Estoy enamorado! ¡Pero no estoy pendejo! —exclamé poniéndome de pie mirando atentamente al rubio, notablemente más bajo que yo— puedes quedarte con el anillo— susurré mientras me colocaba mi chaqueta negra y tomaba las llaves colocadas en la mesa junto al rubio— dormiré en casa de mis padres, tienes una semana para desocupar MI departamento—
—¿En serio las cosas van a terminar así? —le escuché gritar desde las escaleras, pero no miré hacia atrás.
Salí corriendo del edificio, subí a mi motocicleta y arranqué...
Huía de todo lo que estaba pasando, me encontraba escapando de mi realidad a Central Park.
Era de noche, así que estacioné mi motocicleta en una pensión y salí de ese lugar. Corrí, corrí para llegar al parque, ni siquiera sabía exactamente dónde estaba, solo quería llegar a un lugar donde no hubiera gente, y al hacerlo grité, grité lo más fuerte que pude mientras mis pulmones sentían desgarrarse, años de fumar pasaban factura.
Aunque ahora somos adultos, sabemos que la eternidad no existe.
Esos momentos eran tan reales que ahora solo parecen un sueño.
Duró solo un instante, pero se sintió como una eternidad.
Y todos nosotros, finalmente, nos convertimos en adultos.
Los niños que solían jugar a ser maduros ya no existen.
Ese segundo, aunque para ti fue breve, para mí fue tan largo como la noche.
Deseaba que nada hubiera sucedido.
Solo quería irme y escapar...
A pesar de eso, todavía quería estar a su lado.
Solo deseaba marcharme y olvidar...
Pero sabía que mi orgullo no me lo permitiría.
Una imagen vale más que mil palabras...
Él era más que mi mundo,
y lo que vi valía más de lo que podía imaginar.
Aunque intentaste esconderlo y pedir perdón, lo mejor fue dejar que las cosas siguieran su curso.
Pensé que no era suficiente para ti,
solo para darme cuenta de que jamás fuiste suficiente para mí.
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Menta & Chocolate
RandomUna traición escondida en un sabor, Un nuevo amor que es fresco y que es dulce. Crean el postre perfecto, y se alejan del sabor efímero del café. Se alejan de lo que no es dulce... Se alejan de los recuerdos amargos. Por qué como un soplo de viento...