Más tarde al llegar a la cafetería, me sorprendió ver a Christophe, estaba afuera en la puerta de empleados tratando de ingresar su clave de acceso, sin embargo me alegre al ver que no podía entrar, los únicos que podíamos cambiar o retirar claves era Tweek, Clyde, y yo aunque el castaño solo por qué era dueño del 10% de las acciones de la empresa, pero había dos cosas que debíamos recalcar
1.- era claro que yo no lo había hecho a pesar de estar tan molesto, simplemente mi cerebro había estado en otras cosas como para pensar en ello.
2.- era divertido verlo peleándose con el panel de acceso.-vaya... ¿Quién diría que me encontraría a la rata francesa por aquí? - comente en voz alta y tranquila mientras aparcaba la motocicleta en su lugar; el castaño me miró enojado mientras yo me acercaba al panel de clave - ¿te sacaron del equipo? - pregunte mientras pensaba que seguramente no tardaría en amenazarme, después de todo el deseaba estar con Tweek.
-¡si fuiste tú maldito gilipollas! - me grito mientras solo admiraba su cara ardiendo en cólera, me divertía verlo así, lo disfrutaba como ninguna otra cosa- ¡sabes que no me puedes despedir por tu cuenta merde! ¡Cuando Tweek se entere...
-¡Cálmate princesa!, ojalá hubiera sido yo el que retirara tu clave, no tienes la idea de lo satisfactorio que me hubiera resultado - -comente con sinceridad mientras me encogía de hombros —pero yo vengo llegando, ayer estuve en un bar, no estaba en una buena condición como para hacerlo, ¿por qué no le preguntas a tu jefe directo? —cuestione con una risa mientras tapaba el teclado para ingresar mi propia clave - vamos, yo te dejaré pasar para que hables con Tweek - agregue tranquilamente, mientras él pasaba a mi lado empujándome por el hombro -
Me puse mi uniforme de la cafetería y me decidí aparecer por el mostrador, ahí estaba Tweek atendiendo una y otra comanda mientras kenny limpiaba mesas, enseguida vi cómo Christophe se acercaba a mi ex-prometido y le tocaba el hombro.
-¡Dios! ¡Craig! Qué bueno que llegaste! Nece... - su voz se callo cuando volteo a verlo, ahí estaba Tweek comenzando a temblar como cachorro indefenso, enseguida su mirada se posó en la puerta de servicio donde yo estaba recargado y me encogí de hombros - ¿q-qué haces aquí? - preguntó en titubeos mientras yo me dignaba a aparecer y continuar con las comandas y entregarlas a las personas que esperaban en la barra, claro que lo hice solo para escuchar lo que tenía que decirle Tweek, quien pronto salió del trance para comenzar a sacar los postres del mostrador -
-¡quería saber por qué permitiste que él me sacara del sistema! - dijo molesto mientras se quedaba quieto sin hacer nada - ¡llegó aquí y todavía se atreve a decirme que no lo hizo! ¡Merde Tweek! ¡¿No planeas ni siquiera defender lo que hubo?!
Una risa salió de mis labios al escuchar aquello y una mirada inquisidora de Tweek cayó sobre mis hombros aún así no pude evitar sonreír y seguir en lo que hacía.
-Jesus... ¡Ngh! Y-yo fui quien te sacó del sistema —aclaró mientras se quedaba quieto y yo soltaba una carcajada limpia que hizo que más de uno en la cafetería me viera - ¡Craig! - se quejó de inmediato el rubio mientras continuábamos atendiendo.
-necesitamos hablar- dijo el castaño rápidamente mientras se iba directo a la zona de producción y escuchaba a Tweek suspirar -
-sabes que esto no cambia absolutamente nada entre nosotros, ¿verdad? — pregunté mientras el agachaba la cabeza y asentía sonriendo falsamente, simplemente que esta vez lo ignore.
Las horas pasaron y en la cafetería, los tres estuvimos mucho más relajados después de la plática, era hora de cerrar y kenny limpiaba las mesas después de colocar el cartel de cerrado y bajar la persiana metálica del frente de la tienda; Tweek, Christophe y yo por nuestra parte caminamos directo a la cocina.
El ambiente estaba tenso, Tweek se sentó en una mesa de acero inoxidable mientras yo me recargaba en las hornillas apagadas y Christophe en la puerta de un congelador vertical.
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Menta & Chocolate
RandomUna traición escondida en un sabor, Un nuevo amor que es fresco y que es dulce. Crean el postre perfecto, y se alejan del sabor efímero del café. Se alejan de lo que no es dulce... Se alejan de los recuerdos amargos. Por qué como un soplo de viento...