Capítulo 6 :

266 11 7
                                    

Desde mi auto observando el mundo. Mi alrededor. Gente de un lado a otro. Solo quiero llegar a casa, comer rápidamente e irme a la cama. Luego del helado, en la tarde, me dirigí a la oficina y todo fue puro papeleos y charlas de negocios. Estaba devastado. Necesitaba descansar. Guarde mi vehículo en el garaje y subí en el ascensor. ¿Como puede ser que Louis nunca halla probado carne asada? Era algo muy raro. Llevarlo a comer, eso tenía en mente. Solo debía organizarme con mi trabajo y ponerme al día. Si, eso debía hacer. Así podría invitarlo a cenar en esta semana. Era un chico bonito, claro que si, lo era. Sacudí mi cabeza. ¿Que estaba pensando? Maldición, otra vez lo mismo no quería repetir. Ingrese a mi departamento, me dirigí a la cocina y me prepare fideos con crema y carne al horno. Termine de comer y decidí irme a dormir.


El despertador no paraba de sonar. Eran las siete treinta. Parecía solo que había tenido tiempo a pestañear, pero se ve que no fue así. Estaba a miércoles, mitad de semana y ya estaba exhausto. Me levante de mala gana y para mi desayuno prepare leche con cereales, miel y medialunas, clásico desayuno de todos los días. Tome mi teléfono celular y revise mi agenda. Nada para hacer hasta las diez de la mañana. ¿Que hacia levantado?. De pronto mi teléfono celular comenzó a sonar con la llamada entrante de mi madre...

- Ma - Dije sonriente dando un cucharon a mi taza y llevándolo a mi boca

- Hijito, ¿como te encuentras? - Mi madre tan amorosa como siempre.

- Muy bien, ¿y tu?, ¿papá?

- Oh por suerte bien, bien los dos. Discúlpame que te llame a estas horas pero necesitaría un favor de tu parte.

- Me alegro por ello. Claro que si madre, dime, lo que sea. - Dije con una medialuna en mi boca.

- Mira... Necesitaría que te presentes en mi lugar para la reunión de Gemma. ¿Es mucho pedir? - Dijo felizmente.

- Claro que no. Dime cuando y a que hora.

- Hoy, a las ocho de mañana. No llevara mucho tiempo, es para hablar sobre el viaje de fin de curso. ¿Realmente puedes hijo, o estoy poniéndote en aprietos?

- Si madre, puedo. Hoy comienzo con mi trabajo a las diez, estaré allí puntualmente.

- Gracias hijito, realmente. ¿Pasas a buscar a Gemma por casa?

- Si, claro.

- De acuerdo... ¿Quieres venir a cenar hoy en la noche? Prepararé carne asada, con papas al horno, como a ti te gusta. ¿Que dices?

- ¡Claro que si madre! Iré a cenar a eso de las ocho. ¿Esta bien? Tengo demasiado trabajo para hoy.

- Claro, seras bienvenido. Ve a hacer tus cosas. Te quiero

- Y yo a ti ma.

Colgué. Era lindo escuchar a mi madre feliz.

¿Que me quedaba por hacer? Absolutamente nada. Coloque "The Beatles" en mi reproductor de ipod y comencé a revisar mi maletín de trabajo. Prepare los folletos que debía entregarle a Elliot y se hicieron las siete y cuarenta. Tome mis llaves, me retire de mi departamento, saque mi vehículo y recogí a Gemma en casa de mi madre.

- ¡Haber si te dignas a venir mas temprano la próxima vez! - Grito al entrar y cerrar la puerta con un golpe fuerte.

- Tranquila, ¿alguien amaneció mal?

- ¿Alguien amaneció retrasado? - Dijo cruzada de brazos con la vista al frente.

Reí y aceleré la velocidad.

- No, claro que no. Por cierto, me levante temprano. Solo quería hacerte esperar para verte enojada - Me escogí de hombros.

- ¡Eres un chiquilin Harry! ¿Cuantos años tienes? ¿Diecinueve o seis? - Dijo molesta

- Lo siento chica madura. - Reí. - ¿Que materias te tocan hoy?

- Música, química y matemáticas. - Dijo mas tranquila

- Aburrido, ¿verdad?

- Lo es.

- Debes levantar física, y lo sabes. ¿Que tal si vienes el viernes a casa y practicamos? - Dije sin quitar mi vista de enfrente

- ¿Puedes? De acuerdo. ¿A que hora?

- Ven a cenar, cocinare.

- De acuerdo. Hamburguesas - Dijo colocando un cd en el equipo.

- Con una condición...

- ¿Cual? - Dijo frunciendo el ceño

- Tu te encargas del helado - Reí

- Claro. - Sonrió.

Llegamos al colegio y estacione en la puerta. Cientos de chicos con libros en sus manos, de un lado al otro, rodeaban el lugar. No sabía porque, pero mis ojos buscaban a Louis. Tal vez solo para saber como estaba, o si vendría al colegio. Gemma chasqueo sus dedos delante de mi.

- Harry, ¿que miras?

- Nada. ¿Vamos?

- Claro.

Bajamos del auto y nos dirigimos al colegio. Gemma se dirigió al salón de Música y yo me dirigí hacia la sala principal. Una mujer de unos cincuenta años, estaba sentada en un escritorio completando algunos papeles.

- Disculpe, buen día. ¿Sabe hacia donde debo dirigirme para la reunión sobre el viaje de fin de curso?

- Buen día. Segundo piso, tercera puerta a su derecha.

Sonreí dándole las gracias y me dirigí hacia donde me había indicado.

Para toda la vida. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora