Estábamos sentados uno en frente del otro, de cada extremo de la mesa. Él con su café y yo con el mio. Por suerte estaba ingiriendo comida, gracias a dios.
Necesitaba hablar sobre lo sucedido anoche... necesitaba saber porque se encontraba allí y en ese estado, así que decidí romper silencio.
- ¿Que hacías al costado de la ruta tirada, solo, desamparado? - Pregunté tomando un sorbo de mi café y mirándolo fijamente.
Él se dedico a sonreír y a morder parte de su tostada.
- ¿Para qué quieres saber? - Rió.
- ¿Por qué no contestabas cuando te pregunte como te encontrabas? ¿Por que no me mirabas a los ojos, Louis? - Dije seriamente sin dejar de mirarlo.
- ¿Realmente no se te ocurre el porqué? Yo creo que es algo muy obvio... ¿En que mundo vives, Harry? - Dijo en un tono serio, mirándome.
- ¿A que te refieres? - Fruncí el ceño.
- Droga. - Dijo y luego continuo comiendo, desviando su vista de mi.
Me quede atónito. No esperaba esa respuesta de su parte. ¿Droga? ¿Acaso se drogaba? Oh claro, que estúpido fui. ¿Qué persona se encuentra perdida, ríe en ocasiones desastrosas, sin ayuda de la droga? Idiota, eso es lo que era, un idiota. ¿Cómo no pude darme cuenta antes? ¿Si necesitaba ir a un hospital anoche y yo no lo lleve? Oh rayos, porque me pasan estas cosas. Porque a mi.
- ¿Por qué lo haces? - Dije al cabo de unos minutos.
- ¿Que cosa? - Dijo sonriente
- Drogarte. ¿Por qué?
- ¿Por qué no?
- Ya sabes.. no es algo bueno. Es malo para la salud, te arruina la vida y se la arruina a los que te rodean.
- ¿A los que me rodean? - Rió - Nadie esta en mi entorno. Estoy solo en este maldito mundo. Solo tengo conocidos, pero a ellos no les intereso.
- ¿Qué hay de tu padre? ¿Tu madre? o ¿Algún otro familiar? - Pregunté con dolor a su respuesta.
- ¿Padre? Ese idiota no puede llamarse padre. No tengo relación. No tengo familia.
- ¿Y tu madre?
Sus ojos se cristalizaron y bajo la mirada. Algo malo había con ella. Diablos, para que pregunte.
- Esta enferma, se encuentra en un psiquiátrico.
Me quede atónito, otra vez.
- Lo siento. - Dije apenado
- Créeme, yo también.
-¿Quien estaba ahí para ayudarte? - Pregunte apenado.
- Nadie en realidad.
Y me dolió. Me dolió su respuesta. Me dolió saber que realmente estaba solo.
- Me voy, gracias por todo Harry. - Dijo finalmente dejando su asiento y dirigiéndose a la puerta de entrada.
Apenas volteo lo tome del brazo.
- Oh, por favor. ¿No hay nada que pueda hacer por ti?
- No
- ¿Nada?
- No.
- De acuerdo.. pero ya sabes. Tienes mi dirección, puedes venir cuando necesites algo. - Lo mire fijamente a sus ojos.
- ¿Y eso por qué? - Dijo serio
- Porque podría ayudarte, con lo que sea.
- ¿De veraz? - Dijo triste.
- De veraz. No me costaría nada, realmente.
- Gracias. - Bajo su mirada.
- ¿A donde te diriges ahora? - Dije para sacar algo mas de conversación.
- No lo se.
- ¿Entonces, por que te vas?
- Porque no quiero mas preguntas. No estoy acostumbrado a dar explicaciones sobre mi, sobre lo que me pasa.
- No mas preguntas. Pero... quédate.
- ¿Para qué?
Ni siquiera lo sabía. No sabía por que quería retenerlo, pero lo necesitaba. ¿Lo necesitaba? Diablos, ni siquiera sabia lo que pensaba.
- No tengo nada que hacer hoy.
- ¿Y en qué cambia que yo este? - Dijo sonriente.
- Podemos hacer cosas... digo, organizar una salida. ¿Qué te parece si vamos a que conozcas la famosa carne azada? - Sonreí.
- De acuerdo. Pero en la noche, ¿que te parece? Ahora quiero ir a mi casa, así me doy una ducha.
- Puedes ducharte aquí.
- No, gracias. Debo irme. ¿A qué hor...
- A las nueve treinta, ¿qué te parece?
- De acuerdo.
- ¿Paso por ti?
- No. Vendré yo aquí. Y de nuevo - Dijo haciendo una pausa. - gracias por todo, Harry.
Sonrió y beso mi mejilla.
- ¿Quieres que te alcance a tu casa? - Pregunté felizmente.
- No, iré solo. Te veo al rato.
Dichas estas ultimas palabras se retiro del departamento. Toque el portero y lo vi salir a la calle por la pantalla que se encontraba en la cocina. Esta noche, esta noche trataré de hacerle algunas preguntas. Me intriga su vida, quiero saber de él. Quiero convencerlo de que no es un buen camino el de la droga. Nunca tuvo apoyo de parte de nadie, según él. Pero ya no, eso iba a cambiar. Necesitaba ayuda. Con el tiempo tendría que lograr que confié en mi. Después de todo, ¿que me cuesta ayudarlo?.
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Para toda la vida. (Larry Stylinson)
Novela JuvenilUn amar, un sonreír, un vivir, un soñar, un juntos... hasta el final. Un amor, para toda la vida.