Capítulo 14

44 4 2
                                    

El tiempo había caído como las hojas de este otoño, que en sí ya se estaba acabando. Atrás quedaron esos días en donde Aiden y yo nos recostábamos en su sala a ver toda la filmografía de Sandra Bullock o quedarnos hasta tarde terminando los temporadas de Juego de Tronos[1].

Simplemente, todo había cambiado en el ultimo mes y medio; desde nuestra relación hasta nuestros amigos. Ahora, solo podíamos compartir un par de frases en los almuerzos dado que el resto de sus horas libres, se la carcomía con su novia.

Ni siquiera para su cumpleaños pudimos estar juntos, puesto que él y Farrah decidieron ir a de viaje a Nueva York como regalo. Tampoco estuvo con nosotras para Halloween y dudaba bastante que viniera esta noche para la cena de acción de gracias que había organizado Litta.

Sin embargo, no todo pintaba mal en mi vida. Había creado una estrecha relación con Miles, sí, el amigo de Farrah. Con él nos veíamos una vez a la semana y dábamos vueltas por el centro de Baltimore hasta encontrar un plan para la noche. Tal vez aquella espontaneidad de nuestras salidas era la misma que mantenía mi cabeza libre del chico apedillado Allen.

Aún así, debía admitir que extrañaba a mi mejor amigo, si todavía lo es, y ansiaba que se presentara esta noche para poder cruzar las palabras que no habíamos podido tener. Y sí, por si se lo preguntaban, sigo sintiendo más que una amistad por Aiden. Es más que obvio. Es relativo.

―Sky, ¿vas a ayudarme con el pastel de arandanos o vas a seguir fantaseando? ―preguntó Litta, con los brazos en forma de jarra. Lucía enojada.

―Disculpa. Ya me pongo ello―respondí, regalandole una sonrisa de perdón.

Ella negó con su cabeza y volvió a su trabajo de rellenar el pavo. Suspiré, dándome cuenta de que siempre perdía tiempo con mis sueños diurnos.

Me levanté de la mesada y busqué los ingredientes para el pastel. Estaba ayudándola porque me sentía apenada al no contribuir con nada para la cena. No tenía dinero, puesto que mi paga se había ido en la última cita con el dermatologo, así que aportar con mi mano de obra era lo mejor que podía hacer.

Así ella y yo hicimos en unas 4 horas toda la cena que teníamos planeada; pavo relleno, puré de papas, ensalada, pudin, maíz dulce, pan integral y el pastel de arandanos. Aunque debíamos admitir que la mitad salió de latas.

Monique y Clark fueron los primeros en llegar, cargados con 3 botellas de vino tinto. Ellos se encargaron de poner la mesa a la vez que se comían a besos.

Litta y yo los mirábamos con cierta envidia. En mi caso, parecía más bien nostalgia ya que yo había tenido acceso a los besos de Aiden, pero no a su corazón. Mire a la griega y me di cuenta de que nunca habíamos tenido información de su vida amorosa.

Despues de varios meses a su lado y sin saber nada intimo de ella, resultaba increíble; pero era cierto. Monique y yo estabamos tan enclaustradas en nuestros propios dramas que habíamos dado por sentado la inexistencia de las relaciones amorosas de ella.

―Se ven muy lindos juntos―comenté, llamando su atención―. Ya quisiera yo un noviazgo como el de ellos.

La griega sonrió, con un especial brillo en sus ojos.

―Somos dos, Sky ―sentenció―. Sin embargo, ese es un gusto que yo no me puedo dar.

―¿A qué te refieres? ―pregunté con mi ceño fruncido.

―Soy una inmigrante ―recordó―. Cualquiera pensaría que solo busco un relación para ganarme la ciudadanía. Es algo estúpido, a decir verdad, porque tengo solo 16 y no busco casarme en menos de 10 años; pero así de xenofobicos son la mayoría de personas que conozco.

Lo Opuesto a La Belleza - Wattys 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora