Capítulo 18

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Para resumir lo que pasó después de que Aiden abrió esa puerta puedo usar unas cuantas palabras; decepción, irá y conflicto.

Decepción, por parte de mí amigo quién encontró a su ex novia, notese mi felicidad, besando a Andreas Kostas, el cual tenía sus manos debajo del camisón de dormir de Farrah. Aiden negó con la cabeza y les pidió el favor de que regresarán a su carpa a dormir y que a primera hora de la mañana se fueran puesto que él no los quería volver a ver.

Ira, de Meredith, la mamá de Aiden; quien al escuchar tanto ruido, bajo a ver lo que sucedía y tuvo un gran altercado verbal con la chica. La señora Allen la insultó con todas las palabras posibles en el idioma y, claro, Farrah no se quedó atrás. Además de ello, el griego se convirtió en un refuerzo de su amante y se unió a la lucha verbal.

Y, finalmente, conflicto, de parte de Connor, el padre de Aiden, quien llego a escena justo cuando su esposa y la exnovia de su hijo se iban a halar del cabello. Las intento separar, pero no pudo con ambas. Así que la única solución que vio, fue sacar su arma del ejercito y amenazar suavemente al par de infieles de irse de la casa en cuestión de minutos.

La noche volvió a la normalidad y nosotros a nuestras carpas. Al siguiente día fue que se empezaron a notar los efectos colaterales.

Aiden salió de su carpa luciendo como si le hubiera pasado una tracto-camión por encima, y eso es bastante dado que, ante mis ojos, él siempre se veía bien. Los demás despertamos con una pequeña resaca que pronto apaciguamos con Aspirina.

Desde ese día, el celular de Allen vibraba, mínimo, cada 10 minutos con un texto de Farrah; sin embargo él se había armado de valor y nunca le respondía. Dejándola como más nos dolía a toda nuestra generación; en visto.

Así que volví a tener la antigua relación con mi amigo. Veíamos películas, cocinábamos o él me enseñaba a jugar en su Xbox. Pasábamos más de tiempo juntos y Aiden compartía el almuerzo con nosotras, justo como lo hacía ahora.

-Adivinen quién va a ir al baile con Clark Matthews -preguntó al aire Monique, con una sonrisa a media plantada en su cara.

-Es obvio que tú -contesté, para tomar un sorbo de mi jugo de mango.

Hoy era un buen día, únicamente porque el menú de la cafetería es lasagna; de resto, era un fiasco. Empezando porque se anunció el baile de invierno que cada año se realizaba en la preparatoria. Con este se cerraba el primer semestre y se daba inició a las vacaciones de fin de año.

La razón por la que odiaba este evento era porque, si no es más que obvio, nunca nadie me invitaba. Además, aborrecía esa maldita idea del "Sadie Hawkins"[1] y justo la habían elegido para esta edición. Así que, sin pensarlo dos veces, ya sabía que volvería a quedarme en casa como las veces pasadas.

-Lo sé -agregó con una suave risa, como si no pudiera creerlo-. ¿Y ustedes chicas?

Pensé responderle con la verdad, pero todos en la mesa pusimos nuestra atención en Litta, quien tomaba rápidamente de su lata de gaseosa intentando esconder su rostro ruborizado.

-¿Qué estás ocultando, pequeña? -inquirió Aiden.

Ella bajó su gaseosa y su cara se torno más roja, no de vergüenza, sino de ira.

-¡No me digas pequeña, Allen! -exclamó, acusándolo con su dedo indice-. ¡Ni ninguno de tus malditos apodos! ¡Para ti soy solo Litta!

-Esta bien, solo Litta -contraatacó el chico, sonriendole vistosamente.

Ella bufó y negó con la cabeza intentándose tranquilizar.

-Si no fueras amigo de esta chica -me señalo-, ya te hubiera cortado las bolas con un par de tijeras para podar. ¡No te soporto!

Lo Opuesto a La Belleza - Wattys 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora