Capítulo 34

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El arma en mi cuello sigue tan apretada como hace unos segundos, todos mis músculos se tensan, mis manos se cierran en puños esperando el golpe final, mis ojos se aprietan tanto, que a las lágrimas acumuladas en ellos se les hace imposible salir, y estoy tan rígida, que el temblor aterrorizado que se había apoderado de mi cuerpo ha desaparecido por completo. Solo deseo que esto acabe, solo puedo pensar en que morir ahora mismo, sería la solución a todo. Aguanto unos segundos, y guardo mi último aliento para cuando el diez sea pronunciado por la boca de nuestro asesino, pero eso no ocurre. En cambio, es reemplazado por otra voz, una voz que me desconcentra totalmente, y hace que suelte un suspiro sollozante y ahogado.

-¡Joe!- La voz de hombre dice, y de pronto, sé de quién es esa voz. Mis ojos se abren mirando al suelo, y todo es silencio a mi al rededor. Alzo mi cabeza y lo veo. Su mirada se cruza con la mía en ese mismo instante, y todo se revuelve dentro de mi. No se ve mal, se ve cansado, como todos a esta etapa, sus manos están cerradas en puños al igual que las mías, y me observa con calma, pero con tantas cosas reprimidas en sus ojos. Sus cejas están profundamente fruncidas en mi dirección, y sus finos labios se entreabren mientras escanea la situación en la que me encuentro. De pronto, mi corazón, que parecía a punto de estallar, comienza a latir con tanta fuerza, que puedo sentirlo rebotar contra la piel de mi pecho, y una tormenta de sensaciones me invade. Mis ojos se llenan de lágrimas en una fracción de segundo porque estaba tan asustada de no volverlo a ver. Lo necesito tanto, lo quiero tanto, y me siento tan extraña al verlo justo allí en frente de mí, que el impulso de abrazarlo es mas fuerte que todo el miedo que pude haber experimentado.

-¡Daryl!- Exclamo en un sollozo, y caigo al suelo sobre mis codos, en un intento desesperado por correr a su lado, por estar cerca de él, aunque eso me cueste la vida. Daryl me observa fijamente, y puedo ver la pena en su expresión, pero no se mueve, no dice nada que pueda ayudarme, y aunque el ardor en mi pecho al verlo allí inmóvil; es sofocante, no dejo de forcejear para zafarme del hombre que tenia su arma en mi cuello. Él aprieta sus brazos a mi cintura cuando comienzo a luchar contra ellos, rasguño sus antebrazos, pateo con fuerza sus costillas para que se aparte, y mis brazos hacen toda la fuerza que pueden para poder quitar los suyos de mi cuerpo, cosa que no logro, y luego de unos segundos de lucha, oigo pasos cerca de mi, que me obligan a detenerme un momento. Cuando lo hago, una patada es atestada en mis costillas, haciendo que suelte un gemido de dolor, y caiga de costado al suelo, sin aliento, y con las lágrimas inundando mi cara.

-Joe, alto.- La voz impaciente de Daryl llega a mis oídos, pero me siento tan adolorida, que ni siquiera soy capaz de levantar mi cabeza para verlo, o tocarlo.

-¿Que sucede, Daryl? ¿No te diste cuenta de que iba por el nueve?- La voz de nuestro captor me irrita de formas extrañas, y de pronto, necesito salir de mi miseria y asesinarlo a golpes, pero no puedo, apenas si puedo respirar. 

-Esta gente...- Daryl titubea.- Son buena gente.- Ahogo un sollozo mientras lo oigo hablar, porque sé que no lo somos.- No es necesario que los mates.-

-Qué curioso. Lou también era una buena persona, y ellos lo mataron, ¿O se te olvidan nuestras reglas?- ¿Reglas?, ¿Desde cuando conoce a Daryl?

-Lo sé.- Esta vez subo mi cabeza del suelo, y observo que Daryl sigue exactamente en el mismo lugar, rodeado de los hombres que siguen al tal Joe.- Quieres sangre, lo entiendo, pero ellos no lo merecen.- Su mirada se cruza por medio segundo con la mía, puedo ver como traga con fuerza y levanta sus musculosos y relajados brazos, antes de decir-: Toma la mía.- Y el miedo que había perdido cuando él apareció, vuelve intensificado, por el hecho de que quiere dejarse ir por nosotros.

-¡N-no!- Digo antes de siquiera pensarlo.- ¡No, no tienes nada que ver con esto!- Otra vez forcejeo con el hombre detrás de mi y nuevamente recibo una patada en el estómago, sin embargo, me obligo a no detenerme.- Por favor...- Susurro y me quedo inmóvil, con mi cuerpo hacia adelante, sostenido por mis captores, y mis ojos observando fijamente a Daryl, quien solo frunce sus cejas hacia arriba, y traga saliva nuevamente.

Apocalypse| twdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora