Apocalypse| twd

Capítulo 42

Han pasado meses desde la dolorosa muerte de Beth, y cada día tenemos mas cansancio, mas hambre, y menos idea de a dónde ir. Los rostros de nuestro grupo están cargados de desesperanza y dolor. Maggie está destrozada, la escucho llorar a toda hora y me parte el corazón no poder hacer nada para ayudarla. Su familia no está, y sé lo que se siente. Es un vacío que sientes cada vez mas grande en tu interior, como un agujero negro que te consume, porque quieres estar con ellos en todo momento, pero no puedes. Sus ojos verdes están inyectados en sangre todo el tiempo, su rostro palidece todos los días un poco, y se ha puesto muy delgada. Todos lo hemos hecho en realidad.

Me siento terrible en todo sentido, tanto anímica como físicamente. El hambre y el sueño me consumen rápidamente, el calor hace que mi cabeza esté a punto de reventar todo el tiempo, todos mis músculos queman con cada paso que doy, y como si todo eso fuera poco, he sufrido náuseas y vomitado hasta lo que no he comido, haciendo que las últimas semanas se conviertan en un infierno para mi. Además el hecho de haber perdido la enorme esperanza que todos teníamos de un lugar seguro en Washington DC me desanima casi por completo. 

Ahora mismo me encuentro sentada en la sombra, tomando las últimas gotas de agua que le quedaban a una de las pocas botellas que consumí en casi un mes. Me deshidrato con rapidez debido a los vómitos, y lo que menos tenemos en este momento es agua. Siento como si no hubiera llovido en años. Como si el tiempo se hubiera detenido desde que Daryl salió del hospital con Beth muerta en sus brazos, como si todo se fuera a quedar gris, oscuro y vacío para siempre. Como si el mundo entero se encontrara en shock.

-¿Cómo estás?- Daryl se me acerca y se sienta a mi lado. Apoyo mi cabeza en el tronco del árbol que tengo a mis espaldas y cierro los ojos ante su presencia. 

-Estaré bien.- Murmuro y trato de convencerme a mi misma de que así será.

-Te traje agua.- Abro mis ojos para verlo tendiéndome una botella a medio llenar de agua. Observo sus ojos por unos segundos, e inmediatamente él baja la mirada. No quiere que lo vea, pero bastó hacerlo por un momento para ver la tristeza en aquellos orbes, que solían ser eléctricos y llenos de vida, pero ahora están apagados y cubiertos por una espesa niebla de dolor. Suelto un suspiro mientras tomo la botella de su mano y la coloco en el suelo entre nosotros. No hemos tenido la oportunidad de hablar desde el hospital, y eso fue hace al menos dos meses. Nos distanciamos bastante, no solo nosotros dos, sino el grupo en general, creo que cuando la desesperanza es tan grande, el ser humano tiende a aislarse, o al menos eso es lo que pude observar las últimas semanas.- ¿No vas a beberla?- Daryl me llama la atención y lo miro otra vez.

-No tengo sed.- Miento. Oigo que suelta un suspiro, pero ni siquiera me muevo, ni pronuncio una palabra. Solo espero a que él lo haga.

-La extraño.- Dice en voz baja, como si no quisiera que lo escuchara. Como si quisiera admitir algo que le carcome por dentro. Lo miro, pero él solo mantiene los ojos fijos en el suelo entre sus piernas. Me acerco con cuidado y apoyo mi cabeza sobre su hombro.

-Yo también.- Susurro. Estoy tan harta de perder personas. Estoy harta de llorar, de tener miedo. Es una tortura. Y me lamento por el hecho de vivir en sufrimiento, porque aunque el dolor es inevitable, muchos dicen que el sufrir es opcional. Sin embargo, es como si alguien hubiera escondido el interruptor que me permite tomar la decisión, no puedo evitar estar constantemente asustada, y horriblemente entristecida. No nací para un mundo como este, simplemente no estoy hecha para pasar por experiencias como estas sin enloquecer completamente.

-Visitaremos una comunidad.- Acaricio suavemente su mano, que él enlazó con la mía, mientras lo escucho hablar.- Se supone que los padres de Noah se encuentran ahí, si es que aún sigue en pie. Si no, al menos tendremos un lugar en donde buscar medicamentos y algunas provisiones.- Asiento en silencio, porque sé que estamos haciendo lo que Beth hubiera querido que hiciéramos.