Capítulo 9

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Me adentro en el ascensor y pulso el botón del cuarto

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Me adentro en el ascensor y pulso el botón del cuarto. Hoy es jueves y mi hermano me ha pedido que me pase por la agencia para ver lo nuevo que tiene acerca de mi nueva misión.

Camino a través de varios pasillos hasta que veo la mesa donde se sienta mi hermano. Peter está centrado en la pantalla de su ordenador observando algo con suma seriedad.

-¿Qué pasa? - me anuncio cuando llego a su lado para que se dé cuenta de que he venido.

-Mira esto - no se mueve ni un pelo cuando me lo dice, sino que sigue leyendo.

Me fijo en el ordenador y veo lo que tiene en la pantalla. Es la ficha policial del hombre que disparó a Katherine.

-Se llama Edik Petrov. Ruso, sin familia y con muchos antecedentes policiales. Robo, allanamiento, asesinato, tráfico de armas... De todo - me va citando lo que pone en su hoja -. No lo encontramos tan fácil porque parece ser que está metido en un rincón secreto del FBI.

-¿Qué pintan ellos en esto? - pregunto, esta vez sentándome en la esquina de la mesa de mi hermano.

-Petrov estuvo relacionado con Jonathan Kidman en su último intento de tráfico de armas pero estuvo destinado al fracaso desde el principio, el FBI lo tenía todo controlado hasta que en la entrega Kidman no se presentó.

-¿Su último intento? ¿No ha habido registros ni nada después de eso? - pregunto.

Sigo pensando que es un caso difícil. La que está en medio de todo esto es mi vecina y no tiene ni idea de nada. Luego está su padre, al que conocí ayer, y que no me pareció para nada el típico capullo que va jodiendo a su familia con lo que hace.

-No hay absolutamente nada, ni siquiera cargos bancarios. Lo único que he podido averiguar es lo que Harold ya te dijo, que le debe mucho dinero a los rusos después de la entrega fallida - se gira para mirarme y me tiende un pendrive -. Ahí tienes todo lo que he encontrado, las fotos, los documentos y las grabaciones que has necesitado.

-Gracias, Peter. Te veo en casa.

Una vez he terminado con él, me marcho al ascensor en dirección al despacho del jefe. Peter me ha dado ese pendrive para que el jefe pueda enterarse de todo lo que hago y lo que sabemos.

-No está, se ha marchado hace un rato. ¿Quieres que le dé algo de tu parte? - me avisa Nick antes de que pueda decir nada.

-¿Puedes darle este pendrive en cuanto vuelva? Es importante - asiente y se lo entrego.

Mientras camino, esta vez algo más despacio, voy pensando y haciendo resúmenes mentales.

Katherine Wigfield tiene un padre delincuente y una madre ausente por el momento. No tiene ni idea de nada. Kidman es traficante de armas, le debe dinero a los rusos y al parecer tengo que hacer un milagro para sacar a relucir sus secretos.

Termino de aparcar el coche frente a mi casa y veo que el Mini de mi vecina ya está aquí por lo que puedo deducir que le han dado el alta antes de tiempo y que todo va bien.

Me meto en casa y me tiro la mochila llena de libros en el sofá. Dejo caer mi cuerpo de golpe sobre este y cierro los ojos por un momento. Hace dos días que no duermo decentemente. Pero parece que la vida no quiere dejarme ni descansar cuando oigo una pequeña explosión en el vecindario.

Corro a la ventana más cercana y veo que el humo sale del jardín de Katherine. Se supone que el ruso debe darla por muerta por lo que ella debería estar bien ya. Corro lo más rápido que puedo hasta su casa y una vez que he tocado el timbre respiro. Una de sus sirvientas me abre la puerta:

-¿Desea algo? - me pregunta con una sonrisa de lo más falsa y un tono de voz repelente.

-He oído la explosión - niega con la cabeza y un par de pelos que anteriormente estaban bien colocados en su moño, resbalan por su frente. Odio a los típicos empleados domésticos amargados. ¿No son capaces de facilitarte un poco las cosas? Vengo a ayudar -. ¿Quiere que llame a la policía?

Oigo pasos detrás de ella y cuando su cabeza asoma por detrás del hombro de su sirvienta suspiro con alivio. Un alivio que de verdad siento.

-Tranquila, Abigale, Jason es mi amigo. Déjale pasar, por favor - se lo pide con suma dulzura en su voz y una sonrisa de lo más adorable.

¿He dicho yo eso? ¿Adorable?

-¿Estás bien? - pregunto cuando ya me han dejado entrar en la casa.

Ella asiente con la cabeza y mira hacia atrás, luego se vuelve con notoria molestia en su expresión y me da la sensación de que he hecho mal en venir a ver.

-Tengo un primo de lo más estúpido. Estábamos a punto de hacer la cena para la barbacoa cuando ha generado una explosión por no sé qué mierda - me explica.

Me relajo al instante en el que me entero de que su cambio drástico de humor no es por mí. Necesito avanzar algo en el caso y sin coger confianza con la morena va a ser muy difícil.

-Estaba vieja la barbacoa, normal que haya pasado eso - dice alguien a sus espaldas.

Veo a un chico moreno algo más mayor que nosotros, de ojos azules y con una altura similar a la mía. Es prácticamente igual a Katherine por lo que supongo que será el primo del que me ha hablado.

-Jake Wigfield - se presenta. Me tiende la mano y me da un pequeño apretón -. Tú debes de ser Jason Williams, Katherine no ha parado de hablar de ti desde que llegué - traslado mi mirada con una sonrisa de lado en ella hacia la morena nombrada y veo que esconde su cara entre sus manos.

-Tomate, no sabía que me tenías en un pedestal - le pico a la vez que le doy un pequeño codazo a modo de broma.

-Solo le hablé de ti por lo del disparo - Jake la interrumpe con una tos fingida y le vuelvo a mirar.

-Dice que eres el chico más guapo que ha conocido - me susurra un poco más alto de lo normal para que la chica que tenemos delante de nosotros se dé por aludida.

-Eso es mentira. Solo te dije que era mono - suelto una pequeña carcajada y me fijo en lo roja que está.

El otro miembro de los Wigfield empieza a reírse como un loco y comienza a recorrer el recibidor a saltos y recitando con voz de pito: -No te vas a creer lo guapo que es, no veas que cuerpo tiene, es el capitán del equipo de fútbol del insti...

-Bueno, ya vale. Te lo estás inventando todo. A mí me caía mal hasta hace poco - intenta defenderse sin mucho éxito.

Ahora sé lo que realmente piensa de mí.

-¿Ya te caigo bien?

En su cara aparece una gran sonrisa que le hace parecer una niña y coloca sus manos por detrás de la espalda, como si fuera a defender su inocencia ante sus padres.

-No, pero me empiezas a agradar.

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Buenas personitassss!!! ¿Cómo estáis? Aquí os traigo un nuevo capítulo.

Nos leemos,

Srtamj

ESPÍA AL DESCUBIERTO // EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora