Jason Williams: capitán del equipo de fútbol americano del instituto, popular y... Agente del MI6.
Katherine Wigfield: la "nueva".
¿Qué pasa cuando tu misión consiste en infiltrarse en la vida de la persona que peor te cae en el mundo? ¿Qué pasa si...
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Deslizo mis dedos por el teclado, intentando terminar de una maldita vez el trabajo de filosofía que debería haber entregado hace un par de días. Sigo delirando acerca del tema del que tiene que tratar la redacción: La inteligencia artificial, hasta que veo que en el buzón de entrada de mi correo hay un nuevo mensaje.
Dejo a un lado la filosofía y me meto en el correo. Un mensaje de Harold es lo primero que veo en negrita al abrirlo.
Asunto: Pendrive
"Señor Williams espero que pueda verme el lunes para tratar ciertos aspectos de lo recibido.
Harold"
Me sorprende ver que el jefe del MI6 firme sus mensajes con su propio nombre. Es algo que todavía no me acostumbro a ver. Nadie en toda la agencia sabe nada de su vida anterior a esto, ni siquiera saben su apellido o de dónde procede.
Aunque no sé mucho de todo esto. Soy uno de los mejores agentes de campo pero llevo en esto lo que viene siendo poco. Al principio no tenía ni idea de a qué se dedicaban mis padres, ellos me dijeron que eran policías pero un día vinieron preocupados y nos dijeron que teníamos que irnos de aquí, que estábamos en peligro. Ahí fue donde empezaron mis preguntas, por supuesto mi hermano lo sabía desde hace ya tiempo. A los catorce años empecé a entrenar y trabajar para el MI6. Tienen un programa especial para los hijos de los agentes y me metieron ahí, todo porque me negué a mudarme de mi ciudad. De mi casa.
Vuelvo a intentar concentrarme de nuevo en lo que estaba haciendo pero las ganas ya son nulas. Es viernes por la tarde y estoy esperando a que mi mejor amigo venga a buscarme para pasar la noche en su casa. O eso se supone.
El nombre que se puso el moreno a sí mismo en mi teléfono es lo que hace que mi pantalla del móvil se ilumine.
"Ha habido cambio de planes" - Spencer El Mejor 20:33
"Mueve el culo y vete a la casa de Kath" - Spencer El Mejor 20:33
Paso de contestar y hago lo que me dice. Seguro que va escribiendo mientras conduce y me niego a formar parte del accidente de tráfico que algún día tendrá.
Bajo las escaleras a paso rápido y, tras coger una chaqueta y la cartera, salgo a la calle. El frío clima londinense me golpea en la cara nada más cruzar el umbral de la puerta y me abrocho la cremallera de la chaqueta que llevo puesta.
Oigo el sonido de un claxon a mi izquierda y giro la cabeza para ver el BMW negro de Spencer aparcado en doble fila al frente de la casa de mi vecina.
Camino a paso apresurado hasta llegar a la ventanilla del copiloto -¿Qué coño hacemos aquí?
-Brittany ha dicho algo de fiesta sorpresa pero sin la sorpresa - me responde alzándose de hombros y con su típica sonrisa de idiota en la cara.
-No te entiendo - admito, dejándome caer a su lado, evitando quedarme helado ahí fuera.
-Yo tampoco entiendo lo que me ha dicho Britt, las chicas hablan mucho - giro mi cabeza para mirarle bien y luego le miro con cara de asombro.
-Habló mudito - suelta una pequeña carcajada y entonces vemos que la puerta de la casa de Katherine se abre.
Una rubia muy arreglada sale dando saltos de la casa con Katherine por detrás. La rubia con un vestido rojo fuerte pegado a su cuerpo y por la mitad de sus muslos y mi vecina con unos pantalones negros ajustados y una blusa de tirantes dorada. Ambas con unos tacones extremadamente altos.
-¿Se puede saber a donde vais tan arregladas? - pregunto, girando mi cuerpo para verlas una vez que se han acoplado en la parte de atrás del coche.
-A dónde vamos - aclara la rubia, remarcando bien la última palabra -. Hay fiesta en casa de uno de los alumnos de Lansdowne.
-Podrías haberlo dicho y nos hubiéramos arreglado un poco más - se queja Spencer.
Nos miro a ambos y veo nuestros aspectos. Típicos para quedarte en tu casa haciendo nada. Los dos con vaqueros y simples camisetas con sudaderas y las primeras zapatillas que hemos visto por ahí.
-Te avisé, Spenc. Si no me escuchaste es cosa tuya - le palmea el hombro por detrás del asiento y este me dedica una sonrisa de disculpa.
-¿Donde es la fiesta? - pregunta mi amigo, ya que le toca hacer de chófer esta noche.
-En casa de Scott.
La simple mención de su nombre cae sobre nosotros con mucha fuerza. Ambos nos miramos y esperamos en silencio alguna reacción por parte del otro. No la hay. Spencer asiente y arranca el coche en su dirección.
Ver a Scott en el instituto se me hace demasiado difícil ya de por sí, ahora plantarme en esa casa en la que tantos ratos hemos pasado no va a ser nada cómodo.
El rubio teñido que una vez fue nuestro mejor amigo dejó de saludarnos por los pasillos, dejó el equipo de fútbol y dejó de mirarnos a la cara. Solo hace un año que todo se fue a la mierda pero se sigue sintiendo muy reciente. Algo que todavía no me puedo creer.
Spencer conoce tan bien el camino que en menos de diez minutos estamos aparcando frente a su casa. La cual tiene abierta la puerta de par en par con la música a bastante alta, pero lo no lo suficiente como para que llamen a la policía. Hay alumnos del instituto distribuidos por toda la zona, en la entrada, en la acera, hasta tirados en el césped borrachos.
-¿Estáis bien? - por primera vez desde que la vimos salir de su casa escuchamos hablar a la morena de ojos azules.
Ha debido de ser pésima la escena. Spencer y yo mirando la casa como gilipollas. Solo nos falta estar llorando.
-Sí, sí. Id entrando - a Katherine no le queda otra opción que bajarse del coche cuando Britt la tira del brazo para que la acompañe.
Una vez nos hemos quedado solos en el coche Spencer habla: -¿Tu crees que esto irá bien?
-¿Algo de lo que hacemos por culpa de Brittany sale bien? - le respondo con una sonrisa.
Y ambos nos bajamos del coche aparentando una seguridad que no tenemos mientras nos dirigimos hacia la entrada de la casa.
