Capítulo 20

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Nunca me planteé decirles a mis amigos a lo que se dedicaban mis padres, mucho menos yo, por eso he buscado la coartada perfecta para justificarlo todo

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Nunca me planteé decirles a mis amigos a lo que se dedicaban mis padres, mucho menos yo, por eso he buscado la coartada perfecta para justificarlo todo. Sin embargo, ¿cómo le digo ahora a Katherine que hay un hombre siguiéndola sin desvelar mi tapadera de chico normal?

-¿Te encuentras bien? - su mirada me recorre toda la cara, buscando alguna clase de señal que pudiera indicarle mi estado, pero no hay ni rastro de emoción en mi expresión.

-¿Vienes mucho por aquí? - pregunto, intentando desviar un poco la atención de mi frase anterior para no asustarla.

Nuestro barrio está a por lo menos media hora de aquí, por lo que deduzco que no es de allí de donde viene.

-Acabo de terminar de entrenar, suelo pasar por aquí los días que me toca gimnasia - me explica con una pequeña sonrisa en la cara, como buscando disminuir la tensión del ambiente. Esa que ni siquiera había notado hasta este mismo momento.

Me quedo callado. Pensando. Está claro que Murray ha podido seguir a Katherine durante un huevo de tiempo si hace esto todos los días que entrena pero, lo que yo me pregunto es, por qué ha decidido seguirla en vez de interceptarla por la calle o en su mismo coche y acabar con ella más rápido.

Al ver que empezaba a mirar un poco hacia todas partes super que ya la estaba incomodando de verdad, así que con un tono de voz más suave le pregunté:

-¿Has traído el coche? - niega con la cabeza y suelta un pequeño bufido al mismo tiempo que se lleva un mechón de pelo que se le había soltado de la coleta detrás de la oreja.

-He venido en autobús. Mi coche está en el taler, esta mañana me choqué con un señor al doblar una esquina - se encoge de hombros y pone cara de niña buena, de esas que nunca han roto un plato.

-Vamos, te llevo a casa.

El camino de regreso a casa se hace un poco molesto con mi vecina al lado mío bufando como una vaca todo el rato mientras mira por la ventana con su cuerpo girado prácticamente ciento ochenta grados, como si hiciera todo lo posible por no mirarme ni tenerme a la vista.

-¿Te pasa algo? - pregunto, intentando aparentar una indiferencia que claramente no existe.

-No.

Su respuesta fría me deja clara una cosa: sí que pasa algo.

-¿Estás mareada? - vuelvo a insistir, desviando un momento la mirada de la carretera para fijarme en su reacción.

De golpe, y sin previo aviso, se gira bruscamente en el asiento y clava sus ojos azules en mí.

-¿Se puede saber por qué estás tan borde conmigo? - pregunta, claramente molesta por mi actitud con ella.

-No estoy borde contigo - doy por finalizada la conversación.

Sí estoy borde con ella pero es para que no le acabe afectando más de lo que debería esta situación. Voy a encerrar a su padre y ella me odiará por ello, lo que significa que cuanto antes empiece a no poder soportarme, mejor. Además de que no me apetece que por dejarme llevar vuelva a pasar lo que pasó el sábado en la piscina.

-¿Puedes hablar al menos conmigo? Necesito que me digas que es lo que te molesta de mí par... - la freno ahí.

-Nada me molesta de ti, simplemente no soy la alegría de la huerta, Katherine - vuelvo a mirarla y veo que está roja, pero esta vez del cabreo que lleva encima.

-Hablé con Britt, ¿sabes? Por si habías hablado con ella para ponerme a parir o algo - veo nuestras casas ya al final de la calle y suelto un suspiro de alivio. Simplemente tengo que cerrarle la puerta en la cara -. Dice que eres un tío majísimo con todo el mundo, curioso ¿eh? Con todo el mundo - recalca la frase -. Menos conmigo. Que yo sepa el primer día fuiste tú el que me tiró al suelo y no al revés.

-Katherine no tengo nada en contra tuya, es más, me caes bien, aunque para mi gusto hablas demasiado - con eso la dejo con la boca abierta y, tras aparcar, bajo del coche.

Un par de minutos de recapacitación por parte de la morena dentro de mi coche después sale con una sonrisa de lo más falsa en la cara.

-Eres idiota - y con eso y una palmadita en el brazo se da la vuelta y camina hacia la puerta de su casa, de la cual sale Jake y me saluda antes de subirse en su moto.

Niego con la cabeza y decido dejar de pensar en mi vecina bipolar para poder descansar un rato, sin embargo, mis planes se ven frustrados cuando veo a mi hermano bajar por las escaleras con cara de mala leche.

-No me cogías el móvil, ya pensaba que había pasado algo - Peter saca el móvil de su bolsillo y me lo entrega al mismo tiempo que recibe mi respuesta.

-He encontrado a Katherine siguiendo la ubicación del coche - me centro en el aparato que tengo entre mis manos y entrecierro los ojos. Una enorme alerta de "sin señal" ocupa toda la pantalla -. ¿Qué es esto?

-Hemos perdido a Murray, ha debido de deshacerse del coche - me explica, con un tono de enfado en su voz -. ¿Qué ha pasado?

-Nada - me cabreo al ver que pretende echarme la culpa de lo ocurrido -. Cuando he ido a por él Katherine se ha metido en medio y él ha aprovechado para largarse, he tardado dos segundos en volver a mirar, está claro que me había visto venir.

-¿Y ahora qué hacemos, Jason? Hemos perdido el único rastro que teníamos de ese hombre. Harold ni siquiera cree que sea él - acaba por reprocharme.

-¿Y desde cuando nos ha importado lo que él pensase? Está claro que llevamos razón, no puede ser que Kidman y Murray coincidan en Londres, en el mismo instituto y encima estén metidos en la misma miera, así, por casualidad. Harold nos está ocultando algo, aquí hay más de lo que sabemos, por eso no ha querido que fuésemos a por él - termino de gritarle todo lo que pienso y por fin, vuelvo a respirar con normalidad, más calmado.

No decimos nada más antes de que oír el timbre de la puerta resonar por toda la vivienda.

-¿No están fuera? - le pregunto a mi hermano refiriéndome a mis padres. Él asiente en respuesta y la primera persona que me viene a la cabeza es una morena de ojos azules que está enfadada conmigo.

Soy yo el que va a abrir la puerta y, todavía con el pomo en la mano cuando aparece en mi campo de visión, saco la pistola de la cinturilla de mis pantalones.

-Buenas tardes. ¿Jason y Peter? - pregunta, con una pistola también entre sus manos.

-No has debido venir, Murray.

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Lo sé, lo sé chicxs. Por fin he actualizado después de un siglo. Sé que siempre digo lo mismo pero la verdad es que los estudios me están costando lo suyo con todo esto de preparar la Selectividad. Estoy estresa'.

Muchas gracias a todxs los que habéis seguido apoyando la historia incluso cuando ni siquiera sabíais si iba a volver a actualizar. Os prometo que intentaré actualizar lo antes posible.

Nos leemos pronto y espero que os guste <3<3

ESPÍA AL DESCUBIERTO // EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora