Jason Williams: capitán del equipo de fútbol americano del instituto, popular y... Agente del MI6.
Katherine Wigfield: la "nueva".
¿Qué pasa cuando tu misión consiste en infiltrarse en la vida de la persona que peor te cae en el mundo? ¿Qué pasa si...
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El resto de la semana se pasó lo que viene siendo rápido. Y cuando he querido darme cuenta, me encuentro sentado, con los brazos cruzados sobre mi pecho, y esperando al lado de la mesa del secretario del director del MI6, Nick Higgins.
En mi opinión, que tengan a uno de los mejores agentes de campo sentado en una mesa detrás de la pantalla del ordenador, me parece poco productivo.
-Puedes pasar - me avisa Nick.
Asiento con la cabeza y me levanto. Camino un par de metros hasta que llego a la gran puerta de madera del despacho del director. Sinceramente, es algo intimidante.
-Sr. Williams, por favor siéntese - hace un gesto con la mano señalando el sillón que tiene delante y, tras cerrar la puerta, le hago caso -. Cuánto tiempo - dice con una media sonrisa.
-Las circunstancias... - son las primeras palabras que salen de mi boca.
-Lo comprendo. ¿Como se encuentra? Llevo tres meses sin saber de usted - me aclara. A su vez pasando hojas de una carpeta amarilla que tiene entre sus manos, encima de la mesa.
-Estoy capacitado para volver, si esa es su pregunta.
Después de años trabajando para él, ahora que Harold me venga con esas no me tiene demasiado contento. Sabe que soy bueno.
-Perfecto. Vamos al tema - me pasa la carpeta que tenía anteriormente y echo una ojeada. Lo primero que veo es la foto de Katherine -. Katherine Wigfield. Hija de Amanda Wigfield y Jonathan Kidman, actual traficante de armas para las bandas americanas.
No me pega nada que una chica como la borde de mi compañera de lengua tenga a semejante padre. Ni siquiera parece ocultar nada.
-Lo que queremos es pararle los pies al Sr. Kidman. Llevamos demasiado con esta investigación, y ahora que ha vuelto a Londres podría ser nuestra oportunidad antes de que vuelva a desaparecer.
-¿Ya había estado aquí antes? - él asiente y me pasa otro informe sobre un caso anterior.
-Vivía aquí, luego perdimos su rastro y le volvimos a encontrar en París. Ahora está aquí. Y es tu turno. Lo único que tienes que hacer es acercarte lo suficiente a su hija para que puedas investigarle a él - abro los ojos de par en par y niego.
-No voy a involucrar a la chica. Puedo investigarle a él de otra manera - ahora es Harold el que niega.
-Rotundamente no, Sr. Williams, debe entender que se trata de una misión importante. Si Kidman sospechase algo podríamos mandar todo a la mierda. Debe pasar desapercibido - me explica, elevando, demasiado para mi gusto, el tono de voz.
-De acuerdo. ¿Algo más? - emite un pequeño "sí" y se pone en pie.
-Debo informarle de que al Sr. Kidman le siguen ciertas personas - no le dejo acabar de hablar cuando le interrumpo.
