Dani me arrastró de nuevo al restaurante, pero luego de media hora de estar sentada a la mesa y no haber probado la comida, él estaba molesto.
-Es todo, Jan. ¿Qué demonios ocurre contigo? Estoy aquí, tratando de tener una conversación contigo y lo único que haces es asentir cuando crees que es necesario, porque sí, me di cuenta que no me pones atención.
No sabía que decir, me conoce demasiado bien y sabe cuando miento, así que solamente lo observé, pero también se hartó de eso.
-Bien-. Dijo serio mientras se levantaba- Si no me lo vas a decir, yo me largo.
-No, Dani, espera -. Me levanté y tomé su mano- Te diré, pero no te vayas.
-Bien-. Dijo y se sentó. A veces en verdad odio a este chico.
-Ya sabes lo del sueño, es solo que me confunde mucho ese chico, quiero decir, nunca lo había visto, solamente en mi sueño. Luego aparece aquí y me saluda, fue de lejos pero estoy segura que me saludaba a mí. Dani, no sé qué ocurre conmigo-. Dije poniendo mi rostro entre mis manos.
Sentí como Dani se levantaba de la mesa y esperaba que viniera a mi lado, luego de dos minutos sin sentirlo a mi lado levanté la cabeza y lo vi en la entrada hablando con una camarera, lo vi extrañada, esperando que se fuera del local, pero regresó luego de otros cinco minutos con una copa en la mano izquierda y un papel en la derecha.
-Ten-. Dijo tendiéndome ambas cosas. Primero vi la copa algo dudosa, luego vi el papel y vi que tenía algo escrito, cuando iba a tomarlo, Dani retiró la mano. –Primero bébete esto-. Dijo acercándome aún más la copa. La tomé y cuando bebí el contenido descubrí que era wiski.
-¿Por qué?-. Pregunté luego de beber el contenido amargo.
-Porque lo necesitas antes de leer esto-. Me dio el papel y leí el nombre "Dandre Benoit" sin entender muy bien qué era exactamente lo que estaba leyendo.
-¿Qué es esto?-. Le pregunté a Dani intentando obtener una respuesta lógica para todo esto.
-Eso es el nombre de tu chico misterioso -. Dijo con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Primero lo miré a él y luego el papel, así durante al menos dos minutos. –Ya puede decir gracias-. Dijo Dani con sorna.
-Lo siento, es solo que no puedo creerlo -. Dije excusándome. –Eres el mejor amigo que podría tener-. Me levanté y le di un abrazo a Dani.
-Lo sé -. Dice burlón.
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He pasado seis horas frente a la computadora buscando el nombre de Dandre Benoit y he conseguido al menos doce personas con ese nombre, cuatro en Francia, dos el Italia, dos en España, uno en Asia y tres en América cuyo paradero es poco más claro que eso.
Paso al menos otra media hora buscando y cuando estoy a punto de darme por vencida encuentro un Dandre Benoit de Francia, en un artículo online de una revista para genios prestigiosa de dicho país, en la foto publicada junto con el artículo que trata sobre un adolescente muy inteligente que ha ganado un premio de literatura clásica, se encuentra una versión más joven, de aproximadamente quince años, del chico del restaurante. Leo una y otra vez el artículo tratando de descifrar en qué puede estar relacionado un mini genio conmigo y cómo demonios terminé soñando con él, o donde pude haberlo visto para que todo esto tenga sentido. Pero no hay nada. Nada de nada. Nada me une a este desconocido bajo ninguna circunstancia. Esa es la realidad. Simplemente soñé con un desconocido con el cual no tengo ninguna relación y ya nada de lo que leo tiene sentido.
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Mientras te encuentro
RandomEsto puede parecer casual. Te puedes enamorar de alguien a quien no conoces. Pero nada es lo que parece y, definitivamente, no es eterno. Recuerda eso. Puede salvarte la vida.