Mientras te encuentro

Parte 10: notas

-Despierta, Jan. Debemos ir a la escuela.

-No quiero -. Dije girando en la cama para enterrarme más en las sábanas limpias.

-Pero debes exponer lo del presupuesto para el baile.

-Mierda -. Abrí lentamente los ojos, aún no quería moverme, me estaba haciendo la muerta.

-O te levantas y vas a la escuela o expongo el presupuesto por ti y haré que el cincuenta por ciento del dinero sea para alcohol.

Me senté lentamente y le mostré el dedo de en medio a Dani, quien sonrío de manera triunfal cuando me vio levantada.

Habían pasado dos semanas desde que estuve con Dandre en la heladería. Dani no sabía de ese encuentro, mucho menos sobre todo lo que Dandre me había contado. Ese secreto lo conservaría un poco más. Dani debe estar seguro sin saber nada.

No había vuelto a ver a Dandre desde esa noche, pero él estaba cerca, lo sé porque he encontrado dos notas en mi casillero del instituto a la hora de salida, una la encontré el miércoles siguiente de nuestro encuentro. La nota decía:

"Lamento haberte dicho como lo dije, pero creí que necesitabas saber la verdad.

D."

Su caligrafía era como arte, la mejor que había visto nunca. Cada letra trazada con delicadeza en color negro sobre un papel que olía como si Dandre lo hubiera guardado entre su chaqueta y el aroma de su perfume se hubiera pegado.

La siguiente nota fue hace dos días, el lunes.

La nota decía:

"Necesito verte.

D."

La misma caligrafía y el mismo aroma en la nota.Pero me parecía extraño que dijera eso y no decía dónde. 

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Estacioné cerca de la entrada del instituto. Dani bajó y saludó a unos chicos que estaban sentados en la parte trasera de un auto. Me despedí de él y le dije que lo vería más tarde.

Fui a clases y las primeras cuatro horas fueron la cosa más aburrida del mundo.

Fuimos al descanso y aproveché para comprar algo de beber en la cafetería y me dirigí al vestidor de chicas del gimnasio ya que luego del descanso tendría clase de deporte y quería ahorrar tiempo para cambiarme al uniforme de deportes.

Cuando todas las chicas estaban entrando al vestidor para cambiarse, yo estaba atándome el cabello en un moño y colocándome una cinta para evitar que el sudor entrara en mis ojos.

Esta clase sería de voleibol, lo cual me hacía feliz, no tendría que correr como loca toda la hora por el gimnasio.

El año anterior estuve en el equipo de voleibol del instituto, así que la entrenadora me pidió que la ayudara siendo una de las capitanas. El juego estuvo genial. Mi equipo ganó por ocho puntos y fue lo mejor.

Entramos al vestidor para cambiarnos y me dirigí al estante donde todas dejábamos nuestras cosas durante el entreno. Tomé mi bolso y caminé hasta uno de los cubículos libres. Cuando abrí mi bolso me encontré con algo extraño, había una rosa marchita dentro con una nota un poco escalofriante. Conocía la caligrafía. Era de la nota de mi casa. La que Dani encontró. Nada es eterno. Decía. Ya había leído eso antes. En la misma nota de mi casa.

Me asusté tanto que le escribí un mensaje a Dani que decía que fuera al laboratorio de química al final de la sexta hora.

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Cuando al fin sonó el timbre que anunciaba la hora de irse a casa, yo no me había calmado nada. Ya le había mostrado la nota a Dani a la hora de almuerzo, pero dijo que mientras no estuviera sola no habría problemas. Pero eso no ayudaba a mis nervios.

Llegué a mi casillero para dejar algunos libros y tomar algunos otros que me llevaría para hacer tareas durante la tarde.

Cuando lo abrí, una nota parecida a las que Dandre había dejado antes, estaba sobre mi libro de matemática, como si hubiera abierto el casillero para dejar la nota con la mayor delicadeza posible.

En Freezy a las once de la noche.

D.

Así que sí se dio cuenta que no me había dicho donde quería que nos viéramos. Pero esta vez no iría sola. Convencería a Dani para que me acompañase. No iba a arriesgar mi vida más de la cuenta.