Iain me ayudó a ponerme en pie y me indicó que no entrara a la casa. No confiaba en él, pero algo me decía que debía hacerle caso.
Caminé detrás de él y me quedé en el umbral de la puerta viendo a Iain dirigirse a la cocina y a Dandre y Gustave hablando. Ambos parecían molestos.
–Mira, sé que lo hacen porque me quieren a mí. Estoy aquí. Déjala ir, yo me quedaré y tendrás lo que quieres.
Gustave saca un arma y la apunta al rostro de Dandre.
–O podría simplemente matarte.
Dandre se acerca peligrosamente a Gustave. ¿Qué le ocurre? ¿Acaso quiere tener un lindo y perfecto agujero entre sus ojos?
–No lo harás. – Le dice a Gustave –. Quieres respuestas que sabes solamente yo tengo. No lo harás.
–Aún tengo a tu noviecita. Ella tiene respuestas.
–Pero tú las quieres ahora. No tienen paciencia para revivir sus memorias.
–Puedo hacer una excepción.
–Te conozco. Le volarás los sesos antes de lograr traer a flote su primer recuerdo.
Que romántico. El chico guapo de mis sueños hablando de cómo el maldito que me secuestra puede volarme los sesos por su falta de paciencia. Siento que estoy enamorada.
Eres una dramática.
Aléjate conciencia, no necesito tu sarcasmo ahora.
Tú eres la maldita sarcástica.
Shu.
–Tú no sabes nada.
–Tú tampoco. Tienes bases, no conocimiento real. No lograrás que ella recuerde nada y habrás perdido tu oportunidad. Déjala ir, la llevaré a un lugar seguro y volveré. Tendrás respuestas.
–No me interesan tus malditas respuestas.
–Tienes razón. No quieres respuestas. Quieres memorias.
¿Qué maldita droga me dieron que estoy soñando tonterías? Porque esto tiene que ser un maldito sueño. No, espera, una pesadilla.
–Escúchalo, Gustave, nadie está buscando a Dandre, pero en unas horas tendrás a toda la policía buscando a Janelle. Es peligroso para tu plan de pasar desapercibido.
Gustave bufó.
–Maldición, bien. Iré por la niña.
¿Me llamó niña? Tengo más desarrollado el cerebro que él.
Reacciona tonta viene a buscarte, se dará cuenta que estabas espiando.
Mierda, es verdad.
Me alejé de la puerta y encendí otro cigarrillo como si eso fuera lo más importante que estaba haciendo antes.
–Ven acá.
Me acerqué con paso lento. Me da algo de miedo.
Me tomó del brazo y caminamos dentro de la casa hasta donde estaba Dandre.
Aunque no lo conociera realmente, me daba más tranquilidad verlo ahí.
Dandre tomó mi mano y me llevó hasta un jeep, abrió la puerta del copiloto para que subiera y cuando él se dirigía hacia el lado del conductor Gustave le grito el francés que se detuviera.
Mi francés no era tan bueno, llevaba algunos años sin usarlo, pero aún podía entender lo que hablaban.
–Tú no te vas.
–Ése no era el trato. La llevaré con su amigo y volveré.
–No confío en ti.
–No tienes otra opción.
–La tengo. Puedes darle las llaves y que ella conduzca hasta su casa.
–No sabrá salir de aquí. Se perderá.
–Ya vivió aquí. Creo que lo logrará.
–Sus memorias fueron eliminadas. Déjame llevarla lejos y me tendrás aquí.
¿Mis memorias eliminadas? ¿Que ya viví aquí?
Dios por favor quiero despertar de esto.
Que no estás soñando tonta.
Gustave le dice algo al oído a Dandre que no logro escuchar, y éste le dice algo más, luce molesto y amenazante.
Dandre camina hasta el auto, entra y lo hace retroceder para salir a un camino de tierra.
Cuando ya no logro ver la casa en la que estábamos me giro hacia Dandre.
–¿Me quieres decir que fue eso?
–Por mi culpa estabas ahí, lo justo era venir por ti.
-¿Lo justo? Dandre, no entiendo nada. Debes decirme qué demonios pasa.
–Estás en peligro, Jan, eso es lo que pasa. Estás en peligro por mi culpa. No debí venir a éste país, te puse en peligro. A ti, a tu hermano, a Daniel, hasta a tu abuelo.
–¿A mi abuelo? Dandre, mi abuelo está muerto.
–No, Jan, no lo está. Yo creí lo mismo hasta que me mostraron la carta. Y hoy lo confirmé.
–¿Lo confirmaste? ¿Cómo?
–Jan, tu abuelo, era el hombre con el que estabas hablando cuando llegué a esa casa.
ESTÁS LEYENDO
Mientras te encuentro
RandomEsto puede parecer casual. Te puedes enamorar de alguien a quien no conoces. Pero nada es lo que parece y, definitivamente, no es eterno. Recuerda eso. Puede salvarte la vida.