Parte 5: la nota

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Desde el incidente en el callejón, no he vuelto a ver al chico misterioso, pero tampoco a Dandre. Comienzo a creer que tal vez le hizo caso a su madre y volvió a Francia. Estoy algo preocupada, desde hace unos días he sentido como si me siguieran, cuando camino de vuelta a casa luego de las clases en el instituto, he sentido como si en cada esquina una sombra me asechara, pero cuando me giro no hay nadie.

Esta tarde mientras hacía la tarea de literatura, un mensaje de texto muy extraño y perturbador llegó a mi celular, "te vigilo" decía. Pensé que era una broma tonta, pero luego de un rato llegó otro "Sé que no llamaste a la policía, no me crees ¿verdad? Ten cuidado con tus ventanas" me asusté tanto que tomé mi celular y mientras le marcaba a Dani corrí por la casa revisando todas las ventanas, y efectivamente, la ventana sobre el fregadero de la cocina estaba abierta.

Luego de media hora, Dani llegó con comida china, seis películas, un galón de helado y un bate de béisbol de metal por si corríamos peligro. Me pareció gracioso que pensara que un bate podría protegernos. Solo funcionaría si la persona que mandó los mensajes no tuviera un arma.

Era viernes, así que Dani podía quedarse a dormir sin necesidad de volver por la mañana muy temprano a su casa para cambiarse de ropa e ir a clases.

-Cuatro meses-. Dijo Dani de repente, no entendí muy bien a qué se refería así que me limité a verlo. – Cuatro meses desde lo de... -. No pudo terminar, un golpe muy fuerte en la puerta trasera de la casa nos alteró. El sonido era como si alguien hubiera intentado abrir la puerta y al no lograrlo quisiera derribarla.

Dani tomó el bate y se puso de pie, camino hacia la cocina para ver por la ventana, pero yo sabía que no lograría ver la puerta trasera desde ahí, así que caminé hacia las escaleras para ver desde el descansillo, justo a la mitad de las escaleras, con una ventana, prácticamente sobre la puerta trasera. Pero cuando había subido un par de escalones Dani me tomó de la mano.

-¿Qué haces? Si es la persona de los mensajes raros y entra a tu casa, tu habitación será el primer lugar donde te buscará-. Susurró un poco alterado.

- No voy a mi habitación-. Le dije a mi vez y señalé el descansillo de las escaleras. – Vamos.

Ambos subimos las escaleras, pero cuando llegamos a la ventana, el golpeteo había cesado y no se podía ver a nadie, ni en la puerta ni en mi jardín trasero. Me giré hacia Dani y él tenía la misma expresión de horror que tenía yo.

Nos observamos durante un largo rato sin decir ni una palabra y luego volvimos a ver por la ventana.

********************************

Luego de pasar media hora más viendo por la ventana la noche anterior, la persona misteriosa que golpeaba mi puerta no volvió a aparecer, así que Dani y yo pasamos el resto de la noche viendo películas y comiendo.

Cuando desperté, Dani estaba sobre mí, durmiendo y respirando pesadamente. Me tomó diez minutos salir de debajo de él sin despertarlo.

Consideré ir a comprar el desayuno a la pequeña cafetería que estaba a dos cuadras de mi casa, pero cuando recordé lo de la noche anterior, me pareció casi suicida salir de casa sola, sobre todo sabiendo que Dani podía tardar un rato en despertar y, aunque era un poco exagerado considerarlo, la idea de ser secuestrada y brutalmente asesinada mientras él roncaba en mi sofá, no era algo que quisiera de desayuno. Así que caminé a la cocina y saqué un par de huevos, harina, leche, vainilla y frutos rojos para hacer hot cakes de desayuno.

Dani se despertó al poco tiempo de haberlos puesto sobre el sartén.

-Buenos días dormilón-. Dije con una sonrisa.

-Hola -. Dijo Dani aún medio dormido.- Eso huele muy bien.

-Gracias. Solo espera un rato a que termine y podremos desayunar-. Le dije mientras sacaba los primeros hot cakes del sartén.

-De acuerdo-. Dijo y salió de la cocina.

Cuando terminé de preparar el desayuno, coloqué platos en la mesa de la cocina y saqué el jugo de naranja de la nevera, y justo cuando estaba por gritarle a Dani que el desayuno estaba listo, apareció en la cocina con un papel en sus manos y una expresión de horror en su rostro.

-¿Dani? ¿Qué ocurre?-. Lo miré preocupada y me acerqué a él, tomé el papel de sus manos: "Te ves bien bajo la luz de la luna, Jan. Por favor recuerda eso la próxima vez que te sientas segura en tu casa. Nada es eterno"

Cuando terminé de leer miré a Dani, que me entregó otro papel, pero ahora su expresión era de furia.

-Ese maldito nos estuvo viendo, mientras nosotros intentábamos verlo a él-. El papel que me entregó era una fotografía de Dani y yo, de la noche anterior, viendo por la ventana de la escalinata.

Me armé de valor y hablé.

-¿Dónde estaba?

-En la puerta trasera, amarrado a la cerradura con esto-. Extendió la mano y reconocí la cinta con la que sostengo mi cabello en clase de deporte en el instituto, recordaba haberla traído a casa, debía lavarla.

Eso solo podía significar que había entrado a mi casa, quien sabe a qué hora. Pero yo estaba aquí. Y a él no le importó.

Mientras te encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora