Cuando Gerard se marchó, la ciudad perdió el brillo que había en ella. De pronto el calor del sol dejó de ser agradable y comenzó a ser molesto. De pronto las nubes se volvieron horribles y el aire comenzó a oler a desechos. De pronto todos los rostros se volvieron más austeros y las risas perdieron calidez. De pronto todo dejó de tener sentido. Porque Gerard no estaba aquí para darle color a los días. Su ausencia era palpable en su entorno, era palpable en mí.
Y cada día que pasaba en su ausencia era un día totalmente perdido.
Se sentía como los resultados de un largo y tortuoso síndrome de abstinencia. Absolutamente todo me recordaba a él y más de una vez me imagine viajando al otro lado del país sólo para estar en su presencia cinco minutos nuevamente. Pero eso era una locura, todo lo que había en torno a él lo era. Yo no podía simplemente deprimirme por su ausencia siendo que los motivos eran totalmente terribles. Pero los detalles se perdían cada vez que me ponía a pensar en él como individuo. Olvidaba que estaba allá porque necesitaba tratamiento para superar aquel evento que por suerte no le quitó la vida.
Y mientras tanto, yo hacía mi parte manteniendo a flote a su hermano menor. Aunque más que eso parecía que había algo más creciendo desde aquel primer beso que nos dimos hace casi dos meses. Porque desde entonces vinieron más besos, vinieron caricias y frecuentes 'te quiero' que eran acompañados por miradas totalmente intensas. Mikey sentía algo por mí, y yo no sé bien qué pensaba cada vez que lo miraba. Pero lo cierto era que algunos de sus rasgos faciales eran idénticos a los de su hermano... y entonces descubría que mi problema era más grande de lo que quería admitir.
Sacudo mi cabeza un par de veces cuando un reiterativo golpeteo comienza a hacerse más intenso. Abro los ojos con algo de dificultad y luego de regresar totalmente al mundo real, descubro que alguien está golpeando la puerta de casa con nudillos nerviosos. Con pereza natural en mí abandono la cama y sin preocuparme de ponerme algo sobre la camiseta y los bóxers que uso como pijama, voy a abrir la puerta. Veo a Mikey. Sonríe extrañamente y en cuanto abro un poco más la puerta se acerca a besarme en la comisura de los labios.
— ¡Hola! —me saluda con extrema efusividad, y yo respondo de igual forma. O al menos lo intento.
Juntos vamos hasta la sala y él dice algo sobre ir a comer a su casa ya que es domingo y está totalmente solo porque sus padres han ido con los padres de Reggie a pasar el día en la playa. Le pido que me espere y con prisa corro hacia mi habitación para ponerme ropa encima. Y luego me encuentro tan ocupado pensando en lo extraño que es sentir su mirada sobre mí y a lo poco acostumbrado a estar de ese lado de la ecuación que estoy, que no noto cuando unos nudillos golpean mi puerta entreabierta y luego, sin más, la empujan para abrirla completamente.
Claramente se trata de Mikey.
— ¿Por qué tardas tanto? —pregunta alzando una de sus cejas. Sus manos están al marco de la puerta y como un niño pequeño husmea hacia el interior.
Gracias al cielo yo estoy ya casi totalmente vestido, así que sólo alcanzo a enseñarle mi torso antes de cubrirlo con una camiseta limpia. Encima me calzo una chaqueta y luego tomo asiento en la cama para anudar mis zapatillas.
— Ando un poco distraído —suspiro, y él asiente.
— Te entiendo, yo igual ando un poco en las nubes —sus labios vuelven a curvarse en una sonrisa y es totalmente extraño porque últimamente ha sonreído más de lo que lo ha hecho en todos los años anteriores, o al menos así lo ven mis ojos.
ESTÁS LEYENDO
platonic ・ frerard
Fanfic|Mpreg| Frank está enamorado de Gerard. Lo ha estado desde siempre. Y lo estará a pesar de todo.