Capitulo 9

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—Señorita, no a pagado los cuatrocientos de su beca— Dijo la coordinadora, por milésima vez.

—Hola profe, disculpe, esteem... Lo pagaré más tarde— Mentí.
Mi madre se encontraba en otro país, por lo cual, el único dinero en efectivo, eran sólo para mis antojos y meriendas.

"Meriendas" Suena infantil, pero, ya que a pesar de mi edad, mi comportamiento era el de una niña. Aunque, no con todos.

—Hm...— La coordinadora se retiró, ofreciéndome una sonrisa hipócrita.

—Wow, al fin se fue—. Confese en un suspiro que, involuntariamente se escapa de mis labios.

En ese instante, me quedé algo pensativa. Recordando el día en donde estuve con Marcos, en el campamento. Fue hermoso y, aunque anhelo a que vuelva a repetirse. Lo dudo.

**Recordando**

La atmósfera, estaba combinada con mucha luciérnagas, adornando el gran paisaje azúl oscuro, como del color del lago.

—Marcos... ¡Esto es hermoso!—Exclame mientras me quedaba observando aquel lugar, recordando viejas cosas.

—Vamos, Tania, ¿Aun te gusta?— Soltó Marcos, y no pude evitar cruzarme en brazos, mientras me mordía mi labio inferior.

—A ti... ¿No te gusta?—Le pregunte curiosa, una parte de mi, se estaba sintiendo enamorada. Como hace muchos años atrás, lo estaba.

Pero, no era fácil. El nunca pudo darme una explicación lógica, de el por que se había alejado.

Para empezar, ya sabia lo del accidente automovilístico, hice de todo para estar junto a el, pero como siempre. Se negó.

—Si, si me gusta. Pero, esto es algo infantil— Susurro la última palabra, pero esta vez, en un tono burlón.

—Ah si, entonces... ¡Puedes irte y dejarme aqui!—Me queje y se que me comportaba como una niña. Odiaba eso, pero más me enojaba sentir algo por Marcos.

¿Aun enamorada, Tania? ¿En serio? Si, para mi el siempre fue el primero. No me mal entiendan, conocí chicos
Pero nunca e sentido nada por ellos, es como si conversará con chicas o gente que realmente no me importan.

Lo único que me gusta además de dormir, es leer libros, ver series, comer dulces.

Cosas que a cualquier (Cualquier chicas raras y antisocial) Les gusta hacer.

—Oh, ven, cosita tierna— Musitó Marcos, en un tono muy dulce. Pero con su voz ronca.

Dios mio, este chico es tan...
Asdfgh, vamos tania, no pienses cosas que no debes. Tú no eres así, te me controlas por favor.

Otra vez mi subconsciente regañandome sólo por estar pensando cosas que nunca haré o diré.

—Ven, aqui—. Susurró el, y cuando había decido retroceder para que no me alcanzara.

Ya era demasiado tarde, Marcos me sostenía de mi cintura, acercando sus labios a los mios.

Un leve roce, un roce que simplemente me sonrojaba.

—Hey, ¡Calmate! Nos pueden ver— Susurré lo más bajo posible, era el ultimó día de el campamento. Y no, no pasamos semanas. Sólo unos dos días.

—Estan dormidos, imposible que sen den cuenta— Admitió realmente sincero.

—Bueno, yo... Sólo quería decirte que, Marcos... Tú me importas y yo te quiero mucho— Susurraba con mi voz nostálgica.

No mentía en lo absoluto, si, se que algo más debo sentir por el, pero aún no lo e descubierto.

—Vamos Tania, eres sólo mia— Yo Sonreí sin siquiera evitarlo, "Mía" Era una palabra muy posesiva. Pero, no me molestaba. Si era de el, era obvio. Siempre lo fui, pero nunca lo supe.

Eres mia, pequeña.~ <3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora