Capitulo 28

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Marcos

No me había importado lo que dije o lo que no dije, mi único objetivo era Tania. Necesitaba hablar con ella, ya no podía más con esta maldita tortura.

Me le acerque a ella y al ver como se dirigía afuera del salón, la seguí, claro no antes de observar con mala cara al idiota de chaqueta azul. Se que Erick no quiere a Tania solamente como una amiga. Ni siquiera el retrasado sabe disimular.

El fruncio el ceño y por un momento sentí que este iba a levantarse pero no lo hizo.

Con paso decidido seguí a mi pequeña, porque ella sigue siendo mía. No me interesa lo que los demás digan o piensen, por mi puede irse al demonio.

Al salir del salón sólo la contemple por unos segundos, ahí nerviosa y temblando. Como si temiera a que sus amigos la vieran cerca de mi.

Sentí un maldito dolor pero lo ignore, frunciendo el ceño y, sin pensar en las consecuencias, agarre a Tania por la manga de su chaqueta, esta se negó incluso arrastro los pies por el suelo pero estan liviana que se me hizo fácil llevarla conmigo hacia el rincón.

Estampe su cuerpo en la pared, mientras colocaba mi brazo derecho en ella y la observaba de manera acusadora.

-No, ¡Sueltame Marcos!- Suplicó pero lo veía más como si me advirtiera con sus palabras.

-¿Y si no lo hago?- La rete, empujado mi cuerpo al suyo contra la pared.

-¡Voy a gritar!- Dijo en voz alta pensando en que me asustaría si hiciera tal cosa.

-Ya lo haces y no me importa. Grita lo que quieras, pero tú a mi me vas a escuchar- Dije mientras apretaba la palma de mi mano en la pared.

Obviamente tenia que agacharme un poco ya que, esta era demasiado baja. O al menos en comparación conmigo.

Escuche como un carraspeo de otra persona y la presencia de alguien que no eramos nosotros dos solamente. Frunci el ceño cuando vi de quien se trataba.

-¿Te esta molestando, Tania?- Pregunto el imbécil de su amigo.

A Tania empezaron a brillarle los ojos y, inevitablemente apreté mis dientes del coraje.
¿Celos? Tal vez.

Me encogí de hombros pero sin dejar de acorralarla.

-Estamos bien, sólo vete- Arrastre esas palabras y mentalmente suplicando que se largara antes de reaccionar de una manera agresiva.

-Si, estoy bien- Interrumpió ella, con ese tono de voz casi audible. -Ves, ahora largate- Dije para seguir viendo directamente los ojos de Tania.

-Tania, nosotros nos vamos juntos- Dijo el, intentando agarrar a Tania pero no lo consiguió. La cubrí a ella con mi abdomen y pecho.

-Dije que dejaras de molestar- Grite enojado, tratando de calmarme un poco.

-¿Y si no que?- Dijo el imbécil para luego ser tirado en el suelo.

No había pensado en ese momento, sólo había estrellando mis nudillos contra su mejilla.

Escuche un grito por parte de Tania, esta corrió rápidamente hacia el, su rostro de niña me demostraba terror. Ella estaba teniendo miedo de mi.

Oh, mierda... Intente acercarme y ella sólo me detuvo con esas palabras que dolieron.

-No, Marcos, vete- Susurro, sollozando y abrazando a su amigo.

¿A caso el era más importante que yo? ¿Era eso?

Me di media vuelta y salí de ahí, tratando de despejar mis pensamientos. No quería que todo terminara así.

Todo estaba bien, pero tuvo que llegar el para ocasionar todo.

Era su culpa. Maldije en mis adentros y agarre mi celular con la única intención de llamar a Emilio. Necesitaba que me sacara de la universidad.

Cogí el celular y rápidamente busque en mis contactos y apareció el, su número se marco y lo llame.

~*~

-Hola hermanito menor, te extrañe, ¿Lo sabias- Susurra el tonto de Emilio mientras desliza su mano hacia mi cabello.

-Si, tanto que ya ni llamas para saber que estamos bien- Digo con sarcasmo y enojo en mi voz.

-¿Hum? Pensé que no te importaba si lo hacia, dijiste que hasta te daba flojera contestar el celular y, pensé que era mejor mandarte sólo audios- Dijo el, girando el volante con sus dos manos. Llevándonos a casa.

-Ni audios mandas- Digo cortante intentando iniciar una maldita discusión. Si, eso es exactamente lo que hago.

-Maldicion Marcos, no te entiendo. Es más, ya nadie lo hace. No eres un niño, dices que eres mayor de edad y todo eso, entonces hazme el favor y comportate como tal- Levanta aún el tono de voz. -Si estas cabreado no la pagues conmigo, maldicion. Vine a buscarte, aún teniendo un asunto importante y tú te comportas como un-

Le corto de una maldita vez. -¿Como un que? ¿Un malagradecido? Eso es lo que siempre has dicho. No mames, Emilio, estas consiente de que te fuiste porque te molesto mi cambio de actitud. No pudiste con esa mierda y te fuiste- Digo con mis palabras seguras.

-¿Y que si me fui? Ambos están grandes Marcos, yo también merezco hacer mi vida-

-Debiste empezar por ello entonces, y no decir que te ibas sólo a estudiar idioma-

-Me fui a estudiar idioma- Dice seguro de ello.

-Lo se, se que te fuiste por eso- Susurro agotado. Tan agotado que, sólo dejo descansar mi espalda en el asiento de el auto de mi hermano mayor.

-¿Sucedio algo? No me digas, se trata de Tania- Dice y yo simplemente al escuchar su nombre cierro los ojos.

-No quiero hablar de ella- Susurré pero más esta vez para mi que para el.

-¿Deseas beber?- Pregunta y yo sólo acepto con la cabeza.

Rápidamente frena y se da media vuelta en el carro lujoso de color rojo mientras me lleva a esa tienda en donde se vende licor.

Pienso un rato en Tania, pienso en todo, le estoy haciendo daño.

Debo dejarla ir, tal vez es más feliz con ese chico de lo que pudo llegar a ser conmigo.

Me viene a la mente ese recuerdo en donde la vi abrazando al idiota ese, tal vez.. El la marece, aun más que yo.

Y aunque me duela, prefiero que este con alguien que la ame y no la lastime, sólo pido que no me olvide. Que no olvide lo nuestro.

Eres mia, pequeña.~ <3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora