Capítulo 17

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Tania

-Tania, ¿Te ocurre algo?- Pregunto Marcos, mirándome de reojo, como buscando algo más allá, de mi mirada que le diera una respuesta concreta.

Ni cuenta me había dado de que estaba sólo observando como se derretía el poco helado de chocolate del vacito.

-No, nada- Respondí cortante.
Mintiendome a mi misma.

-¿Segura?- Preguntó nuevamente, alzando un poco el tono de su voz ronca.

-¡Dije que no sucede nada!-
Luego de levantarme supe que, había gritado.

-No tienes por que ponerte así- Murmuró el, con su voz tranquila como si esto fuera una simple conversación.

A decir verdad, no podía negar que habia algo que no me dejaba respirar tranquila. Aún sentía celos de el, imaginando cualquier tipo de escena de Hana con Marcos, haciéndome enfurecer.

-Marcos, yo... Necesito decirte algo- Susurré un poco tímida, aún dudaba con decirle sobre mis sentimientos de celos por Hana, no lo se, no quería que esto siguiera ahogándome.

-Solo dime, ¿Por que estas así? Hace un rato, estabas bien- Musitó el, dándome a entender que era totalmente cierto.

Estábamos hablando, si, me divertí mientras pude. Pero, cuando me apareció el nombre y la imagen de Hana, simplemente deje de reír. No entendía el por que Marcos me había invitado a salir a comer un helado. Ni tampoco sobre sus celos por Erick, ni menos el por que ahora si estaba hablandome. Marcos realmente tiene doble personalidad. O no lo se, es lo que el me da a pensar.

Unos momentos es serio, con esa actitud fría y cortante conmigo, como si no quisiera establecer algún tema en particular. Y otros momentos es simplemente el, el Marcos el cual me enamoro.
El tierno, el alegre, ese brillo que se ilumina en sus ojos al mirarme.

-Pues tienes razón, tú ganas. Te confesaré lo que sucede- Susurré, cuando ya estaba a punto de decirle todo, una chillona voz me hizo sobresaltar me de mi asiento.

-¡Marcos, mi vida!- Exclamó Hana, tirándosele encima a Marcos, como si hubiesen tenido mucho tiempo sin verse.

Una ola de rabia mezclada con celos, me hizo sentir que nuevamente extrañaba mi respiración tranquila.

No, no podía respirar. Era como si en el instante en donde ella aparecio, toda mi atmósfera tranquila había desaparecido.

-Hey, apartate- Marcos agarró por los hombros a la rubia oxigenada, alejándola unos centímetros de el.

Lo cual me causo un poco de gracia, haciendome sonreir discretamente.

-¡Ahi, ya! Se quejó ella, dirigiendo su mirada hacia mi.

-Hola tú. Wow, me impresionan lo rápido que pueden ser las chicas calladitas y tranquilas. Esas son las más peligrosas, ¿Verdad?- Me pregunto a mi, con aquella mirada sembrada de rabia. La misma mirada que le si yo al verla.

-Bueno, desde mi punto de vista. Yo prefiero a las calladitas que a las cualquieras. Dijo Marcos, causando que mi mirada fuera hacia el.

-Aja, como sea, sólo vine a saludar y, tal vez a quedarme- Musitó Hana, arrastrando una silla de otra mesa para sentarse junto a Marcos.

¿Es en serio? ¿Por que a mi?
¿Por que ahora? Tenia tantas ganas de levantarme y irme lejos de ahí, pero no podía. Primero, no pensaba darle el placer de que me viera de esa forma, es evidente lo que ella quiere hacer. Segundo, tampoco pensaba dejarla tranquila con mi Marcos, mio, el me invito fue a mi.

Eres mia, pequeña.~ <3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora