GWENPOOL (Cancelada)

11. Espiar.

Flashback

Vanessa término de llorar luego de recordar a Wade. Se limpio el rostro y después de bromear recordó que Joan le había mandado una carta a Gwen. Se la entrego. Entusiasmada la tomo entre sus manos como el tesoro bien preciado que hace tanto esperaba. Una carta de su hermana menor, Clandestinamente entregada a Vanessa. Era su método de comunicación hace año y medio.

Se fue a su cuarto levantándose y depositando un beso en la frente de su hermana mayor. Ella le dedicó una sonrisa tímida y vio como se marchaba, intercambiando miradas de alegría con Ashlet.

-Oye, hay mejores tipos que Wade. O, muy parecidos. Que tal si mañana vamos al centro comercial por uno.-dijo la rubia soltando una carcajada, guiñando el ojo izquierdo.

Gwen cerro la puerta de su habitacion, se apoyó en ella deslizándose hasta el suelo. Abrió la carta con rapidez y torpeza. Antes de siquiera empezar a leerla sintió un temblor en su cuerpo producto de la emoción y de la nostalgia que le producía haberse alejado de su pequeña.

Querida hermana.

Le entregó la carta a Vanessa. Sería la décima en este tiempo. Te extraño y se que muy en el fondo mamá también, aunque crea que fuiste la culpable del asesinato de papá. Ha conocido a un sujeto bastante agradable que le ha hecho olvidar estos amargos momentos. A veces llora. A veces ríe. Pero la mayor parte esta sin ánimos, especialmente en la fecha de tu cumpleaños, en el de papá y festividades como navidad. Sabes que ella la ama. He cumplido diez años y tuve una fiesta fascinante con mis amigas y un chico buenísimo, disculpa como me expresó, pero aprendí de la mejor. En las noches suelo pedir a las estrellas, a la luna, a dios, a marte incluso al perro para que te devuelvan a casa y estés conmigo. Te extraño y ansío poder abrazarte, besarte, salir de compras, reír. Incluso verte en el desayuno sería suficiente. Me esta matando esta separación y el ejército no ha querido hacérmelo fácil. Mamá insiste en que vaya a dónde vaya deben ir conmigo Por si apareces. Yo se que no correría peligro viniendo de ti. Es más, creo que tengo mas miedo de toparme con aquel tipo de las noticias, un tal Deadpool...bueno. Escríbeme cuanto recibas esto. Te amo mas que a Chris Evans y eso es mucho, así que gozalo como el no. Te amo. Te amo. Te amo. Espero que estés bien a la hora de leer esto. Hasta la próxima carta y esta vez, mandame una con Vanessa. Te extraño. Con amor, Joan.

Dejó caer la carta y soy conciente de las miles de lagrimas que rodan por mis ojos. Aunque de vez en cuando me rio por lo escrito por mi hermana menor. La extraño y no tardó en sentirme culpable por no verla crecer y ser un ejemplo, bueno o malo, nadie lo específica en el manual de hermanas, así que...no hay problema.

Me levanto del suelo y la dejo en la pequeña caja donde las guardo todas. Me limpio la nariz y voy al escritorio para comenzar enseguida a escribir la suya.

Fin Flashback

Inhalo y exhalo con fuerza sosteniendo el par de cuchillas que Deadpool me habia dado. Obsequiado. Prestado. Lo que sea, soy mís armas defensivas. Han pasado tres semanas de nuestro entrenamiento y aunque no he avanzado tanto como para vencerle, soy lo suficientemente atenta como para esquivarlo.

Estamos en la azotea y el me mira con una sonrísa sarcástica. Esta como si nada. Mientras que yo me sofoco por la falta de aire, el sudor me corre por todo el cuerpo y aun así no he logrado darle un solo golpe ni rasguños.

Esta en la otra esquina de la azotea con las dos katanas en sus manos, esperando a que me acerque. Me inclinó con las manos sobre mis rodillas e intento recuperar el aire. Levantó la vista cuando me habla.

-¿Cansada? Ya te hubiera asesinado.-dijo con su aire arrogante mirando sus uñas. Lo mire con una sonrisa mientras comence, primero con un trote y luego corriendo con más fuerza. Le dio una vueltas a sus katanas y corrio con fuerza hacia mí. Cuando vi el momento para atacarlo me arrepentí y me hice a un lado. Por mi incompetencia tuve un corte de la katana de su mano izquierda sin querer. Me cubrí con la mano derecha, él no se volteo.