GWENPOOL (Cancelada)

1. Sin esperanza.

El ambiente era terrible y los hospitales de por si eran horribles. Jugaba con mi cabello mientras esperaba los resultados. Mis padres y mis hermanas sabian que no serian satisfactorios. Vanessa habia viajado hasta aqui para apoyarme en todo desde que empece con las molestias. Su abrazo era lo que me mantenia fuerte en este instante. Nunca habia llorado. No iba hacerlo ahora sin una razon justificable. Menos, sin tener conocimiento de lo que me sucedia. Sin enfermedad no hay cura ¿Verdad?

-¡Gwen Mckenzie!-grito una enfermera desde el umbral de una puerta en el pasillo.

Mi familia levanto la cabeza del suelo y yo me precipite con brusquedad sobre la enfermera que me observo viendo la plantilla. A los segundos mi familias me cuidaba la espalda. Mi hermana pequeña llego a mi lado tomando mi mano mientras que Vanessa depositaba de forma protectora una mano sobre mi hombro, presionandolo un poco.

-¿Están listas?-dijo la enfermera con una sonrisa triste.

-Lo estamos.-dijimos las tres con seguridad.

La enfermera nos hizo pasar y yo tome asiento. El resto se esparcio por la habitacion y yo preste atencion al doctor que me habia atendido. Su expresion serena me daba esperanzas.

-¿Y bien?-dijo papá apoyado en una pared tras mio.

Él doctor bajo la mirada a los documentos y se ajusto los lentes. Tardo unos instantes en responder. Lleve una mano a la de mi hermana mayor y la presione esperando lo peor.

-No son buenas noticias.-dijo mirando a cada integrante de la familia hasta detenerse en mi.

-Es increíble y muy raro que recien a este tiempo hayas sentido sintomas. Mas raro es saber que no te hayas sometido a los examenes sabiendo que tu madre era propensa a tenerlo.-dijo regañandome.

Frunci el ceño y una sonrisa nerviosa adorno la comisura de mis labios.

-¿Propensa?-dije sin entender nada.

Me voltee observando a mi madre que parecia nerviosa e incluso cómplice de las palabras del doctor ¿Que sabia ella que yo no? Vuelvo mi atencion al medico.

-Tu madre.-dijo señalandola.-propensa al cáncer de mama.-dijo sin rodeos.

Mis ojos se abren como platos y siento una horrible presion en el pecho que me golpea desde el interior. Llevo una mano a la zona afectada, quejandome.

-¿Cáncer de mama? ¡Es lo que tiene!-grito Vanessa con lagrimas en los ojos, alterada.

Bajo la mirada apenada. Sabia que su novio lo tenia tambien, por eso entendia su desenfreno ante tal enfermedad. Ella retrocedio pasando ambas manos por su cabello.

Yo, en cambio. Estaba sin palabras.

-¿Que hay del dolor y el sangrado en mi entrepierna?-digo evitando que mi voz se quebrara.

Él bufo recargandose en su silla giratoria.

-Es lo raro de tu caso. Tu cancer avanzo hasta tus uteros sin dañar otro organo mas que ese, como si supiera el camino.-dijo jugando con un lapiz evitando mantener contacto visual.

-¿Cuanto?-digo con la voz baja.

El doctor se endereza y entrelaza sus dedos sobre el escritorio. Suspira y me mira.

-Dado el tiempo que tiene...de cuatro a tres meses. Los ultimos los pasaras postrada, de seguro. No tendras la capacidad de mantenerte de pie, ni mucho oxigeno que te mantenga activa. Lo siento pero no hay nada que podamos hacer. Si se hubieran hechos los examenes de control talvez...

-Es hereditario.-digo tragando en seco mirando mis documentos.

-Revisamos la ficha medica de tu madre y sale fichada con dos chequeos. Si hubieras hechos los examenes igual que tus hermanas...