3. Aprendiendo a vivir.

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Carter

Por fin abro mis ojos después de estar muerta en el lago, salgo del agua y observo como el lugar se ha transformado.

Árboles, piedras de todo tipo, un paraíso.

Es hermoso.

Me siento en una piedra y veo mi vestido.

¿Cuantos años habrán pasado?

La curiosidad corre por mi mente, me levanto de la piedra y camino por el bosque.

De repente siento una sed terrible.

No era de agua ni era hambre de comida, era sed, sed pura de sangre.

Mierda.

No había nada que comer, sólo venados, ardillas y zorros. Necesito un humano.

Acelero el paso y me doy cuenta de mi velocidad, la forma en que veo cosas diminutas y como escucho búhos y otros animales emitiendo diferentes sonidos.

Es genial.

Lo único que me queda es, chupar la sangre de un venado.

No puedo hacerlo, es... Un animal.

No me queda otra alternativa.

Me escondo entre los árboles y lo observo comer, evito hacer algún sonido y no ahuyentarlo.

Es difícil.

El venado se concentra en su comida, momento perfecto para atacar.

Corro lentamente y me lanzo al venado, mis colmillos se asoman y sin pensarlo ya los tenía clavados en su cuello.

Ella agonizaba, yo lo disfrutaba.

Lo siento pequeña.

Siento el poder en mis ojos, en mi cuerpo, me siento más viva de lo que era antes.

Detecto olor humano.

La sed se vuelve más fuerte.

Humano.

Corro sin ver a mí alrededor, concentrándome en el olor.

Tropezando con una casa.

Está bien cuidada, con vidrios alrededor, muebles limpios y el lugar organizado. No veo personas, pero siento su aroma.

Observo la puerta abierta y decido entrar.

Todo es tan moderno y bien cuidado.

La sed disminuye.

Una mujer con cabello corto por el cuello y despeinado, blanca, delgada y de ojos marrones, se sorprende de mi presencia.

— ¿Puedo ayudarte?

Bajo la mirada y veo una taza con ensalada.

—Yo... No tengo dónde quedarme.

Ella sonríe.

— ¿Tienes familia?

—No... En realidad, no soy de aquí.

Baja la mirada y observa mi vestimenta.

—Ni de ésta época. ¿Eres actriz?

—No... —Sonrío.

—Entonces, ¿Que pasó contigo?

Veo su vestimenta, una blusa morada de mangas largas, un pantalón marrón oscuro y unos tacones bajos.

Deja la ensalada en una mesa y me trae una silla, tomo asiento y espero a que ella se ponga cómoda.

Crónicas De San Castiel Vol 1: Bienvenido Al Pueblo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora