8. Bienvenido a San Castiel.

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Jack

El estruendo ruido del motor interrumpe mi sueño, dejándome observar a mi pequeño hermano dormir junto a su juguete preferido: Batman.

Levanto la mirada y mi madre conduce con gran calma. Ahora me pregunto: ¿Cómo llegué atrás?

—Genial. Despertaste.

— ¿Qué pasó?

—Te quedaste inconsciente.

— ¿Cómo hiciste?

—Te estuve vigilando. Mientras leía esto. —Me señala el diario de Bernard—Parecen muy reales estos sueños.

Quedo sorprendido.

Muy sorprendido.

—Mamá, no deberías leer mis cosas.

—Esto no es tuyo. Es de Bernard. ¿A dónde fuiste?

—El me pidió que le llevara una carta a su familia, y su nieta me dio su diario.

— ¿Crees... En todo esto?

—No. Pero, soñé lo mismo el día en que... —Observo a Alex unos minutos. —Aquel día.

Volteo la mirada hacia la ventana, un letrero me distrae.

"Bienvenidos a San Castiel, la vereda más importante de América"

Llegamos. —Comenta mamá.

Árboles por todos lados, pinos y diferentes tipos de casas, grandes, pequeñas, humildes y mansiones de un gran tamaño. Personas con trajes de invierno y un fuerte viento frío, nos acompañan.

Veo una que otra chica, me observan con deseo y otras con rareza. Intento sonreír, pero mis ganas se encuentran por el suelo. Por supuesto, uno que otro chico con cara de enojo y los típicos trabajadores. Lo extraño es los colores de piel, blancos y morenos.

De repente noto que el auto sigue avanzando hacia un bosque. Observo a mi madre inquieta.

¿No tendremos vecinos?

—No. Pero, deberás ir a la escuela y hacer nuevos amigos.

— ¿Acaso era una anciana?

—Sí.

—No me está gustando esto.

—Te encantará ver lo que hay en frente de nuestro nuevo hogar.

Finalmente, el auto se detiene en medio de un bosque, justo al frente se encuentra una típica casa de dos pisos bien conservada y un poco antigua, tiene un elegante jardín.

Mi madre me mira con una sonrisa.

— ¿Que?

—Ven conmigo.

Camino hacia el auto para cargar a Alex.

—No lo dejaré solo.

El pequeño despierta entre mis brazos, coloca sus manos en sus ojos y vuelve a mirarme con su inocente sonrisa. Mi madre aparta los árboles y alguna que otra planta hasta llegar a un pequeño lago.

El lugar ya lo había visto antes. En mis sueños.

El lago donde mi amada y yo nos reunimos.

¿Que pasa hijo? ¿No te gusta?

—Es genial, pero creo que ya lo he visto antes.

— ¿Donde?

Crónicas De San Castiel Vol 1: Bienvenido Al Pueblo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora