17. Victoria.

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Victoria

Una chica de cabellera de color zanahoria, atada con un peinado sencillo, blanca y con pequeñas pecas en el rostro sale de un reconocido hospital de la ciudad de Nueva York, justo después de acabar su turno, observando el reloj: las diez en punto.

-¡Vic!-Le llama una voz confiable- ¿Almorzamos en el Door's Gold mañana?

-Hey, Carly, por supuesto. La comida de Ignes es asquerosa. Pero, no le digas nada.

-Soy una tumba, ¿Irás a correr hoy?

-No lo sé, primero debo disculparme con mi madre, esa cirujía me quitó tiempo para probar su lasagna de verduras.

-Ya veo...

Baja la mirada unos minutos.

-¿Aún sigues pensando en ese paciente?

-Disculpa Carly, ¿Que paciente?

-No te hagas, te gustó desde el primer momento en que lo viste.

-Carly, tengo novio. Fred es mi novio.

-¿Jack Frost?

-Bien, bien, me gustó pero hasta ahí. ¿Te vas conmigo? -Pregunta mientras enciende su auto rojo.

-No. Descuida, mi novio viene por mí.

-Bien, nos vemos Carly. -Abre la puerta y entra a su auto.

Arranca y avanza su camino, se detiene en un semáforo y le marca a su novio.

-Fred, amor.

-Hola cielo, ¿Que tal tu día?

-Genial, en urgencias tuvimos a un hombre que tenía una estaca... Gracias al cielo no llegó tan lejos.

¿Que haces cariño?

-Resolviendo problemas de contaduría, mi padre me pidió el favor.

Cielo, ¿Nos vemos después de que hagas ejercicio? Te tengo una cena deliciosa.

-Claro, nos vemos.

-Vic, ten cuidado, están asesinando a muchas personas.

-Descuida cielo, tendré cuidado.
Te amo, adiós.

-Te amo mucho cielo, adiós.

Deja su auto parqueado en frente de un gimnasio, se baja y se cambia su uniforme no sin antes sacar un iPod de su bolsillo izquierdo.

Victoria procede su calentamiento con caminatas lentas, todo dependiendo de la canción que escucha. Y poco a poco empieza a trotar, acelerando el paso cada vez.

Se siente libre, se siente feliz, se siente... De alguna manera enamorada.

Pero esa felicidad se limita al darse cuenta de que ha excedido su recorrido, y que justo ahora se encuentra en un callejón oscuro que queda a unos pasos de una fábrica de prendas de cuero.

Avanza lentamente sin darle importancia, piensa dos veces en devolverse, pero la curiosidad está enfrente de ella.

Por desgracia, siente que alguien la sigue, no ve a nadie.

Baja el volumen a la música y solo se escucha las máquinas de aquella fábrica. Vuelve a subirle el volumen.

Esta vez no lo piensa y está decidida a devolverse, su novio la espera.

Corre veloz, pero una fuerza la tropieza hacia el suelo. Su iPod resiste, su pierna izquierda no. Observa a su alrededor, nadie. No hay nadie.

Se levanta, adolorida.

Crónicas De San Castiel Vol 1: Bienvenido Al Pueblo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora