Jack se comunicaba con Carter a través de los sueños, ella lo imaginaba mientras estaba en otra época... Quién diría que finalmente se encontrarían.
Pero vaya lugar donde lo hicieron, vaya tragedia que les toca enfrentar.
Bienvenido al pueblo de lo...
"Por alguna razón corría en el bosque oscuro, tropezaba con las cortezas y raíces de los árboles pero aun así volvía a levantarme. Ya, agotado, me detuve, esperé que se acercara lo que me seguía.
Un hombre con grandes colmillos, cuerpo magnífico (joven, sin cicatriz alguna), rostro perfecto, y con alas, cargaba una espada gigante en su brazo derecho.
Volaba ágilmente, se acercaba a mí, intentaba correr pero mis piernas estaban congeladas.
Cerré mis ojos, cubrí mi rostro con mis brazos, no sentí nada. Ni dolor, ni un rasguño. Los abrí y vi la misma chica del sueño anterior, había acabado con el hombre, o más bien con la bestia.
No sentía mis pies congelados, di el primer paso para acercarme a ella, no había podido tocarla cuando siento un objeto punzante atravesando mi espalda siguiéndole mi corazón."
Un relámpago resplandece por mis ojos al mismo tiempo que se escucha un estruendoso trueno.
Me levanto de la cama agitado y con el corazón en la boca.
Agarro mi sábana con fuerza y empiezo a meditar lo sucedido, revisando mi pecho para ver si tenía algún agujero y mirando hacia la ventana para asegurarme de que seguía lloviendo.
Y sí, hay una gran tormenta afuera.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Enciendo las luces de mi habitación y cierro la puerta, camino hacia mi escritorio y busco una libreta y un lápiz. Al encontrarlos escribo mi sueño y dibujo con mínimos detalles a la chica y la bestia.
Finalizando con el dibujo detallado de la espada con la que me atacan.
Observo la ventana y volteo hacia el reloj.
Tres de la mañana. La hora maldita, como dirían muchos.
En ese instante siento que me observan, giro la mirada de un lado a otro sin respuesta. Intento conciliar el sueño sin lograrlo.
De repente se empiezan a escuchar gritos abrumadores de una mujer, y gritos de enojo por parte de un hombre. Me levanto del escritorio, guardo la libreta, agarro el bate que se encuentra en el rincón de la habitación, avanzo hacia la puerta y la dejo entreabierta para observar.
Mi padre y mi madre discutían, como todas las noches.
-No otra vez. -Suspiro.
Camino lentamente hasta la cocina, mi piel se vuelve gallina al escuchar los gritos tan cerca.
Trago saliva y me asomo entre el marco de la entrada, mi padre lastimaba a mi madre con un cinturón, corro y cubro su rostro con un abrazo, el cinturón me lastima gran parte de la espalda.
-Cariño... -Susurra mi madre entre lágrimas.
-Ya estoy harto. -Digo entre sus brazos -No soporto verte así.
