Jack se comunicaba con Carter a través de los sueños, ella lo imaginaba mientras estaba en otra época... Quién diría que finalmente se encontrarían.
Pero vaya lugar donde lo hicieron, vaya tragedia que les toca enfrentar.
Bienvenido al pueblo de lo...
Abro los ojos y me encuentro con esa hermosa sonrisa.
—Hey, Juliette. —Digo con voz ronca.
—Ve a ducharte, —Cubre su nariz, asqueada— hablaré con la recepcionista para que nos dé la autorización de salida.
—De acuerdo.
Guardamos silencio unos segundos mientras me acomodo.
— ¡Pero rápido! —Dice ansiosa.
—Bien, bien. —Me levanto— Deja mi maleta de ropa en la camilla.
La recoge del suelo y la deja a unos metros de la almohada, corre hacia la puerta, abre y cierra de manera desprevenida.
Camino hasta el baño, me observo en el espejo y desabotono la bata, notando algo extraño en el tatuaje de mi pecho.
El número 116 ahora es 166
—Esto no puede estar pasando. ¿Cómo es posible? —Susurro preocupado. —Debo acabar con Maslow primero, luego deshacerme de esta maldición.
Me dirijo a la ducha, cierro la cortina, abro el grifo y me sumerjo en el agua fría.
—Te ves sexy desde aquí.
¿Qué diablos?
— ¡Carter! —Exclamo extrañado.
—No te preocupes, la vista es perfecta. Eso quiere decir que en realidad no te estoy viendo.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunto aún sorprendido.
—Me dijiste que investigara acerca de Victoria, resulta que una joven del mismo nombre desapareció después de diez treinta de la noche, su novio intentó hallarla, pero era tarde, misteriosamente había desaparecido.
—¿Algún objeto en particular?
—Un iPod y un celular. ¿Por qué?
—Carter, no era un sueño. En realidad, pasó.
—Sí, —Suspira— me di cuenta.
— ¿Qué tienes?
—Nada Jack, estoy bien, me siento tranquila sabiendo que al menos podrás vencer a Maslow.
—No debiste cubrirlo... Tú me importas.
— ¿Te importo? Jack, la razón por la que no me caes bien es esa.
— ¿No te caigo bien? —Digo casi con la boca llena de agua.
-No. No me caes bien. Dices que me conoces por tus sueños... Pero, yo no recuerdo haber estado en ellos.
Técnicamente te enamoraste por mi rostro.
—Ya veo. —Abro la cortina.
Carter mantiene la mirada en mis ojos tras notar que estoy desnudo en su presencia.
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