Crónicas De San Castiel Vol 1: Bienvenido Al Pueblo.

26. Se siente como en casa

Michael

Llegamos a casa luego de la rutina que hace mucho tiempo no hacía con mi esposa, esta vez compartida con mi hijo. Quién debo enseñarle a controlar sus poderes... ahora me preocupa que sea mucho más poderoso que su madre, ninguno de los dos puede comunicarse con los muertos.

Mucho menos, matarlos de tal forma.

- ¡Michael! - Olive me sorprende con un abrazo. - volvieron, ¡Volvieron! - dice emocionada. - ¡Niños! ¡Alex tu familia volvió!

- ¿A qué se debe tanta emoción Olive? - Pregunta mi esposa, correspondiendo su abrazo.

- ¿No será porque se tardaron mucho? Bueno, no importa. Me dio tiempo suficiente para preparar mi popular y exclusiva receta familiar.

Los niños invaden la entrada repartiendo abrazos, le respondo a mi pequeño Alex.

- Es su cerdo agridulce con arroz de verduras - dice Elizabeth, satisfecha.

- ¿Te ayudaron a cocinar? - Pregunta Jack.

- No. - Responde Olive - pero, tenemos visita. - ingresa a casa para darnos el pase, le doy la mirada interrogante a mi esposa.

- ¿Visitas? - susurra ella.

- Sigamos angelito. - Digo tomándola de la mano.

Al entrar veo a una señora mayor de edad sentada en el sofá, blanco cabello, piel arrugada con una mirada carismática.

- Isabella. - dice esta al verla entrar.

- Dice que los conoce desde hace mucho, - comenta Olive- pero no recuerdo que ustedes la hayan mencionado.

- Es porque... - digo algo confundido - es muy lejana.

Isabella se le acerca lentamente, como si tratara de recordarla.

- Señora Clementine - dice de repente. - No te lo comenté amor, ella me contrató para cuidar la casa.

- Es cierto - añade la señora- también les regalé mi casa... ¡Sorpresa!

- Creo recordarla... - Digo al escuchar su tono de voz.

Dirige su mirada a Olive.

- Querida, ¿Puedes quedarte arriba con los niños? - Olive asiente llevándose a dos pequeños confundidos.

- ¿Qué clase de don es ese? - Pregunta Jack, asustado.

- Dar órdenes y que sean cumplidas. - Respondo.

Isabella se sienta a su lado, con la mirada me pide que tome asiento junto con Jack.

- Michael. - sus ojos ahora están puestos en los míos - ¿Quién diría que terminarías mejor que los demás? Y todo por amor.

- Ya la recuerdo - río- es usted quien le daba permisos a Isa para que fuera a verme. Nos permitía ser humanos por veinticuatro horas para conocernos mejor.

- Sí, el cielo no iba a estar alegre si dejaba que una de mis alumnas fuera al inframundo.

Veo que te hiciste más débil, no puedo creer que Aamon se apoderara de tu cuerpo.

- No sé qué ocurrió. Están en mi contra desde entonces, planeando quien sabe qué cosa para separarme de ella.

Incluso inventaron que tenía familia... Ya sabes, padres. — Noto la mirada de Jack, está algo sorprendido al saber que fue manipulado.

— Esta vez es peor Clem, — dice mi esposa— quieren a Jack.

— Eso vi... está precioso su niño. — su mirada se torna tierna al ver a Jack.