29. Amor para sobrevivir.

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* Bernard, 25 de abril.


He matado un chico poseído. Me atrapó desprevenido diciéndome que moriría descubriendo lo que mató a mi mujer.

El chico tenía familia, estaba siendo buscado. Más que la criatura anterior. No es fácil ver mis manos cubiertas de sangre para luego darte cuenta de un cadáver en el suelo... Él no tenía la culpa, pero ya no era una persona.

Ojalá me perdonen por ésto...

En otras cosas, soñé con un ángel que tenía garras en sus alas. Me asesinaba. Probablemente sea quien mató a mi preciada esposa. Desafortunadamente no lo sé.

Necesito respuestas pronto.

Paso hoja por hoja hasta ver dibujos mal hechos de aquél ángel, concordando con lo que había dibujado en la casa de Carter.

Sigo leyendo bajo la luz de la luna, por un instante volteo a ver a Jason quién duerme en un colchón junto a mi cama, se acomoda para evitar la luz.
No dejo de pensar en su tristeza.

Si puedo comunicarme con los muertos, quizá pueda lograr hablar con su madre.

Dejo el libro a un lado, pasando de largo hasta la puerta, la oscuridad reina en casa; las habitaciones se encuentran cerradas, lo que me da ventaja para poder hacer ruido necesario. Bajo las escaleras rápidamente, recorro la cocina hasta salir al jardín. La noche es fría, cruzo mis brazos para darme un poco de calor, mi camiseta de The Rolling Stones no ayuda mucho.

Bien Jack, concéntrate.

Cierro los ojos, pienso en Jason, cómo solía ser alegre, brillante, inocente. Recuerdo cuando lo conocí, leía un cómic de Los cuatro fantásticos ese dónde la familia se multiplicaba, Sue y Reed tenían dos hijos. Uno más poderoso que otro, pero Jay no veía eso, él veía el lazo que los unía como equipo, como familia. Algo que deseaba tener con la suya.

Jason te necesita.

Pienso en su madre, lo enferma que estaba pero con pequeños gestos demostraba lo orgullosa que estaba de su único hijo vivo; le tomaba la mano, daba un golpe en su brazo, le sonreía.

«— ¿Sabes Jack? Cuando mi madre hablaba me decía que yo sería su orgullo en un futuro. No me creo ser orgullo para todos más adelante. »

Él lo había dicho cuando mi madre le decía que era muy perezoso. Lo decía en broma, pero era cierto.

Gisela, dime. ¿Por qué te fuiste?

Escucho voces, pero no una conocida, son susurros varios. Empieza a dolerme la cabeza, abro mis ojos para luego mirar mis brazos, las venas cambian de color, me rindo. Pero quiero seguir intentando.

No la veo en ningún lado, no la escucho, ni siquiera puedo sentirla.

— No lo lograrás. — Escucho decir a mi padre quién se encuentra a mis espaldas. — Gisela ya encontró su lugar en el cielo, era lo que más quería. Tu poder sólo puede ser utilizado con quiénes están en el limbo.

Tú puedes guiarlos al cielo, ellos pueden irse al infierno si no te ubican.

— ¿Por qué? — Pregunto preocupado, mirando el jardín adornado por mi madre, escucho los pasos de mi padre acercándose — Nunca habían encontrado alguien con quién comunicarse. Te ven a ti y quieren sellar lo que sea que han dejado abierto.

— Espera... — Recuerdo aquella vez que me pidió demostrar mis poderes — ¿Supiste...? — Sí. — Responde sin titubear — No debí exigirte que me los mostraras. Se manifiesta en cuenta propia... Pude notarlo.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2020 ⏰

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Crónicas De San Castiel Vol 1: Bienvenido Al Pueblo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora