Una amarga despedida

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N/A: Hola! Bueno, me he tomado mi tiempo entre proyectos para traerles este capítulo ya que, he sido demasiado mala al dejarlos con un final tan... ¿confuso? Espero que disfruten. Así mismo agradezco sus comentarios ya que me alientan a seguir escribiendo c;

POV Camus

"Querido Milo:
¿Qué tal haz amanecido mi lindo bichito? Espero, de todo corazón, que tu cumpleaños haya sido todo lo que desearas. Por mi parte, puedo decir que ayer fue el mejor día de mi vida. Gracias por eso, no sabes cuánto te amo. Desde el día que te vi, aunque no me costara admitirlo, mi corazón ya te había escogido...


     La alarma que puse en mi celular antes de venir a la casa de Milo, según la hora acordada con tía Sindy, resuena en toda la habitación. Me despierto alarmado, buscando mi móvil para poder apagar el incesante sonido. Qué suerte que Milo no se ha despertado. 

     Muevo mi cuerpo desnudo por la habitación. Me dirijo al baño para poder lavarme el rostro observando en el espejo del tocador las marcas de pertenencia que Milo dejó en mí. Tenues, distribuidas a lo largo de mi pecho, guardan en secreto una gran pasión y una promesa de amor. Tras lavar mi rostro y arreglar mi desaliñado cabello, tomo mi ropa, vistiéndome rápidamente. No demoro mucho en estar listo ya que no he utilizado nada de lo que traía dentro del bolso.

- Milo... - Susurro acercándome a la cama donde descansa, dejando una pequeña carta en la mesita de noche; hincándome para estar a su altura. - Te ves tan adorable hasta cuando duermes. - Río. No puede ser que después de haber ensayado tantas veces en casa, no pueda hablarle, aun estando dormido. - Te agradezco lo de ayer. Eres realmente inolvidable. - Dejo que algunas lágrimas rueden por mis mejillas mientras lucho con el nudo que se ha formado en mi garganta. - Te amo. - Concluyo, dejando que mi corazón se rompa.

     Acaricio su cabello, poniéndome de pie. Doy media vuelta, tomando mi bolso. Y así, camino dejando al hombre que amo. Estando a pasos de la puerta, volteo, dando una última mirada. Pienso en darle un último beso, pero de hacerlo no sería capaz de irme.


... Eres inolvidable, ¿ya te lo había dicho? Podría estar al otro lado del mundo que seguirás permaneciendo en mis recuerdos. Estoy seguro que mi mente, mi corazón y mi cuerpo se aferrarán a ellos para seguir viviendo...


- Buen día señores Scorpio. - Saludo a los padres de Milo al encontrarlos en la cocina.

- Buen día Camus. Tu tía aun no ha venido ¿Quieres desayunar algo? Tenemos unas tortillas de harina pero, hay pan si quieres. - Sonríe Kardia mientras tomo asiento en uno de los bancos del desayunador.

- Con un poco de café estoy bien, gracias. - Le devuelvo la sonrisa desviando la mirada. Luego de hacer el amor con su hijo no me atrevo a verlos directo a los ojos. 

     Enseguida me prepara el café, sin dejar de lado la preparación del desayuno. Observo mi alrededor algo incómodo. Todos nos hemos quedado en silencio.

- Así que... - Rompe la incomodidad Dégel. - Realizarás tus estudios en el extranjero. 

     Parece que tía Sindy llamó temprano y les ha informado de la noticia.

- Sí. - Me limito a contestar.

- ¿No te parece desconsiderado no decirle nada a Milo? - Deja de lado el periódico que había estado sosteniendo para verme directamente, provocando que un escalofrío recorra mi cuerpo. Su mirada penetrante me deja sin habla.

- Yo sé que es egoísta pero, sería duro para mí el despedirme de mi mejor amigo. No soy de aquellos que les guste el que los vean llorar.

- Sin embargo, Aioria sabía de esto. Y él también es tu amigo, ¿o me equivoco?


... Sé que soy egoísta al no habértelo dicho antes. Gané una beca para estudiar en Francia y he aceptado ir. No había querido decirlo porque sabía que tendría que despedirme, lo cual hubiera sido duro para ambos...


     Escucho el sonido de la bocina de un auto. Tía Sindy ya ha venido con todas las maletas. Me despido de Kardia y Dégel con un rápido abrazo, pidiéndoles de antemano una disculpa por no haberle dicho nada a su hijo. Estaba siendo desconsiderado con ellos pues, serían ellos quien lo vieran entristecer por mi partida.

     Entro al auto, esperando a que mi tía se despida y agradezca por haberme cuidado. Una vez entra al auto, partimos al Aeropuerto Internacional de la ciudad de Atenas, Eleftherios Venizelos.


... Espero de todo corazón que el destino sea favorable para ti luego de mi partida. No quiero que estés triste por esto durante los dos años que estaré lejos...


- QUERIDOS PASAJEROS, ESTAMOS PRONTOS A ARRIBAR A NUESTRO DESTINO. POR FAVOR, ABROCHEN SUS CINTURONES. - Escucho a la sobrecargo anunciar por el micrófono. Sigo las instrucciones, algo adormitado. No he sentido nada del viaje. 

     El sabor amargo del recuerdo de mi despedida con Milo me atormenta. No sé si pueda resistirlo por un largo tiempo.


... Volveremos a vernos algún día no muy lejano. Te amo, no dudes de ello.
Tu Camie."


     << Esto no puede ser cierto. >> Me repito desde lo ocurrido.

- Realmente siento tu pérdida. - La voz del Sr. Mitsumasa Kido, el propietario de la editorial donde trabajaba mi tía, me saca del trance de una larga noche en vela. - Quiero que sepas que tanto mi esposa y yo; así como mis hijos, Aspros, Defteros, y Saori; estaremos a tu lado. Ella fue una gran amiga mía.

     Cinco meses han pasado desde mi partida de Grecia. Cinco meses en que mi única compañera era mi tía. Ahora, me siento realmente solo.

- Milo... Te necesito.


N/A: Lamento si ha llegado a ser algo confuso xc y también me disculpo si alguno de ustedes derramó algunas lágrimas... Yo también lo hice al escribir TTnTT
La verdadera trama de esta historia recién comienza! Espero sigan leyendo y nos leemos la próxima c;

Tras mi verdadero amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora