07: No te necesitaba.

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Escuché del otro lado los gritos de Oliver, y también los de Maggie, vagamente. Pero hice oídos sordos, y me oculté entre algunos árboles, para ver a dónde llevaban a Daryl. No pensaba ayudarlo, al menos no en ese momento, tal como había hecho él conmigo.

Fui consciente de que pasaron varios segundos en los que sólo pensé lo que acababa de pasar.

—¡Oliver! —grité al reaccionar, después de fijarme que nadie nos había seguido.

—¡Dina qué haces! ¡Estás loca! ¡Sube y salta de una vez, no seas imbécil! —se vinieron uno tras otro los gritos de Oliver.

—Dina, si no saltas nos iremos —dijo Rick desde el otro lado.

—Esperen, Daryl sigue aquí, lo atraparon. Me quedaré para ayudarlo. Ellos piensan que ya nos escapamos.

—Daryl sabe cuidarse solito —replicó Oliver. 

—Es cierto —Rick pareció percatarse, e inmediatamente se interesó—. Muy bien, quédate y ayúdalo a escapar. Él te guiará a la prisión.

—¿Cómo? —se quejó Oliver por lo bajo—. ¿Pero tú la has visto? ¡Está neurótica! No podrá sobrevivir así...

Me alejé de allí a gatas y cada vez se escuchaban menos las voces de Oliver y los demás.

Se me acababan los arbustos, así que tenía que pensar algo pronto. Levanté la cabeza y un cuchillo me rozó la cara. Eran dos hombres que me apuntaban con sus armas. Escondí la cabeza en el arbusto nuevamente y les disparé a través de la planta. No les di en la cara ni en el pecho, pero terminaron en el suelo.

—Más les vale callarse —dije, levantándome y mirándolos agonizar—. O... Tal vez no. Mejor acabaré con el sufrimiento de una vez.

Les di en la cara a cada uno. No es algo que me guste hacer, pero ellos habían empezado.

Los disparos no pasaron desapercibidos, y cuatro hombres más aparecieron en la escena, y miraron a sus compañeros muertos. Corrí lejos sin que me vieran, estaba pasando por demasiada adrenalina. Subí con dificultad a un camión y desde ahí miré el espectáculo que estaban armando los de Woodbury. Tenían a Daryl con una bolsa en la cabeza, y a Merle también. Si no escuchaba mal, el Gobernador lo estaba acusando de traidor y quería que peleara con su hermano para demostrar su lealtad hacia él.

—Qué interesante —musité acomodándome, por supuesto no podría intervenir en ese momento, sería demasiado arriesgado, y necesitaba recuperar el aliento.

El pueblo entero no paraba de alentar la pelea, me pregunté si acaso eran imbéciles o muy imbéciles. Era un escándalo, incluso había una mujer rubia que no paraba de forcejear con Martínez gritando cosas que no entendía. Los dos hermanos comenzaron a golpearse como si en ello les fuera la vida, y en parte era cierto. No podía creer todo lo que había en mi plano visual, si no supiera de la situación del mundo probablemente hubiera pensado que había viajado a la edad media.

Echaron caminantes al campo de batalla, y dudé por primera vez sobre si debía o no ayudar. Sabía a conciencia que si no lo hacía y Daryl moría, toda la culpa y sospechas recaerían sobre mí. Me levanté de mi lugar y recargué la pistola, para disparar y sembrar el caos justo cuando un caminante pretendía morder al cazador. La gente se giró hacia mi dirección, y en seguida algunos hombres prepararon sus armas para usarlas contra mí; me arrepentí en el acto.

Afortunadamente pronto escuché más disparos, y no eran de mis enemigos. Rick se dejó ver y lanzó una granada, permitiendo el descontrol de los caminantes y una oportunidad de escapar. Visualicé a Maggie haciéndome señas para que corriera a su lugar, y eso hice, porque ya tenía a cinco hombres detrás.

Ex Cinere » Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora