14: Retenidos.

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Al parecer la Terminal era el lugar maravilloso y paradisíaco que una no creería que existía en medio del fin del mundo. Yo era esa una. A ver, era la única opción que tenía el grupo de Maggie de encontrar a los demás, ya que eran escasas las formas en las que podíamos reunirnos con el resto del grupo; y si todos vagaban por ahí y eran inteligentes, se dirigirían a la Terminal. Más incluso, viendo todas las señales en carteles que había dejado Maggie convocando a Glenn. Eso sí. Pero lo de confiar ciegamente en lo desconocido, era algo que todos deberíamos haber aprendido a controlar ya. Y yo le daba vueltas, como a todo.

En el camino, Bob me preguntó inocentemente por Daryl. Un escalofrío me recorrió la espalda. La primera noche Oliver me preguntó por qué lloraba, y yo le dije que de felicidad. Obviamente sufría en silencio por lo que le podía estar pasando a Daryl por culpa de mi berrinche de niña de cinco años. Me torturé psicológicamente lo suficiente como para crear en mi mente escenas de cómo hubiera sido si no nos hubiésemos separado, si estaríamos juntos o si incluso, nos hubiéramos encontrado con Oliver y los demás en las vías. Algo me estaba afectando gravemente.

Por otro lado, yo quería enojarme con Oliver. Por lo de la última vez. Porque cuando le pedí afecto no me lo dio. Y ahora, ¿al parecer sí? Ahora ya no quería ese afecto, pero de alguna forma verlo ahí, tan decidido y fuerte, me hacía perder la consciencia y sentía que me atraía. Mi cuerpo reaccionaba de la misma forma que... Con Daryl.

Me estremecí de forma bastante exagerada. Me estaba volviendo la sumisa que nunca en mi vida quise ser. ¿Así me había cambiado el apocalipsis?

-¿Te ocurre algo? -cuestionó Bob preocupado, pues desde que me preguntó por Daryl me observó comportándome así.

-Claro, es solo que... No estoy segura de si la Terminal es... Factible, sabes -en el fondo no mentía tanto; también había pensado en ello.

-Debemos confiar en ello.

Al parecer Bob era muy bueno... Y malditamente ingenuo. Pero no podía decirle nada, porque todavía me seguía pareciendo hermoso e irreal el haberme encontrado con ellos y estar viva, cosa que un día atrás no se me cruzaba por la cabeza. Ahora tenía el revolver que me habían dado y también el cuchillo que llevaba antes; estaba armada y protegida.

-¿Cómo ha sido la convivencia con Dixon, eh? -preguntó Oliver para picarme, porque hasta donde él sabía nos caíamos mal mutuamente. Decidí que era mejor que lo siguiera creyendo.

-Mal, pero nos cuidábamos el culo entre nosotros -contesté y miré hacia adelante; Maggie iba cada vez más y más rápido, desesperada por llegar, y Bob iba tras ella-. Deberíamos darnos prisa, Oliver.

Pero me tomó del brazo, y me obligó a detenerme y mirar sus grandes ojos café directamente.

-¿Qué te pasa? -espeté, tratando de zafarme de su agarre.

-Estás distinta.

-¿Ah, sí?

-Sí.

-Las personas cambian -dije, volviendo a caminar.

-Dina... -murmuró y lo dejé atrás, porque repito: yo no me olvidaba de lo que me había hecho antes.

Caminamos los cuatro durante muchas horas de sol, hasta que en el fondo se pudo apreciar el edificio de la Terminal. No podía decir que fuera feo, o que pareciera un purgatorio, de hecho, había bastantes probabilidades de que realmente fuera ese lugar perfecto y soñado donde convivir con otra gente. Pero, pero. Yo no quería entrar ahí. Al menos, yo no. Que fueran Maggie, Bob, y hasta Oliver. Pero yo me había cansado de confiar y recibir mierda a cambio.

-Me quedaré aquí -informé separándome de las vías.

-¿Eh? -dijeron los tres al unísono.

-Bien, tengamos este plan -comencé-. Ustedes entran, comprueban si es un lugar seguro, y si lo es, salen a buscarme. Si de lo contrario, no lo es, iré a buscarlos yo. ¿De acuerdo?

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2017 ⏰

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Ex Cinere » Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora