Capítulo 2

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Camila.

-¡Vamos, Mani! ¡Puede ser divertido! -exclamé zarandeando su brazo.

-¿Divertido? -preguntó mirando la televisión. -¿Cómo puede ser divertido ver un partido de fútbol si no me gusta?

-No es lo mismo verlo en la televisión, que verlo en directo -dije como si fuese obvio. -¡No es ni parecido!

-Pues a mí me parece lo mismo completamente -dijo alzando sus cejas. -Es como cuando tienes que aprenderte una coreografía. Para ti es un suplicio, ¿verdad? Aunque a mi me encante.

-¿Y qué pasa al final? -pregunté sabiamente. -Termino aprendiéndomelas. Y terminan gustándome. Ally, ¿me echas una mano?

Mi asistenta, Allyson, llegaba al salón de mi casa con una caja de cervezas frías que yo había comprado aquel mismo día para ver el partido. A ella también le hacía ilusión verlo y, aunque no tanto como a mí, mucho más que a mi coreógrafa y bailarina, Normani.

-De verdad, podría ser divertido -dijo la rubia abriendo las cervezas de una en una. -Además, piensa que aún hay posibilidades de que Estados Unidos no se clasifiquen.

-Estáis haciendo que quiera que pierda mi propia nación -dijo pasándose la mano por el pelo.

-¿¡Eso es que sí!? -dije saltando a sus brazos, aunque ella no cambiara su postura del sofá.

-Eso es un: sólo si nos clasificamos -dijo con severidad.

-¡Mani, gracias, gracias, gracias! -dije besando sus mejillas, notando la tensión en los músculos de su cara, debido a la sonrisa que nacía en ella.

-¡Mirad! ¡Lauren Jauregui! -señaló Ally.

Lauren Jauregui. Esa chica que tenía de fondo de pantalla en mi portátil. Esa chica que me embelesaba con cualquier parte de su cuerpo. Ya fueran aquellos ojos verdes, sus finas manos de piel blanca pálida, sus gruesos labios rosados o los tatuajes que cubrían la piel de sus brazos. Me encantaba verla jugar, no me perdía ni un solo partido y, en parte, creo que fue ella quien me hizo aficionada al fútbol. O al simple hecho de verla jugar.

-Mila, la baba -dijo Normani riendo.

Me había quedado de espaldas a ella frente al sofá, mirando la enorme pantalla mientras salían en ella jugadas de la delantera de los partidos anteriores del campeonato mundial.

-¿No es increíble? -pregunté girándome hacia mis amigas de nuevo.

-¿Hablas de su juego o de su físico? -bromeó Ally.

-Creo que es obvio -dijo Normani riendo.

-¿Por qué no intentas comunicarte con ella? -preguntó mi asistenta mientras yo tomaba el asiento del medio del sofá.

-No es tan fácil, Ally -dije yo casi con un suspiro. -Todos saben que Lauren es homosexual. ¿Qué pensarían de mí si saben que hablo con ella?

-¿Es que, a caso, tú no eres homosexual? -preguntó Normani alzando sus cejas.

-¡Claro que sí! -exclamé. -Pero nadie lo sabe.

-Bueno, deja de preocuparte por eso -dijo la coreógrafa mostrándome la pantalla de mi teléfono móvil. -Ya me he puesto yo en contacto con ella.

-¿¡Qué!? -exclamé leyendo el mensaje de la red social, pulsando en la foto para ver cómo mi espalda con su nombre se leía perfectamente. -¡Normani Kordei! ¡Va a pensar que estoy obsesionada con ella!

-¡Por el amor de Dios, Mila! -exclamó Ally. -¿Es que no lo estás?

Yo me giré de nuevo hacia la televisión. Apenas quedaba una hora para que diera comienzo la semifinal y los nervios me estaban matando. Ahora, incluso más que antes.

Both Worlds (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora