Capítulo 7

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Lauren.

La vuelta a casa fue el viaje más tranquilo de nuestras vidas. Aunque pudiera parecer mentira, practicamente todo el equipo se quedó dormido en algún momento del trayecto antes de aterrizar.

-¿De qué querías hablarme? -me preguntó Dinah mientras bajábamos las escaleras del avión. -¿Es sobre Camila?

-No -respondí. -No es sobre ella.

-¿Entonces? -preguntó confundida.

-Es sobre Alexa -contesté. -Me besó antes de ir a prórroga.

-¿Te... besó?

-Sí, lo hizo -dije buscando a la chica con la mirada. -De hecho, la noto diferente. Su actitud es tal y como era la primera vez que rompimos. Trata como de hacerme ver que es buena para mí.

-¿Tú crees? -preguntó arrugando la nariz. -¿Y qué piensas?

-No pienso nada, a decir verdad -susurré con una sonrisa. -Ella no es buena para mí, quedó comprobado.

-Eso debes de ser tú quien lo tenga claro -dijo atravesando la puerta que separaba la pista de aterrizaje del aeropuerto. -¿Vas a ir al médico?

-Tengo cita con el médico del equipo esta tarde -le informé. -¿Nos vemos luego?

-Claro -dijo tirándose a mí, envolviéndome en sus brazos. -Lauren.

-¿Sí?

-Gracias por todo -dijo frunciendo sus labios.

-Por nada -contesté con una sonrisa.

Todo lo que Dinah me agradecía era el apoyo moral que le había brindado durante el campeonato. Las ganancias de la victoria le darían a mi amiga y su familia una ayuda económica muy importante. Podrían vivir tranquilos unos años, si se organizaban bien, quizás hasta que alguno de los pequeños se independizaran.

La salida del aeropuerto estaba repleto de cámaras y aficionados que vinieron a recibirnos con enormes pancartas y gritos de ánimo. Nosotras no estábamos muy acostumbradas a eso, no más que a alguna que otra entrevista y algún espectador que lograba reconocer nuestras caras. Pero aquello era diferente; éramos campeonas del mundo.

Me monté en mi Peugot 2008 negro, coloqué mi emisora favorita y me encaminé a casa, llegando casi una hora más tarde.
Después me duché y volví al campo de entrenamiento, donde tenía la cita con el médico de nuestro equipo.

-Vaya, tiene mala pinta -dijo haciendo una mueca mientras movia mi pie hacia los lados. -¿Cuánto tiempo lleva así?

-Desde la final -contesté.

-Sí, vi que fue una entrada fea, pero supuse que al no salir era que estabas algo mejor -dijo frunciendo el ceño. -¿Tú no cambias?

-No -reí.

-Pues lo siento, Jauregui -dijo el muchacho golpeando suavemente mi rodilla. -Hay que operar.

Mi corazón dio un vuelco en décimas de segundos. Mi sonrisa cayó de mi rostro y sentí cómo mi piel iba palideciendo más y más. 

-¿Qué? -pregunté sentándome en la camilla. -Eso es imposible. ¡No puedo operarme ahora!

-Tendrías que haberlo pensado antes -dijo él retirando la bata de su cuerpo. -Tienes rotura de ligamentos y esto sólo puede ir a peor si no lo tratas.

-Escucha, entiendo que pueda parecer grave, pero me he lesionado los ligamentos del tobillo antes y he seguido jugando -dije confundida, alterada. -No puedo operarme ahora, la liga empieza en apenas un mes.

Both Worlds (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora