Capítulo 20 (Derek)

3.4K 313 17
                                    

- Tío, ¡por fin! –le dije a mi amigo mientras éste observaba cómo Alex se alejaba de nosotros-. Pensé que nunca te lanzarías. Estaba preocupado.

Matt sonrió mientras yo le ponía una mano en el hombro, para luego abrazarlo. Nunca había entendido las relaciones y, en consecuencia, el amor. Es decir, ¿para qué conformarse con una chica, cuando puedes tener todas las que quieras? Pero eso no implica que no me alegre mi mejor amigo y hermano. Aunque la verdad ya estaba desquiciado. Si no llegan a dejar claros sus sentimientos esta noche, los acabaría encerrando en una habitación, totalmente desnudos y los obligaría yo mismo. La idea era de lo más tentadora.

- Te dije que se lo diría hoy, aún no puedo creer que haya pasado –dijo Matt con esa estúpida sonrisa de enamorado. Creo que ya me estoy arrepintiendo de apoyarlo. ¿Voy a tener que aguantarlos así todos los días? Debería ir pensando en independizarme.

- O se lo decías tú, o lo hacía yo –me encogí de hombros-. ¿Qué crees que pensará si le digo que la quiero?

Matt gruñó, celoso, aunque su mirada denotaba diversión. Me conocía demasiado bien el jodido.

- Te daría uno de sus pellizcones que te dejan el morado durante más de una semana –


Nada más quitar la vista de mi hermano, dirigí mis ojos por todo el recinto, buscando alguna chica con la que coquetear. Una sonrisa seductora se posó en mi rostro cuando mi mirada se detuvo en una morena despampanante. No era muy alta y aparentaba la edad de Alex. Ella me miró con sus ojos verdes y me sonrió tímida, para luego pasar de mí y buscando a alguien nerviosamente. "Joder, qué bueno está" oí que decía su mente. Reí por lo bajo y me acerqué lentamente a ella.

- Hola –la saludé, hablándole al oído, poniendo una mano en su espalda y sonando lo más encantador que pude. ¿Pero qué digo? Yo soy el chico más encantador del mundo.

- Adiós –me respondió ella, alejándose un poco de mí, apartando mi mano secamente. Bien, me gustan difíciles.

- Soy Derek –

- Me importa más bien poco, como si te llamas Florencio –seguía sin mirarme.

- No me importaría que me llamaras así, solo si eres tú –

Ella se giró y me miró con una ceja levantada. ¡Mon Dieu, qué sexy! Inmediatamente moví las mías con un gesto que le daba a entender mis intenciones.

- Eso sí que es caer bajo por una chica. ¿Tan necesitado estás? –

- En realidad no, puedo tener a la mujer que quiera aquí y ahora, solo tengo se sonreír, poner ojitos y listo. Pan comido –me encogí de hombros, poniendo una mano en el bolsillo de mi pantalón mientras que con la otra daba un sorbo a mi botella.

- Te lo tienes muy creído, francesito –inmediatamente me atraganté ante el apodo que me había puesto.

- ¿Cómo sabes que soy francés? –le pregunté sorprendido, mientras tosía, pues el alcohol se me había ido por el camino viejo. Creanme, no es una sensación agradable.

Ella soltó una carcajada que me hizo olvidar el líquido que aún estaba en mis pulmones. Tenía la risa más bonita que había oído nunca. Espera, ¿Cuándo me he vuelvo un puto principito?

- Tu acento te delata, francesito. No vocalizas y parece que estás haciendo gárgaras todo el tiempo –ahora fue ella quién se encogió de hombros. Parecía que su actitud con respecto a mí había cambiado un poco, pues parecía más relajada-. Es gracioso.

- Entonces, ¿consideras que soy gracioso, torera? –volví a sonreírle, pero esta vez de verdad, usando mi verdadera sonrisa.

- Aggg, maldito estereotipo –maldigo, sorprendiéndome de nuevo. ¿Acaso era bipolar?-. Estos guiris, se creen que España es todo toros, paellas y flamenco.

Atrapada en el Bosque #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora