Capítulo 11 (Matt)

5.4K 467 16
                                    

Alex y Dek se habían marchado, mientras yo me había quedado en casa, tumbado en mi cama, sin impedirlo. ¿Cómo se suponía que debía detenerlos? Ella era libre de hacer lo que quisiera y, sino encontraba una razón para quedarse, ¿por qué tenía que retenerla allí? Esta no era su casa y su familia seguramente estaría preocupada por ella. Suspiré sonoramente mientras miraba el techo. Me sentía culpable por todo, por apartarla de su vida, por obligarla a estar aquí, con dos personas que no conoce, a pesar de nuestro pasado juntos. Yo no era nadie para ella. Sin embargo, ¿Por qué ella lo es todo para mí?

Justo cuando Morfeo me estaba llevando a su abrazo, oí un aullido de lobo en la lejanía. Abrí los ojos y me incorporé rápidamente. Conocía al lobo que venía detrás de aquel sonido. Yo lo llamaba Tobby, no le pegaba para nada y, la verdad, es que me caía fatal. Era el macho alfa de una de las manadas de lobos que se movían en este bosque y, desde que Derek y yo vivimos aquí, ha intentado echarnos con numerosos ataques con sus secuaces. Durante varios meses, estuvimos estudiando la forma de deshacernos de él, hasta que descubrimos que la única manera era quitarle todo su poder. Derek comenzó a entrenar para volverse más fuerte y me obligó a seguirlo aunque, por una extraña razón que no comprendí en ese momento, mi entrenamiento era el doble de duro. Con el paso de los años, me había enfrentado en varias ocasiones a sus seguidores y los había mantenido alejados de nuestro territorio, pero al final supimos que tarde o temprano Tobby vendría a encontrarse conmigo.

Se oyó otra vez el aullido pero esta vez más cerca y con un significado totalmente diferente: me estaba avisando de su presencia y de sus intenciones. Suspiré levantándome de la cama y dirigiéndome hacia la salida con las manos en los bolsillos. Enfrente de la cabaña, junto a la pequeña explanada que mi amigo y yo utilizábamos para entrenar, entre otras cosas, se encontraban unos 10 lobos, todos machos y, por el olor que percibí, las hembras estaban cerca, pero escondidas con sus cachorros. Sabía para qué habían venido, sabía lo que tenía que hacer y era vencer a Tobby en una pelea, pero había un problema en todo aquello. El ganador se queda con la manada y yo no quería a 20 chuchos bajo mi protección, por eso había estado evitando este día.

Observé con atención al lobo que se encontraba más cerca de mí. Era grande, con los ojos amarillos y pelaje negro. Su cuerpo era fibroso y mostraba toda una postura de líder. Tobby me miró y me enseñó los dientes, retándome y yo sabía que no me atacaría a no ser que me transformara, por lo que tardé un poco más en hacerlo. Me acerqué a él y lo miré sin ninguna expresión. Sabía lo que tenía que hacer, pero hasta ayer no lo había asimilado. Durante el tiempo que fuimos atacados por estos lobos, yo no me enfrentaba al alfa, porque tenía la esperanza de ver a Alexandra y no quería que me viese siendo el jefe de una manada de lobos. Ya no tendría que verla de nuevo y no la llevaría nunca más sobre mi lomo, como anoche. "Estaba tan feliz de sentir su calor" pensé durante unos instantes. Sin embargo, ya no importaba, no volvería a verla y ser el macho alfa de esta manada nos vendría muy bien a Derek y a mí, pues eso implicaba hacernos un hueco dentro del bosque y que los demás animales nos dejaran en paz de una vez.

- Quiero que sepas -dije comenzando a transformarme -que a partir de hoy, tu vida dejará de ser tan guay -Y me abalancé sobre él con garras y dientes...

Decir que sé lo que pasó a continuación sería mentir. No lo recuerdo muy bien, pues todo pasó demasiado rápido. Solo recuerdo mis dientes clavándose en el cuello de Tobby, y sus garras arañarme el lomo. Oía los ladridos de los demás lobos, pero yo estaba totalmente concentrado. Solo me importaba ganar aquella pelea. Yo era más grande que él, pero la velocidad de ambos era igual de increíble y mi fuerza podría ser comparada con la suya. No importaba el dolor que sentía en un costado, ni la pata delantera derecha que parecía rota, yo seguía con mis ataques, uno detrás del otro.

Atrapada en el Bosque #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora