—De ningún modo, Dakota. No hay manera de que te deje salir por esa puerta acompañada de Justin.
Dakota tensó los labios, pero esa fue la única demostración de frustración que dio. Llevaba media hora sentada charlando con su cuñado, tratando de convencerlo de que lo que ella proponía era seguro.
—¡Pero si nadie se enteraría! Vamos, Wade. Esto es algo seguro, tecnología avanzada. No es como si lo escondería bajo una sábana y lo pasearía por las calles así o algo.
—No me des una clase de ciencia ahora mismo, Kota. Yo sé tanto como tú del tema. Y por eso, tanto tú como yo sabemos que la ciencia a veces tiene fallos.
—¿Y tú crees que yo permitiría que mis invenciones las tuviesen?
Se produjo un breve silencio.
—Él necesita la libertad que se ha merecido todos estos años, Wade. La libertad que le fue arrebatada injustamente. Es crucial para su recuperación.
—Justin no se puede recuperar. Han pasado dos años...
—Estamos en el tercer milenio de este mundo —Dakota se cruzó de piernas—. Todo es posible.
—Él no sale de aquí. Han entrado a las casas de todos los citadinos, excusando a los trabajadores de Sognare y del alto gobierno. Han matado ya a tres hombres sólo por parecerse a Justin. Esos hombre están desatados, Kota. Y al pueblo no le está gustando las medidas que se están tomando para encontrar a Justin a toda costa —Wade se detuvo un momento, presionó los labios en una fina línea, como sopesando lo que iba a decir, y después continuó—: En cualquier momento puede haber un estallido de la multitud. No quisiera que Justin estuviera en algún lugar a horas de Riverside visitando a su familia mientras esto pasa.
—No pasará. Al menos no todavía.
Wade soltó una risa sin humor —¿Cómo puedes estar tan segura de eso?
Porque yo...
—Debes recordar un poco de tu libro de Historia que tuviste en la secundaria, querido Wade. Un estallido no sucede de un momento a otro. Hay humos que necesitan caldearse lentamente. Es como un vaso, que se llena gota a gota. No dudo que la gente haga algo contra esta violación a su privacidad pero no pasará de un momento a otro. Sognare y el gobierno necesitan seguir presionándolos.
—Aún de ese modo... no te dejaré sacar a Justin de aquí. Ni siquiera con ese chip modificador de apariencia que has creado.
Dakota miró el chip en su mano. Era pequeño, diseñado para ser ocultado bajo la ropa. Se ajustaba a la textura de la piel y mediante una serie de configuraciones el usuario podía modificar su apariencia a su gusto, convirtiéndose en alguien totalmente diferente.
No era una sorpresa para ella lo que Wade le estaba diciendo. Sognare era una empresa bastante corrupta para poder durar sin que la gente empiece a quejarse de sus andadas. Así que Dakota empezó a prepararse mucho antes de que Justin huyera de ahí; necesitaba algo que la mantuviera oculta por si necesitaba huir ella misma, así que creó el dispositivo de modificación de apariencia.
No era algo que deseara compartir con nadie pero se sentía en deuda con Justin. Él lo merecía y además, mantendría el secreto.
—Fue bueno hablar contigo, Strahm.
Entonces, Dakota tomó sus cosas, y se marchó de su casa.
Justin se había dispuesto a tomar una siesta ese día. Cuando despertó, quizás por lo fuerte que se cerró la puerta principal un piso más abajo cuando Dakota se fue, Mae estaba al lado de él, con el control remoto en la mano y viendo un programa de noticias.
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Sognare → j.b
FanfictionJustin Bieber, hace no más de dos años uno de los doctores más aclamados del continente, hoy se fuga del Edificio Sognare -principal comercializador de sueños y casa de experimentos del país- tras robar uno de los sueños más importantes ahí fabricad...