Sognare → j.b

25. "El sueño debe llegar a su fin"

Olivia empezaba a impacientarse. No había recibido noticia alguna de parte de Wade, y Justin y Dakota aún no volvían de su viaje a casa de los Bieber. La menor de las Drysdale se paseaba de un lado a otro en la casa, experimentando en el laboratorio, recolectando flores en el jardín, preparando recetas que veía en internet, pero nada la hacía sentir cómoda.

Ella odiaba estar sola.

De pronto, un pensamiento apareció de golpe en su cabeza, y apreció que esto sucediera.

—Dios mío, dónde estará —Susurró para sí misma, mientras buscaba habitación por habitación.

La encontró en la habitación de Justin.

Mae estaba en la cama de él, tendida, con los ojos cerrados como si estuviese en un profundo sueño. Pero no era así. Olivia sonrió cuando la vio, por fin la había encontrado.

Miró la parte posterior del cuello de la castaña acompañante. "Desactivada: indefinidamente".

—¿Y para esto la rescataron? —Masculló Olivia, mientras la configuraba para que despertara.

La castaña abrió los ojos lentamente, y estos enfocaron a Olivia. Mae frunció el ceño, esto era extraño. Siempre era Justin quien la despertaba, ¿dónde estaba él, que no era capaz de hacerlo por sí mismo?

—Hola —La saludó Olivia. El ceño de Mae se frunció aún más. Olivia mordió el interior de su mejilla, nerviosa.

—¿Dónde está Justin? —Soltó Mae.

Ah, ya veo por qué fue que la desactivaron, pensó Olivia.

—Justin está en la casa de su familia, junto con Dakota —Le informó Olivia. Los ojos de Mae se ensancharon, y negó con la cabeza.

—No... no, no. ¿¡Qué no saben lo peligroso que es eso!? —Gritó, y Olivia alzó sus brazos en defensa propia.

—Hey, cálmate. No es como si yo pudiera hacer mucho al respecto. No los podía detener.

—¡Pero yo sí! Claro, por eso me desactivó... sí, por eso lo hizo. ¡Todo es culpa de Dakota! Sólo quiere usarlo como rata de laboratorio y esto es otro de sus experimentos, veremos qué tal les sale si la CM los interviene allí.

—Estás hablando de mi hermana allí, ¿lo sabes? —Olivia se cruzó de brazos, empezando a irritarse. Dios, Mae sí que podía ser difícil—. Ellos están bien, ¿vale? Ella me llamó ayer, se encuentran bien, y hoy mismo volverán.

—¿Hoy? —Mae miró a Olivia, la expresión de miedo en su rostro de manera repentina, haciendo que la pelirroja se pusiera nerviosa.

—S-sí... hoy, ya deberían estar en camino ¿por?

Mae se quedó callada por unos segundos que a Olivia le parecieron eternos. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Olivia, porque ella sabía lo que Mae estaba haciendo: estaba recibiendo información de su sistema central.

—Porque entonces, no es coincidencia el hecho de que aviones de Sognare estén volando por los cielos ahora mismo.

—Dios mío san... ¿Mae? ¿¡A dónde rayos vas!? —Olivia gritó al ver como Mae salía disparada por la puerta de la habitación. La siguió, persiguiéndola por las escaleras, demandándole que dijera a dónde iba— ¡Mae! ¡Vuelve aquí, maldita sea!

—¡Tú sólo huye! —Se detuvo por un momento, uno muy pequeño. La urgencia y súplica se reflejaron sus ojos de modo que hizo que a Olivia se le pusiera la piel de gallina. Aquella podría ser la mirada de una humana—. No te preocupes por mí, ¡vete de aquí, maldita sea! ¡Lárgate lejos!