Capitulo 4

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Taylor permaneció de pie, temblando como una hoja, en la sala de juntas que le hacía las veces de vestidor. Notaba que estaba jadeando.

<<Me han vitoreado. Me han vitoreado de verdad>>.

Se había esforzado por escoger sus canciones más potentes y también la había puesto nerviosa tener que tocar un instrumento en público. Cuando se había sentado al piano le temblaban tanto las manos que había dudado que fuera capaz de tocar el acompañamiento.

Se le acercó un hombre rubio, que un rato antes se había presentado como Gregory Horton, el asistente de Annelie Peterson.

-¿Señorita Swift? Sígame, por favor.
Es hora de cenar con la señora Peterson y sus invitados en la mesa principal.

-Gracias, Gregory.

Taylor congió su bolso de noche bordado con cuentas y salió con él.
Fuera, la gente estaba dirigiéndose a toda prisa al salón de banquetes, pero hubo varios que se le acercaron.

-Me encantan tus nuevas canciones -le dijo una chica, con expresión radiante-. Me sentía muy identificada con la primera. Antes era muy tímida.

-Gracias. Eres muy amable -repuso Taylor, y le estrechó la mano.

-¿Cuando las grabaras?

-Todavía no lo sé. Estoy a punto de empezar a grabar un nuevo disco. Ya veremos.

-Tengo todos tus CDs, así que sea lo que sea lo que hagas, será genial -insitió ella.

Parecía tan deslumbrada por su presencia que Taylor decidió que lo mejor era irse antes de que colapsara el paso.

-Disfruta de la velada. Gracias. -Se despidó de la chica y sus amigos con un gesto de cabeza y siguió a Gregory, que la condujo a la mesa principal. Las miradas curiosas de todos los presentes eran como dedos contra su piel y Taylor se preguntó, no por primera vez, por qué seguía sin acostumbrarse al escrutinio público.

-Ya hemos llegado, señorita Swift. -Informó Gregory, que se detuvo junto a una mesa redonda-. ¿Conoce a todo el mundo? -preguntó señalando a los seis hombres y mujeres.

-Conozco a algunas personas -contestó Taylor tras echar un vistazo circular.
Enseguida le tendió la mano a Annelie Peterson.

-Taylor, has estado magnífica. No tengo palabras para agradecerte que hayas donado tu tiempo y tu talento a nuestra causa -saludó esta, levantándose para besarla en la mejilla-. Conoces a mi esposa Carolyn, ¿Verdad?

-Nos conocimos fugazmente en una entrega de premios hace años. Hola, Carolyn, me alegro mucho de volver a verte.

-Yo también. -Carolyn Black le estrechó la mano con firmeza y escrutó el rostro de Taylor con sus penetrantes ojos grises azulados-. Tienes una voz muy especial. Sólo he podido escuchar la última canción, pero me ha encantado cada nota.

-Gracias.

Taylor había visto a Carolyn Black en diversas producciones tanto para la pequeña como para la gran pantalla, pero escuchar su célebre voz ronca en persona era impresionante.

-Y por supuesto, Karlie Kloss que no necesita más presentaciones -indicó Annelie, señalando a la mujer que había sentada de espaldas a Taylor.

Asombrada de no haberse dado cuenta de que Karlie estaba allí, Taylor hizo un esfuerzo consciente por no hacer una mueca cuando Karlie le dio una palmadita a la silla que había a su lado.

-Sientate, Taylor. Estoy de acuerdo con lo dicho. Esta noche has estado maravillosa.

La voz de Karlie era caracteristica como la de Carolyn y le puso la piel de los brazos de gallina.

Kaylor - Obertura SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora