El estudio era un hervidero de actividad cuando llegaron Taylor y Morris. David estaba con el equipo en torno a la mesa de mezclas, un ritmo caliente y repetitivo atronaba desde los altavoces.
El productor ni siquiera se dio cuenta de que la cantante estaba allí hasta que le tocó el hombro.
-Ah, Hola, Taylor. Fantástico -gritó, para hacerse oír por encima de la música-. Por fin es hora de ponerse manos a la obra.
-¿Esa es la pista cuatro? -preguntó Taylor cuando bajaron el volumen.
-Si. He añadido un poco más de percusión y, cuando lo montemos, sonará genial. Como Pointer Sisters mezclado con Timbaland.
-Suena divertido.
Taylor se moría de ganas de empezar, y saber que la mitad del disco sería con sus canciones hacía que le viera la gracia a las pistas más ligeras.
-Aqui tienes la lista de canciones y verás los cambios en la mitad inferior. Me alegro que la Señorita Kloss y tú llegaran a un acuerdo. Ya volveremos a tu música en otra ocasión -le dijo David, dándole una palmadita en el hombro.
-¿Qué? -Taylor notó una punzada aguda en la boca del estómago al leer los titulos de las canciones-. Esta es la lista original, la que me enseñaste hace semanas. ¿Qué pasa aqui, David? -exigió saber Taylor. Le escocían los ojos, pero se negaba a sentirse traicionada.
-¿No has recibido el memorándum de Karlie Kloss? -se sorprendió David, extrañado-. Lo tengo aquí -añadió, y le pasó un documento impreso.
Taylor no quería leer el memorándum, pero si leyó el mensaje.
Era corto y conciso y le partió el corazón. No había esperado que le doliera tantísimo, pero no podía dejar que se le notara; el pecho se le contrajo pero, cuando Morris dio un paso en su dirección, Taylor levantó la mano. Los ojos le ardían al ver la hora a la que había sido enviado.
Correspondía a dos horas antes de que Karlie la llamara desde Shoreham. Dos horas antes de que compartieran su momento más íntimo.
-Esto es inaceptable -se plantó Taylor, aliviada de que su voz le saliera firme y hasta despreocupada-. Estaba convencida de que la mitad de las canciones del disco serían mías.
-Bueno, yo también. Pero ya sabes, no es un buen momento. El público quiere bailar, sobre todo en una época en la que todos tienen problemas económicos.
Taylor miró a Morris y este le devolvió la mirada con simpatía sincera. Hizo un gesto de cabeza hacia la puerta, a modo de pregunta silenciosa. La respuesta que diera sería importante, pero Taylor se quedó donde estaba.
<<Si me marcho ahora, será para siempre. Será como quemar las naves, no solo con VMP, sino también con Karlie>>
Cuadró los hombros y le devolvió el memorándum a David.
-Bueno, parece que ha habido un malentendido. Tenía un acuerdo verbal con la señora Kloss que considero que ha violado.
<<Violada, si. Así es exactamente como me siento.>>
-¿Taylor? -se horrorizó David-. No empieces otra vez. Sea lo que sea lo que este pasando entre Kloss y tu...
-Calla. Te sugieron encarecidamente que te calles.
Morris avanzó y se colocó entre la cantante y David. Su altura era imponente en comparación a la del menudo productor.
-Atrás -advirtió.
Taylor se pasó junto a ellos e introdujo su usuario y contraseña en el ordenador.
-Voy a borrar todo lo que he grabado desde el último CD que me contrataste para hacer,y también mis canciones originales.
ESTÁS LEYENDO
Kaylor - Obertura Salvaje
FanfictionAdaptación: La superestrella de la música, Taylor Swift se niega a grabar la música que sus productores han preparado para su nuevo disco. Incluso está dispuesta a romper su contrato, si es necesario, porque lo único que quiere es una oportunidad de...