-Ha llamado la recepcionista de la planta baja. Taylor Swift ha llegado -informó Wanda por el intercomunicador.
-Gracias. Que pase directamente -contestó Karlie.
Taylor todavía tardaría al menos cinco minutos em cruzar el enorme vestíbulo de recepción y coger el ascensor.
La presidenta de VMP empezó a ordenar el escritorio, pero se detuvo y decidió dejar que las revistas, los periódicos y las carpetas inundaran la mesa como siempre. Normalmente era un poco obsesa del orden, pero era inevitable que se le llenara la oficina de documentos y archivos de trabajo, sobre todo a la vuelta de un viaje de negocios.
Giró los hombros para desentumecerlos y se le alivió un poco la tensión constante de las cervicales.
Había quedado satisfecha del resultado de las reuniones en Londres, aunque el desfase de horario la había tenido más distraída y cansada que otras veces.Había rechazado varias ofertas de la rama de VMP en Londres para ir a cenar, y en su lugar había optado por darse largos baños para relajarse en su habitación de hotel. Sin embargo, el dolor muscular la había perseguido hasta los Estados Unidos.
Ni siquiera le ayudaba jugar con su perra, Soledad, ni llevarla a dar largos paseos por la playa. Soledad se había pegado a su pierna mientras la sacaba, en lugar de corretear a su alrededor y zambullirse en el agua como una posesa. Se diría que percibía el estado de Karlie.
-¿Señora Kloss?
Una voz ronca, cuyo timbre le arrancó un escalofrío, interrumpió sus pensamientos. Taylor Swift estaba junto a la puerta, con un enorme bolso de hada de Prada al hombro.
Llevaba un traje gris oscuro con una blusa de seda púrpura y se le veía impecable.-Bienvenida. Siéntate, por favor. ¿Tú representante no ha venido?
-Creía que ya estaría aquí. A lo mejor se ha encontrado caravana.
-Es posible, ¿Puedo ofrecerte algo de beber?
-No, gracias.
Taylor recorrió la distancia que la separaba de la butaca de piel para las visitas con sus zapatos de salón ridículamente altos, le estrechó la mano y se la soltó muy deprisa.
Luego tomó asiento y abrió el bolso.
-He traído el mío. Le enseñó un termo de color rojo oscuro. -El té de camomila de mi madre.
-¿En serio?
Karlie ya se había levantado y se acercó al mostrador, en donde una cafetera de vanguardia estaba preparada para proporcionarle una bebida caliente que pudiera llegar a desear. Pulsó los botones para hacerse un expreso solo y se volvió hacia Taylor mientras la maquina molía los granos de café.
-He recibido una llamade de uno de tus productores. Al parecer no va muy bien con el nuevo disco, ¿Me equivoco?
-Si lo que quiere decir que no estoy dispuesta a repetir el mismo disco de siempre, supongo que tiene razón -repuso Taylor, que cruzó las piernas y se sacudió una mota de polvo imaginaria de los pantalones.
-Has firmado un contrato y tenemos unos plazos.
-Eso no se lo discuto. Sencillamente, no quiero sonar exactamente igual ni cantar las mismas canciones que en el último álbum.
-El cual fue todo un exito -apuntó Karlie, haciendo un esfuerzo por sonar afable y no dejar que se le notara la irritación.
<<Halágos si es lo que hace falta>>, rezaba la voz de su madre desde el fondo de sus pensamientos. <<Haz lo que sea necesario para hacerlas firmar sobre la línea de puntos. Lo que sea.,>>
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Kaylor - Obertura Salvaje
FanficAdaptación: La superestrella de la música, Taylor Swift se niega a grabar la música que sus productores han preparado para su nuevo disco. Incluso está dispuesta a romper su contrato, si es necesario, porque lo único que quiere es una oportunidad de...