Capítulo 10.

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La bocina sonó desde el jardín, por lo que deduje que Francis, el encargado de llevarnos al hotel, había llegado. Ambas bajamos al primer piso, seguida por los chicos.
-Ugh, ¿Tienen que ir solas? ¿Y si les pasa algo?-masculló Zayn pasando una mano por su despeinado cabello.
Me volteé hacia él y sonreí casi tan afligida como él. De igual forma necesitaba su compañía.
-Cariño, estaremos bien-dije mientras guardaba mi celular en mi bolso negro de mano que hacía juego con mis sandalias altas, haciendo lucir mis piernas por debajo de ese vestido (demasiado) corto azul que Lily escogió por mí esta tarde-. Te llamaré en caso de emergencia, ¿sí?
Asintió decaído, luciendo extremadamente tierno, y no me resistí a tomar su rostro entre mis manos y besarlo. Sus labios se acompasaron de forma lenta a los míos, sin siquiera llegar a las lenguas. Apenas me alejé de él para alcanzar a besar las mejillas de Liam y Niall. Caminé hacia Lily y Louis, quienes fundían su amor en un apasionado beso no apto para todo público, y tomé la mano de mi mejor amiga. Se alejaron a duras penas, susurrando cuánto se amaban.
-Sí, sí, todos nos amamos mucho-rodé los ojos-, pero debemos irnos. Adiós, Louis.
Me alcé a besar la mejilla de Louis y arrastré a Lily hacia la salida.
-¡Nos vemos en un par de horas!-exclamó ella agitando su mano libre.
Ambas salimos al fin y justamente ahí estaba la vagoneta negra, y a un lado, Francis, con una sonrisa por debajo de su barba rubia. No tenía más de treinta años y se le veía muy coqueto con Lily, pero ella parecía no inmutarse al momento de subir al vehículo. Hice un ademán hacia él y subí detrás de mi mejor amiga. Acto seguido, Francis cerró la puerta y caminó hacia su asiento de piloto para, momentos después, incorporarse al tráfico. En la radio sonaba una balada francesa bastante relajante. Cerré los ojos y en seguida me sentía envuelta en la melodía... Y ente tantos pensamientos, apareció Harry. Sentí una fuerte punzada en el estómago. Hoy tenía que hablar con él, y no tenía escapatoria. Pero Lily me había prometido que no me dejaría sola... sin embargo necesitaba saber cuáles eran las famosas explicaciones sobre lo que sea que haya dicho. Sentí un cosquilleo esparcirse por todo mi cuerpo y en seguida mis brazos y piernas eran completa gelatina. Oh, Dios, él lograba hacerme sentir tan débil. Era increíble que aún tuviera un pequeño efecto en mí. El problema seguía siendo admitirlo.

 
Puse los pies literalmente en la tierra una vez que llegamos a la fiesta. Tomé mi bolso y dejé que Lily entrelazara su brazo al mío. Acompañadas de Francis, nos encaminamos por el gran vestíbulo del hotel hasta una puerta que nos dirigió al patio trasero. Él abrió la puerta e hizo un ademán con la cabeza, permitiéndonos la entrada. Era todo muy inmenso. Había una gran piscina en medio, la cual estaba iluminada por tenues luces amarillas en las paredes de ésta. Había gente muy bien vestida, caminando de un lado a otro; algunas con copas de un líquido ámbar en sus manos. Reconocí en seguida algunos rostros, y otros simplemente los dejé pasar.
-¡Wow, esto es increíble!-exclamó Lily hacia mi oído por encima de la música electro pop que cada vez se hacía más alta a medida que avanzábamos.
Yo sólo asentí. Mis ojos estaban impacientes por encontrar los de Harry. Aunque no tuviera demasiados ánimos de hablar con él y aún guardaba un resentimiento por lo de mi cumpleaños número dieciocho, estaba ansiosa de verlo usando un traje elegante como todos los presentes. Y lo hallé. Estaba cerca de la piscina, conversando con alguna chica que jamás había visto. Debía ser una "invitada exclusiva". Rodé los ojos mentalmente, sin embargo no dejé de examinar la escena. La rubia oxigenada se veía muy coqueta junto al rizado; claramente, él no se quedaba atrás. Ella alzó un brazo y presionó sus garras en el hombro de Harry mientras ambos reían. Dios, qué irritante: logré escuchar sus risas. De un momento a otro, los ojos de Harry se posaron en mí. Nuestras miradas se conectaron y mi corazón me subió a la garganta. Los labios de Harry se entreabrieron al mismo tiempo en que borraba todo rastro de sonrisa de su rostro. Volvió a mirar a la rubia, le dijo algo y comenzó a avanzar... hacia mí. Ahogué un jadeo de impresión al verlo acercarse, sin embargo, nada pude hacer, pues Lily me arrastró lejos mientras exclamaba el nombre de Pierre. Observé a Harry justo antes de alejarme y éste se detuvo en seco. No sabía si agradecerle a Lily o simplemente empujarla e ir en busca de Harry. Me decidí por la primera opción y la seguí hasta encontrarnos con Pierre y André, quienes tenían sus manos entrelazadas. ¡Pierre sí era gay, diablos! Nos saludamos todos y en seguida la conversación fluyó entre Lily y Pierre. André se mantuvo en silencio toda la charla; él definitivamente no hablaba nuestro idioma. Yo estaba muy ocupada pensando en Harry. Odiaba admitirlo, pero sí: no dejaba de pensar en el Jodido Styles. Alcé mi cuello y comencé a escanear cada rincón hasta encontrarlo, sólo que sin resultados. ______, será mejor que te quedes tranquila, me reprochó el lado cuerdo de mi cabeza.

El Arte De Encontrarte (Secuela de LFDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora