No, esto no estaba bien. ¿Y Zayn? ¿Qué pasaría con él? ¡Le estaba siendo infiel, maldita sea! Me alejé lo más rápido que mis piernas temblorosas me lo permitían y puse ambas manos a cada lado de mi cabeza. Un nudo se formó en mi estómago y tenía completamente claro que se trataba del remordimiento. Suspiré pesadamente al momento en que sentía las lágrimas acumularse en mis ojos.
-No, Harry, no...-musité con la voz quebrada-. Esto no está bien.
-Sí lo está, princesa-susurró en el segundo en que tomó mi rostro entre sus manos y limpió mis traviesas lágrimas con sus pulgares-. Lo nuestro estaba destinado a continuar, ¿no ves? Yo debía encontrarte... Yo iba a encontrarte.
-Ha pasado tanto tiempo-resoplé-. Yo viví creyendo que no querías estar conmigo; que arruiné tu vida. Sacarte de mi cabeza no fue fácil y casi me obligué a olvidarte. No soportaría que me lastimaras de nuevo y tuviera que hacer otro intento fallido de desaparecerte de mi mente.
-______, yo jamás quise lastimarte. La lista, ¿la recuerdas? Es lo último que haría, y me quiero esforzar en hacerla eterna.
-No hagas esto más difícil, por favor-casi sollocé.
-Sé que pensaste que te dañé, pero, cariño, no fue así. No he cambiado. No puedo cambiar.
Caminó los dos pasos que nos distanciaban, sin alejar sus manos de mi rostro, y sentí el roce de sus labios. La pequeña chispa que encendió mi corazón una vez más, y a la cual no me pude resistir. Y nos besamos de nuevo. El frío de mis labios y el calor de los suyos se mezclaban una vez más, trayendo a mi mente cada uno de los maravillosos momentos que pasé a su lado: Nuestro primer beso, nuestra primera sonrisa compartida, nuestra primera vez. El fuego se desató en mi cuerpo al recordar esa mañana en su casa y ya no era responsable de mis actos. Intensifiqué la pasión de nuestro beso. Su lengua acorraló a la mía. Ladeé mi cabeza, saboreando cada rincón de su adictiva boca y él, a su vez, bajó ambas manos hacia mi cintura. Me atrajo con fuerza hacia él, y ni la mínima partícula de polvo podía interferir entre nosotros. Subí mis manos hacia su cinturón y las introduje por debajo de su polera, deleitándome de tenerlo tan cerca de mí; recordando todas las veces en que pude acariciarlo sin sentirme culpable. Su abdomen seguía estando tan en forma como siempre. Varias veces acaricié los oblicuos que venían desde el interior de sus pantalones y la fascinante línea de vellos que crecía desde sus bóxers. Su cuerpo estaba tan caliente, aunque el mío tampoco se quedaba atrás. Sus dedos bajaron sigilosamente hasta mi trasero y lo apretó; ahogué un gemido mordiendo su labio inferior al sentir el bulto que sobresalía de sus jeans y que chocaba en mi feminidad. Subí mis manos a su cuello y lo acerqué todo lo que podía a mí, saboreando, disfrutando y sintiendo la pasión acumulada en nuestro propio espacio privado de encuentro. Jadeé con dificultad al momento en que comenzó a dejar un rastro de besos por mi mandíbula hasta mi garganta, pasando su lengua en ese punto débil que hacía tiempo no se activaba de esta forma. Enredé mis dedos en sus rizos y un gemido de su parte acabó sobre mis clavículas. Se irguió en su postura, sin alejar sus manos de mi trasero y me miró fijamente, con ese brillo que era capaz de iluminar una ciudad entera; podría ser parte del universo justo como cualquier galaxia y que sólo yo tenía el placer de observar.
-Quiero hacerte mía-susurró con un hilo de voz.
-Hazlo-jadeé en sus labios-. Hazlo, por favor.
Una sonrisa ladeada se esbozó en una de las comisuras de sus labios antes de ser sellada por otro beso de mi parte. La temperatura iba cada vez más elevada, y lo necesitaba. Necesita poder poseer a Harry; necesitaba consumar este pedacito de amor de la forma más maravillosa que alguna vez existió. Tomó mi trasero con fuerza y, de un segundo a otro, mis piernas estaban aferradas a sus caderas, ocasionando que mi vestido subiera hasta por encima de mis nalgas. Aferré mis brazos a su cuello a medida que sus pasos iban en dirección a la cama. Me recostó sobre ella y me rehusé a alejar mis piernas de su torso: lo atraje a mí con más fuerza, y la bragueta de su pantalón volvió a hacer roce con mis bragas. Gemí fuerte y me dejé llevar por su lengua explorando en mi cuello, subiendo hasta el lóbulo de mi oreja y nuevamente hasta mis clavículas. Descendí mis dedos hasta el borde inferior de su polera y, sin más rodeos, ambos nos despojamos de ésta. Su torso, brazos y clavículas estaban llenos de diferentes y pequeños -y otros no tan pequeños- tatuajes, los cuales se le veían jodidamente sensuales. Mordí mi labio inferior mientras me lo comía con los ojos.
-¿Te gustan?-susurró con tono divertido.
-Más de lo que deberían-admití.
-Tengo uno con tu nombre-succionó mi labio inferior y su mano tomó la mía, para luego dirigirla hasta uno de sus pectorales-. Justo aquí.
Justo cuando creí que iba a decirme que siempre estuve en su corazón y toda esa cursilería, vi, efectivamente, mi nombre por debajo de su clavícula izquierda. ¡Mierda, sí se tatuó mi nombre! Sonreí tímida y acaricié su piel desnuda, justo por donde estaba mi nombre en unas pequeñas y bonitas letras negras. Se inclinó hacia mí una vez más para besar mis labios. La lujuría me estaban carcomiendo intensamente una vez más, las piernas me temblaban y podía sentir los rápidos latidos de mi corazón. Se incorporó en la cama y, con toda la prisa, retiró mis sandalias y quitó sus jeans, calcetines y zapatos, quedando sólo en bóxers blancos, en los cuales se podía ver algo de lo que se supone que debía cubrir. Su erección estaría a punto de romperlos si no era liberada ya. Me era imposible quitar la vista de ese protuberante bulto, pero lo hice una vez que las manos de Harry acorralaron las mías a cada costado de mi cabeza y levantó mi cabeza junto con la suya.
-Pensé que si podía mantenerte en mi piel-dijo-, quizás podía sacarte de mi cabeza.
-Una lógica muy ilógica para saber sobre filosofía, profesor Styles-jadeé.
Sonrió de dentadura completa y fue mi perdición. Su hoyuelo izquierdo se acentuó, pero dejé de mirarlo cuando bajó la cabeza hacia la costura de mi vestido y, lentamente, lo jaló hacia arriba. Levanté los brazos, permitiéndole que se deshiciera de la molestosa prenda, y lo lanzó al suelo, haciendo conjunto con toda su ropa. Estábamos en ropa interior, con unas finas telas separando lo que venía ansiando hace unos días, y no pensaba rendirme ahora. La pasión de sus besos y la excitación del momento me habían cegado por completo y no era capaz de distinguir lo bueno y lo malo. Sólo sabía que esto era lo que yo quería en este momento. Pasó una de sus manos por entremedio de mis pechos, bajando por mi abdomen hasta el elástico de mis bragas, con el cual juguetó unos momentos. Incliné mis caderas hacia arriba, intentando encontrar un poco de fricción contra su cuerpo; haciéndole saber que quería que me poseyera justo ahora. Su mano restante subió por mi espalda hasta el broche de mi sujetador, el cual hizo desaparecer unos instantes después. Sin dejar de acariciar el elástico de la única prenda que llevaba, sus labios bajaron a mis pechos, besando cada punto y coma, succionando con necesidad y desesperación mis pezones, los cuales se endurecieron de inmediato con su tacto. Arqueé la espalda y pude sentir ese pequeño roce con la dura entrepierna de Harry. Bien, no aguantaría mucho con todo esto. Me incorporé apenas en la cama y, sin saber cómo, lo puse por debajo mío. Ahora yo llevaba el control de la situación. Bajé sus bóxers por sus perfectas piernas y me ayudó a retirarlas. Su erección descansaba sobre su viente. Harry se veía tan dispuesto, con sus labios rosados e hinchados entreabiertos, los codos apoyados en el colchón y con su erección aclamando por mí, como yo aclamaba por él. Gateé hasta él y tomé su miembro entre mis manos, mirándolo con nada más que deseo. ¿Debería... poner eso en mi boca, o...? ¿Quizás darle... placer? Comencé a sentirme tímida sin razón aparente; tal vez por el tiempo que había pasado sin que Harry y yo tuviéramos un momento "así". Al parecer, mi rostro expresaba mucho más que cualquier sentimiento y Harry lo notó, pues soltó una gutural risa antes de volver tomar mi cintura entre sus manos y hacerme quedar por debajo de él. Besó mis labios una vez más, se deshizo de mis bragas y dijo:
-Hagámoslo de una vez, nena.
Y se hundió en mí. Gemí por la sorpresa y por saber que estaba teniéndolo encima mía una vez más, luego de dos larguísimos años. Puse mis manos en su rostro y volví a besarlo con pasión, velocidad y lenguas. Se quedó enterrado en mí por unos segundos más antes de comenzar a salir con sumo cuidado. Lo estaba sintiendo en su totalidad, disfrutando de cada sensación placentera que había extrañado. Entró en mí una vez más y comenzaron sus embestidas lentas, delicadas, las que nos hacían aprovechar cada segundo. Todo se sentía eterno, duradero, infinito. Cerré mis ojos y me dejé llevar por sus jadeos en mis labios y su cuerpo frotándose contra el mío.
-Jamás... Dejé... De... Amarte..., _____-susurró entre embestidas.
-Ah-respondí con un gemido al sentirlo tocando una parte muy profunda y placentera de mi cuerpo.
Y así pasó cada movimiento, con sensaciones diferentes explotando dentro de mi ser, las mismas que estuvieron escondidas por demasiado tiempo. No es que el sexo con Zayn no fuera delicioso, sólo que lo que me hacía sentir Harry era completamente distinto y llenador. Él era esa parte que siempre me había faltado. Era ese pedacito de corazón me se me había ido hace veinticuatro meses y algo más, y que por fin había encontrado. Me preguntaba si alguna vez en serio había dejado de amarlo, y no encontraba más que una negativa a tal pregunta.
El hormigueo se centró en el lugar más íntimo de mi cuerpo y mordí el labio inferior de Harry con fuerza, lo que ocasionó un gruñido de su parte. Escondió su rostro húmedo en mi cuello y los movimientos se aceleraron tres veces más. Podía escuchar el ruidito que hacía la cama al chocar contra la pared, sus jadeos en mi hombro y mis gemidos generándose más audibles.
-Mh..., Hazza...-dije casi en un grito desgarrador.
-Oh, joder, _____-jadeó subiendo hasta mis labios.
Momentos después, me dejé llevar por un orgasmo increíble. Mi cuerpo comenzó a convulsionar de placer por debajo del suyo, no podía sentir mis piernas y apenas contenía el compás de mi respiración. Harry gimió en mis labios y sentí cómo acababa en mi interior. Se desplomó por encima de mí, sin dejar de moverse a un ritmo lento y tortuoso para lo que aún quedaba del clímax de mi cuerpo. Estaba acabada, pero completa. Me sentía feliz del todo. Harry logró llevarme a las nubes y se encargó de que mi cuerpo volviera a sentir la adrenalina que tanta falta me hacía. Sin embargo, lo único que podía pronunciar mi cansada subconsciente era "adulterio".------------------------------------------------------------------------------------
¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! Pobre Zayn sdkjfhdsk. Que se quede conmigo mejor :$ Ná, ya tiene un futuro en la novela, pero no se lo diré a nadie, jiji <3. Discúlpenme si me demoro mucho en subir, pero, sinceramente, no ando de ánimos. Me siento muy decaída y no me dan ganas de hacer nada x_x Mi novela de Niall {Honey Kisses} la están traduciendo a rumano *_* y LFDA, a inglés *_* así que si tienen alguna amiga gringa, díganle que la lean sdkfhs {link en mi perfil} Quiero dar agradecimientos al Nacho y a la Faby (otra vez) por ayudarme a hacer cada capítulo y darme ideas<3. (ahí estás sus agradecimientos, putos<3) LAS AMO A TODAS, BESITOS<3.
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El Arte De Encontrarte (Secuela de LFDA)
FanfictionLuego de dos años del alboroto "alumna/profesor", ______ y sus amigos deciden hacer las vacaciones de sus vidas yendo a la ciudad del amor: París, Francia. Todos desean comenzar de cero y poder tener la vida que siempre quisieron. ¿Pero qué pasará s...