Capítulo 5

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- ¡Cuidado con esa caja! ¡Pesa mucho! -le grito a Brenda.

- ¿¡Se puede saber qué llevas aquí!? -me pregunta desde la puerta de casa.

- ¡Libros!

- Joder... -la oigo farfullar.

El jueves estuve meditando sobre la idea de irme a vivir con Gideon. ¿Era un idea descabellada? Sí, por supuesto. Sobre todo teniendo en cuenta cómo es nuestra relación. Pero por otro lado era la mejor solución para escapar de mis padres. Así, al menos, los vería solo cuando me obligaran a ir a cenar con ellos para dar la imagen de la familia perfecta. Ya no aguantaría más bajo ese techo después de saber que nada ha cambiado.
Cuando lo decidí todo, cuando elegí irme con Gideon, se lo conté a Brenda, por supuesto, y a Flora. Flora no dijo nada al respecto, le pareció bien. Sobre todo porque no conoce la verdad. En cambio, Brenda sigue sin dar crédito.

- No me creo que de verdad te vayas con él -dice otra vez al llegar a mi lado.

- Es la mejor solución para huir de esto -digo señalando mi casa-. Además, nos vamos a casar. Tarde o temprano pasaría.

- Por mí hubiese sucedido tarde. 

Pongo los ojos en blanco y la ayudo a meter la caja en el maletero. Cualquiera que viera el contenido de las cajas pensaría que llevo solo cosas para pasar una temporada, pues solo llevo lo básico: ropa, maquillaje, mis cosas del baño como geles y champúes, y poco más. Lo único que llevo como capricho son los libros. Porque, seamos realistas, esto puede funcionar a la perfección o ser un absoluto desastre. Y, de ser un desastre, no quiero llevarme tres días devolviendo cosas de vuelta a casa.

Terminamos de meter las cosas en el coche y ponemos rumbo a New Cavendish Street. Al llegar ponemos las tres cajas de cartón dentro del ascensor, y al lado la maleta (la gigantesca maleta) donde va mi ropa. Entre todo eso nos colocamos Bren y yo. Subimos hasta el piso de Gideon, del que ahora también formo parte, y cuando se abren las puertas lo vemos delante nuestra. Mira de arriba a abajo las cajas y la maleta, luego me mira a mí.

- Sabía que ibais a necesitar ayuda.

Así que entre los tres (Brenda intentando comportarse) colocamos las cosas en el dormitorio que Gideon ha elegido para mí. Cuando coloca la última caja sobre la cama se va para dejarnos organizar las cosas.

- Al menos es una habitación bonita -reconoce Brenda.

La habitación tiene ventanas en dos de las cuatro paredes, las ventanas son enormes, se unen las unas con las otras y media pared parece que es el cielo de Londres. En un rincón hay un escritorio donde dejo mi ordenador, con el fondo de la Alexia de quince años mirándolo todo. Junto a la entrada está el vestidor donde colocamos toda la ropa que hemos metido en la maleta y los zapatos y bolsos que hemos conseguido encajar en una de las cajas de cartón. Y al fondo, junto al lado derecho de la cama, está la puerta al baño, decorado con los mismo colores que el dormitorio: blancos, grises y marrones. Todo muy pálido, pero nada excesivamente brillante como sería de ser solo de color blanco.

Cuando terminamos nos dejamos caer en la cama a descansar. Brenda, a mi derecha, mira por encima de mí hacia la puerta de la entrada. Al ver que está abierta comienza a hablar en voz baja.

- ¿Has sabido algo de Oliver? -pregunta.

- Nada.

- ¿Y Flora tampoco te ha dicho nada?

- ¿Qué me va a decir? 

- No sé, a lo mejor Oliver le ha pedido tu número y ella querría saber por qué.

- Pues no. Flora no me ha dicho nada.

Brenda deja escapar un suspiro y quedamos en silencio unos minutos antes de que ella vuelva a hablar.

(I'm) Yours: In love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora