Capítulo 12

699 55 2
                                    

- Me ha costado mucho esfuerzo entender lo que me dijiste. Pero al final creo lo he comprendido. He decidido dejar de lado el hecho de que te has follado a mi novio y centrarme en que antes fuisteis amigos. Y sé lo importante que es tener a tus amigos cerca. Así que ¿qué te parece si salimos los cuatro juntos para comenzar esta amistad? Para demostrarme que solo quieres ser amiga de mi novio.

Flora me habló claramente, sin dejarme hablar a mí tan solo un segundo. La única cosa que pude hacer fue asentir. La verdad es que me daba miedo decirle que no. Así que asentí.

- Fantástico. Venid a casa esta noche para cenar.

Después me cerró la puerta en las narices. Mi puerta. Dejándome en el recibidor tan quieta y recta que me hubiera creído estatua. Segundos más tarde, cuando fui consciente de que se había ido, miré poco a poco a mis espaldas. Gideon me miraba apoyado en el umbral de la puerta que daba al pasillo de las habitaciones.

- ¿Le pediste que no dejara a Oliver por ti?

No respondí. Eso bastó como respuesta.

El resto del día no hablamos. Yo, en cierto modo, me sentía culpable, aunque no sé muy bien por qué motivo. Así que cuando Gideon se quedó en el salón viendo la tele, yo me quedé con él. Cuando fue a su habitación a estudiar, yo me encerré en la mía en silencio. Si oía su puerta abrirse, salía tras él. Supongo que después de haber avanzado tanto en nuestra relación, el que haya descubierto lo que pedí a Flora ha sido algo bastante duro. Pero tampoco lo he engañado cuando él sí que lo ha hecho. Así que, al mismo tiempo que me sentía culpable, me he sentido idiota.


Por la noche me doy una ducha, me maquillo y me visto. Vestido hasta la rodilla azul con mangas hasta los codos y un moño desenfadado a la nuca. Parece más bien que voy a una entrevista de trabajo en vez de a una cena. Creo que esta va a ser la noche más incómoda de toda mi vida.

Esta vez vamos en el coche de Gideon hasta la casa de los Hatts. Llegamos hasta la puerta y un empleado de la casa se lleva el coche al garaje mientras nosotros dos entramos al recibidor. De pronto, del salón aparece Charlotte, la madre de Flora. Y un alivio me recorre e cuerpo al descubrir que no vamos a quedarnos solos.

- ¡Hola, querida! -me saluda y me da un abrazo. Desde el accidente de su hija, Charlotte da muchos abrazos-. ¡Qué alegría veros! Gideon, ¿cómo va todo? Hace mucho que no veo a tus padres.

Hasta este momento no tenía ni idea de que sus padres conocieran a los de Flora.

- Bien, Señora Hatts. Mi madre solo piensa en la boda y mi padre está ajetreado con la empresa.

- ¡Oh, la boda, es cierto! -exclama juntando las manos-. No me acordaba. Sois tan jóvenes que me costó creerlo cuando Flora me dio la noticia... ¿Estáis seguros de esto? Ya sé que nosotros es lo que hacemos, pero las cosas ahora están cambiando.

- Estamos seguros, Charlotte -digo yo rápidamente antes de que Gideon pueda abrir la boca-. El... amor es lo que tiene -continúo, aunque forzosamente.

- Bien, pues eso es lo importante. Mi marido acaba de llegar y está terminando de arreglarse, y Flora está a punto de bajar. Pasad al salón si queréis, yo voy a ver cómo van por arriba.

Charlotte usa la expresión <<voy a ver cómo va>> para decir que no se fía de dejar sola a Flora otra vez. Flora le rogó que la dejara vivir en la residencia, pero su madre se negó en rotundo. Yo estaba presente. Por aquel entonces, aquel verano, pasé mucho tiempo en esta casa. Vi cómo lloraba Flora, vi cómo lloraba Charlotte. Vi discusiones a gritos, con silencios... Prácticamente he vivido de todo con ellos. 
Caminamos hasta el salón y allí encontramos a Oliver, sentado en un sillón con una copa de vino en la mano y mirando unas fotos sobre la chimenea. Cuando me acerco lo suficiente puedo ver que es una de Flora y mía de cuando teníamos nueve años. 
Oliver se da media vuelta cuando nos oye entrar.

(I'm) Yours: In love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora