Mayo es una buena elección.
¿Tal vez el 5?
No, mejor el 20.
No, yo creo que el 27. O quizá el 6.
Gilda, mamá. Mamá, Gilda. A veces habla Gideon, a veces me preguntan a mí. Pero, sea como sea, les da igual que esté cansada de repetir que aún no quiero casarme.
- Lleváis saliendo un año y seis meses, por el amor de Dios -exclama mi madre-. Muchas parejas ya se habrían casado.
- Tenemos que elegir la fecha para la fiesta de compromiso -dice Gilda.
- Parece que no queráis casaros -murmura mi madre.
Miro de reojo a Gideon. Estos días han sido tensos para ambos, tal y como llegó a ser nuestra relación durante meses. Prefiero no decir palabra y miro al suelo.
- Alexia, eres la novia y debes implicarte más en todo esto.
- Todo esto lo habéis organizado vosotras -digo-, yo estoy cansada de repetir que no quiero casarme ya. Pensaba que podría elegir cuándo casarme.
- Pues ya ves que no, así que decídete -me ordena mi querida y pesada madre.
Me pongo en pie y me encaro con ella. Su vestido rojo y recto hasta debajo de las rodillas no tiene una sola arruga y su aspecto parece el de la mujer perfecta.
- No escojo una fecha tal y como tú no decides dejar a tu marido -le digo en voz baja para que solo se entere ella-. ¿Cuántas manchas más has visto en su cuello?
Me separo un poco para poder verle la expresión de furia contenida hacia mi persona. Es gracioso en cierto modo, no está enfadada con la persona que la engaña tras haberle prometido serle fiel pero sí conmigo, la persona que le ayudó a lograr tener una familia. Al menos unos meses. Soy su hija, creo que debería estar de mi lado y no del hombre que le hace daño.
Doy un paso atrás y me apoyo sobre la mesa donde está el calendario abierto en el mes de mayo. Lo miro seriamente y entonces digo:
- Domingo 13 de mayo. ¿Contentos?
Cojo mi bolso y me voy.
Antes de entrar en el coche me quedo parada, con las llaves en la mano. Me veo reflejada en el cristal: perfectamente maquillada, perfectamente peinada. Seguro que mi vestido tampoco tiene una sola arruga y los tacones deben estar asombrosamente pulcros. Doy vueltas a las llaves en mi mano mirándome en el reflejo. ¿Por qué será que no consigo distinguirme en esa imagen? Sí, soy yo, pero no me siento yo. Aprieto la mandíbula y vuelvo a la casa. Camino recta y rápida, espalda recta y barbilla en alto.
Cierro la puerta detrás de mí e irrumpo en el salón de los Barnes. Gilda, Gideon y mamá se quedan mirándome.- Si esta va a ser mí boda, se hará tal y como yo diga -impongo. Tras mirar a Gideon añado:- Lo que nosotros digamos.
Mi madre y Gilda se miran y cuando mi madre va a decirme algo, me adelanto a ella.
- Me da igual que no estés de acuerdo, madre. Pero no voy a casarme con lo que hayáis preparado. Ahora mismo me vais a enseñar todo lo que habéis estado haciendo. Y os aconsejo que preparéis los teléfonos porque sé que nada va a quedarse igual. -Miro a Gideon-. ¿Tú te quedas a ayudar o te vas?
Gideon, confuso por un instante, no responde. Al momento se pone en pie y sonríe.
- No me perdería esto por todo el dinero del mundo.
Y, esa frase, viniendo de alguien como él, creo que me ha dejado impactada.
Pasamos la tarde mirando revistas, muestras; llamando a un lugar y a otro; cambiando flores, manteles, servilletas. Básicamente es como si lo hiciéramos todo desde cero. A un lado apuntamos los cambios, poco a poco Gilda y mi madre son las que se encargan de llamar y cambiarlo todo. Por otro lado, Gideon y yo nos sentamos y vamos dándonos nuestras opiniones respecto a todo lo que vemos en revistas, internet, etc.
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(I'm) Yours: In love?
Teen FictionSinopsis. Tras la repentina marcha de Alexia y el incendio de Abbey College, las cosas han cambiado mucho. Alexia comienza la universidad en Londres, cerca de sus padres, una relación que va mejorado. Por otro lado, su relación con Gideon sigue...