Lo primero que veo al despertar: el cuerpo de Oliver pegado al mío, envolviéndome en sus brazos.
Lo primero que oigo al despertar: el sonido de la voz de Gideon.- ¿Alex? ¿Estás en casa?
Esas palabras bastan para ponerme en pie de un salto y despertar a Oliver. Aún desnudos recorremos el salón recogiendo la ropa que tiramos por la noche mientras Gideon vuelve a preguntar:
- ¿Alex?
Se está acercando, así que me obligo a responder.
- ¡Sí! ¡Estoy... estoy aquí!
Empujo a Oliver por la puerta que da a los dormitorios justo a tiempo. Gideon entra en el salón y me ve con lo único que me ha dado tiempo a ponerme: unas braguitas de encaje negro que no dejan nada a la imaginación; con el vestido me cubro lo que puedo del resto del cuerpo. La mirada de Gideon pasa por cada centímetro de piel desnudo y termina mirándome los labios y por último los ojos. Gideon nunca me ha visto desnuda, y la forma en la que me mira es extraña. No es lasciva, como la de un loco que solo piensa en sexo. Es... parece como si... como si viera algo que le gustase. Y eso no sé si hace que me sienta cómoda. De reojo no pierdo de vista a Oliver, a la izquierda.
- ¿Estás... estás desnuda? -me pregunta claramente confundido.
- Sí.
- Vale... ¿por qué?
Me quedo mirándolo sin saber qué responderle. Me muerdo los labios intentando pensar y él exhala un suspiro.
- Alex, si me vas a mentir no te muerdas los labios. Lo haces siempre que estás pensando una mentira.
Automaticamente dejo de morderme los labios, pero no sé si es para ocultar que voy a mentirle o porque me sorprende que sepa eso sobre mí, que sepa algo tan... insignificante. Cuando echo una rápida mirada al pasillo veo que Oliver me mira con el ceño fruncido, también le ha sorprendido a él.
- No iba a mentir -consigo decir.
- ¿Entonces por qué estás desnuda en mitad del salón?
- Porque... -pienso rápidamente. Al final tomo aire y lo exhalo dándome por vencida-. Me emborraché, ¿vale? Cogí uno de tus vinos y me lo bebí. Y... me desnudé. Y luego me quedé dormida.
Trago saliva. No es del todo mentira. Aunque... más bien sería una mentira por omisión, son las mejores, desde luego. Realmente no he mentido, aunque sí he ocultado ciertos hechos que pasaron en el sofá que hay junto a mí, y en la alfombra que ambos estamos pisando. Espero que no siga preguntando, así que pregunto yo.
- ¿Vuelves ahora de la fiesta?
- En realidad nos fuimos de allí justo después del último premio.
- ¿Nos?
- Elle y yo, la chica de la mesa.
- Ah -es todo lo que puedo decir.
- Oye, mi madre quiere que vayamos a comer con ella para organizar la fiesta.
Lo miro un momento confundida, pestañeo.
- ¿La fiesta?
- Mi cumpleaños.
- Oh, sí, cierto. Se me había olvidado.
Gideon entrecierra los ojos y me mira, como analizándome.
- Estás muy rara hoy. Todavía no me has insultado ni has dicho joder ni nada parecido. ¿Estás bien?
Asiento con la cabeza y él, aún extrañado, se aleja a la cocina. Dejo escapar el aire que no sabía que estaba reteniendo y miro al pasillo. Oliver no está. El corazón vuelve a palpitarme con velocidad y salgo a correr, a buscarlo. Pero no lo veo por ningún sitio. Cuando llego a la puerta de la entrada veo en el espejo una mancha. Al acercarme a ella veo que es un diminuto corazón hecho con uno de mis pintalabios aquí olvidados. No puedo evitar sonreír.
ESTÁS LEYENDO
(I'm) Yours: In love?
Novela JuvenilSinopsis. Tras la repentina marcha de Alexia y el incendio de Abbey College, las cosas han cambiado mucho. Alexia comienza la universidad en Londres, cerca de sus padres, una relación que va mejorado. Por otro lado, su relación con Gideon sigue...